UNIR Revista
La fatiga por compasión surge en profesionales sanitarios que a diario se enfrentan a situaciones traumáticas o a la muerte de sus pacientes, fruto de la empatía que sienten frente a su sufrimiento.
La fatiga por compasión es un fenómeno relacionado con el estrés que padecen los profesionales sanitarios que se exponen de forma repetida a situaciones difíciles y traumáticas y que afectan seriamente a la salud de sus pacientes, muchos de ellos en situación paliativa y con un gran sufrimiento a varios niveles, tanto físico, como psicológico, social o espiritual.
Es importante identificar a tiempo este fenómeno para no poner en peligro la salud del profesional sanitario, pero también para no perjudicar la calidad de los cuidados a los enfermos.
La fatiga por compasión pueden padecerla profesionales sanitarios de distintos ámbitos, desde el campo de la oncología hasta los cuidados paliativos; desde enfermeras hasta médicos o psicólogos, entre otros. También se ha descrito en profesionales que se encargan de atender situaciones de catástrofe o emergencias, como bomberos o policías.
Definición de fatiga por compasión
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua (RAE), la compasión es un “sentimiento de pena, de ternura, y de identificación ante los males de alguien”. De ahí que la empatía y la capacidad de compasión del profesional sanitario sean imprescindibles en el cuidado de pacientes en cuidados paliativos, o bien, en el proceso final de su vida.
Cuando un paciente —adulto o niño— pasa por una enfermedad grave se asume que tanto él como su familia van a sufrir. No se espera que así lo haga el profesional sanitario que lo atiende, ya que su misión es la de aliviar a los pacientes y a sus familiares. Sin embargo, en la práctica eso no siempre es fácil: tanto en los momentos finales de la vida como en el proceso de enfermedad puede aparecer una carga emocional difícil de gestionar para el profesional sanitario.
Además, la despersonalización sanitaria y la burocracia, entre otros factores, hacen que no se le permita al médico o enfermero mostrar sus sentimientos y vivir el duelo al igual que lo hace el propio paciente o sus familiares. Esta cuestión, prolongada en el tiempo, puede derivar en fatiga por compasión.
¿En qué consiste la fatiga por compasión?
Concretamente fue en 1992 cuando la escritora Carla Joinson acuñó el término de “fatiga por compasión” al realizar un estudio sobre el síndrome del burnout o del trabajador quemado con enfermeras de urgencias que atendían de forma continuada a pacientes con enfermedades que amenazaban seriamente su vida.
Lo definió como “una forma única de agotamiento que afecta a las personas que se dedican al cuidado de los demás”, especialmente en el sector sanitario, y tras una exposición prolongada a situaciones muy duras de sus pacientes hasta “agotar su reserva emocional”. En concreto, apreció en estos un agotamiento profesional, estrés traumático; un síndrome complejo de desgaste fruto del apego emocional, de la fuerte empatía que el profesional sanitario sentía hacia pacientes o familiares en una situación difícil y de cuidados extremos.
Las profesoras de la Escuela de Enfermería de la Universidad del Estado de Florida (Estados Unidos) Maryann Abendroth y Jeanne Flannery concretan en un estudio que el 26 % de los participantes (personal sanitario) presentaban un alto riesgo de desarrollar fatiga por compasión: un 52 % un riesgo moderado y un 21% un riesgo bajo. “Aproximadamente el 80 % de las enfermeras trabajadoras en cuidados paliativos se encontraban en un riesgo moderado-alto de desarrollar fatiga por compasión”, reseñan.
Factores de riesgo de la fatiga por compasión
Entre otros factores de riesgo para el desarrollo de la fatiga por compasión, se han identificado:
- Desconocimiento de la fatiga por compasión.
- Poco apoyo de los compañeros de equipo.
- Escasez de tiempo y de habilidades para el cuidado de los pacientes.
- Excesiva involucración emocional del profesional sanitario.
Igualmente, se considera que problemas físicos y emocionales del trabajador, como el padecer depresión o tener tendencia a ello; la pérdida de sueño por la situación de los pacientes; el estrés o la ansiedad se relacionan con un mayor desarrollo de la fatiga por compasión. La salud del trabajador, el autocuidado y las condiciones laborales también influyen en su posible aparición.
Síntomas: cuándo se da la fatiga por compasión
Entre otros síntomas, el profesional sanitario que sufre fatiga por compasión describe una situación de fatiga física y emocional, que va de menos a más, evoluciona progresivamente y afecta a todos los ámbitos de su vida: menor tiempo y ganas para el desarrollo de actividades de ocio y de tiempo libre, tendencia a la soledad… Todo ello como respuesta a una repetida exposición a la muerte de los pacientes.
A su vez, los profesionales de la salud son seres humanos que en numerosas ocasiones se enfrentan a la muerte y al sufrimiento de sus pacientes, no siempre situaciones fáciles de manejar, llegando a provocar en estos sentimientos de tristeza, miedo o impotencia.
¿Cómo afrontar la fatiga por compasión?
Las estrategias de prevención de la fatiga por compasión se focalizan en:
- Educar al profesional sanitario sobre la fatiga por compasión, sus factores de riesgo, y los efectos como el estrés crónico derivado de ella.
- Periodos de retiro o de descanso.
- Empoderamiento y formación para el conocimiento y desarrollo de habilidades de afrontamiento, adaptación y autocuidado para la prevención y afrontamiento de la fatiga por compasión.
- Revisiones médicas periódicas.
- Apoyo de profesional sanitario vinculado a la salud mental como psicólogos, psiquiatras o enfermeras expertas en la materia.
- Discusiones periódicas entre el equipo multidisciplinar de cuidados paliativos donde valorar, entre otros puntos, las situaciones difíciles o los sentimientos experimentados.
Es necesaria y fundamental, por tanto, la formación del personal sanitario destinado al cuidado de los pacientes que más sufren y se enfrentan a la muerte, como el que aporta el Máster en Cuidados Paliativos de UNIR. Con esta titulación se pueden dominar todos los instrumentos necesarios para afrontar este tipo de situaciones y saber identificar las necesidades paliativas de los pacientes.
Los miembros de un equipo de salud son seres humanos que en muchas ocasiones se enfrentan de forma reiterada a situaciones traumáticas sobre la salud de sus pacientes. El profesional sanitario debería poder reconocer que es vulnerable y que este tipo de circunstancias pueden afectar a su salud. Saber identificarlo y formarse, así como seguir las estrategias de prevención pertinentes, es fundamental para prevenir el desarrollo de la fatiga por compasión.