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Este índice se emplea en oncología para medir la calidad de vida de un paciente y su capacidad para realizar actividades cotidianas.
La escala Karnofsky se usa en los cuidados paliativos para medir la calidad de vida de pacientes con enfermedades crónicas y debilitantes —especialmente en el área de oncología—, así como su capacidad para realizar actividades cotidianas. Sus puntajes van del 0 al 100; cuanto menor sea la cifra, peor será el estado de salud.
Así, la escala permite conocer cuál es el nivel de capacidad para realizar tareas, lo que influye directamente en el bienestar diario y constituye un instrumento válido para evaluarlo.
El índice de Karnofsky: origen y propósito
La escala Karnofsky surge en los años 40; se cita por primera vez en un estudio publicado en la revista Cancer con el título The use of the nitrogen mustards in the palliative treatment of carcinoma. En él se evaluaba el efecto de la administración de “mostaza nitrogenada” a pacientes que sufrían de cáncer pulmonar y la relación con su capacidad para realizar tareas.
Hasta el momento el efecto de los medicamentos se observaba desde una perspectiva objetiva y subjetiva (la propia percepción del paciente de sus síntomas). Uno de los autores, el médico estadounidense David Karnofsky (1914-1969), pionero de la oncología clínica, agregó una nueva variable, la funcional, en la que se medía la autonomía del paciente para poder evaluar de forma más óptima los efectos del tratamiento.
Se observó que a veces el individuo se encontraba mejor desde una perspectiva objetiva y subjetiva, pero no tenía directa relación con su capacidad para realizar actividades. Por eso, les pareció interesante el añadir este nuevo parámetro en el que también se tenía en cuenta lo que el paciente suponía para la sociedad y la familia.
Esta escala fue usada de forma esporádica en los estudios y tratamientos sobre el cáncer, hasta que en los años 70 su uso se fue generalizando, según consta en diferentes publicaciones médicas. Este empleo extendido se produjo en paralelo a una mayor concienciación sobre la importancia de tener en cuenta la calidad de vida de los pacientes, una cuestión prioritaria para trabajar en cuidados paliativos.
Los distintos niveles de la escala de Karnofsky
El índice Karnofsky es de los más utilizados para medir la calidad de vida del paciente por la figura del médico paliativo. Su definición, según Cancer.org, es el de una “forma estándar de medir la capacidad de los pacientes con cáncer de realizar tareas rutinarias” en el que se establece una puntuación según su capacidad para acometer las actividades diarias:
- Karnofsky 10. La movilidad está prácticamente reducida, el paciente está en cama y la enfermedad progresa de forma muy rápida.
- Karnofsky 20. Postrado en cama también, en estado muy grave en el que requiere hospitalización en la unidad de cuidados paliativos con cuidados especiales.
- Karnofsky 30. Incapaz de realizar actividades, por lo que se aconseja la hospitalización.
- Karnofsky 40. El paciente está gran parte del tiempo en cama. Requiere una atención especial y cuidados constantes.
- Karnofsky 50. La persona afectada suele encontrarse sentada o recostada. Es necesario que reciba tratamiento y supervisión de profesionales.
- Karnofsky 60. La movilidad es reducida y precisa de una atención ocasional. Es capaz de realizar las labores la mayor parte del tiempo.
- Karnofsky 70. La enfermedad influye de manera significativa en la vida del paciente, le cuesta realizar algunas de las actividades diarias.
- Karnofsky 80. Manifiesta síntomas leves y es capaz de realizar las actividades por sí mismo, aunque le requieran esfuerzo.
- Karnofsky 90. Los síntomas son leves también y tiene la capacidad de realizar actividades normalmente.
- Karnofsky 100. Apenas hay evidencias de la enfermedad y es capaz de cuidarse por sí mismo.
La importancia de la escala Karnofsky en los cuidados paliativos
El uso de la escala de Karnofsky en los cuidados paliativos proporciona una medida cuantitativa y objetiva de la capacidad funcional y autonomía del paciente. Gracias a su empleo, los profesionales pueden tener más claro el nivel de atención y de necesidad que requiere. Es una herramienta que se emplea para tomar decisiones del área clínica, valorar cómo está afectando el tratamiento recibido y cómo progresa la enfermedad.
Por medio del puntaje se establece en qué fase se encuentra la persona en el índice de Karnofsky, lo cual promueve una atención centrada en las necesidades y preferencias individuales a la hora de afrontar una enfermedad grave.
Esta escala —además de otras, como la de ECOG— son cuestiones básicas para atender a pacientes oncólogos y, por eso, se incluyen en los planes de estudios del Máster de Cuidados Paliativos online y del Máster en cuidados Paliativos Pediátricos online, ambos de UNIR.