Laura Vivas
Internet ofrece distintos recursos para apoyar la labor de un terapeuta y cada profesional puede emplearlos a su favor para dar un servicio sanitario más eficaz.
Internet ha generado un abanico infinito de opciones, muchas de ellas ya inmersas en nuestra vida cotidiana, como las aplicaciones en el teléfono, los tutoriales sobre casi cualquier cosa en YouTube o las tablas online de organización y contabilidad, por citar varios ejemplos. La psicología lleva empleando técnicas online desde hace varios años, pero con la pandemia del COVID-19, cuando el mundo tuvo que recluirse en casa de forma total o parcial durante un tiempo, los profesionales de esta disciplina han tenido que ampliar o activar el uso de herramientas virtuales de intervención psicológica.
Algunos ya las empleaban como método alternativo o complementario en su labor diaria, otros tuvieron que adaptarse rápidamente a la nueva circunstancia para poder seguir atendiendo a sus pacientes. Lo importante es que la situación ha servido para que el sector amplíe sus capacidades abriendo una nueva vía que pueden seguir usando como recurso principal o complementario.
Herramientas virtuales en psicología
Tal y como explica la profesora de UNIR y terapeuta, María Victoria Sánchez, durante el tiempo en el que estuvimos confinados en España, los psicólogos se apoyaron en diferentes herramientas online para interactuar con sus pacientes, algunas de ellas son:
Videosesiones
Ha sido el recurso más empleado por parte de los psicólogos. Se hacen las sesiones por videollamada con la misma duración de una sesión presencial. El terapeuta puede realizar consultas individuales, de pareja, familiares e incluso grupales con técnicas como el Círculo de Seguridad Parental (COSP).
Como explica la Guía para la Intervención Telepsicológica del Colegio de Psicólogos de Madrid, existen algunos problemas que se pueden tratar por videosesiones con la misma efectividad que el tratamiento presencial: ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático, insomnio, problemas de control de peso, adicciones, problemas relacionados con salud como manejo del dolor, tinnitus o enfermedades crónicas.
Para poder llevar a cabo una terapia por videosesiones, el paciente debe tener un dispositivo con audio y cámara y una conexión a internet para así emplear la plataforma de comunicación elegida.
“Si es una sesión individual hay que garantizar la confidencialidad. Con esto hemos tenido algunas dificultades los terapeutas, por ejemplo, cuando la persona tratada era interrumpida durante la sesión por otra que entraba a la habitación; si se escuchaba la conversación de una habitación a otra o (cuando el paciente) evitaba hablar de ciertos temas o llorar para que los demás en la casa no se dieran cuenta”, explica María Victoria Sánchez.
En todo caso, como añade la docente, siempre que se pueda es recomendable optar por la opción presencial, y como segunda vía, la virtual ya que “aquí la intervención es mucho más limitada en el tiempo, con lo que hay que ajustar las herramientas que conocemos (terapia narrativa, mentalización, mindfulness, EMDR y otras) según las necesidades de la persona que estamos atendiendo, en la medida que el contexto lo permita.
Ejercicios de relajación o mindfulness para realizar en casa
Aunque el paciente puede buscar en internet este tipo de ejercicios, para garantizar la calidad del material, Sánchez señala que el terapeuta puede recomendar acciones específicas que conozca directamente, incluso grabarlas y hacérselas llegar al paciente.
Psicoeducación
Otro recurso es facilitarle material a los pacientes donde se presentan algunas ideas que pueden ser de ayuda. Por ejemplo, información dirigida a los padres para comprender mejor las reacciones de sus hijos y prevenir psicopatologías. En el Grupo Laberinto, dirigido por Sánchez, ofrecen talleres gratuitos sobre diferentes temas.
“Una tarea básica que hemos hecho los psicoterapeutas durante la pandemia y actualmente, es dar información a las personas que consultaban, por primera vez y a quienes ya estaban en tratamiento, sobre las reacciones esperables en una crisis. Les dábamos orientaciones básicas de autocuidado y de cómo manejar la situación”, añade la profesora y psicóloga.
Otra herramienta educativa es dejar tareas al paciente para que las aplique en su vida cotidiana: retos, desafíos y ejercicios individuales/de pareja/familiares que el terapeuta propone y se revisan en la siguiente sesión.
Realidad virtual
Es un recurso algo más complejo por cuanto se requiere de un equipamiento para poder emplearlo. No obstante, su capacidad de generar situaciones en las que el paciente se ve sumergido como si fuese real puede ser muy útil como técnica complementaria en distintos tipos de patologías, sobre todo en las fobias, donde se genera una realidad que el terapeuta puede controlar.
En resumen, internet ofrece distintos recursos para apoyar la labor de un terapeuta y cada profesional puede emplearlos a su favor para dar un servicio sanitario más eficaz. En el Máster Universitario en Psicoterapia de UNIR puedes especializarte, aprendiendo diferentes tipos de terapia, tanto para el tratamiento presencial como el online , para tratar a tus pacientes desde una perspectiva variada y contextual.