UNIR Revista
El hospital líquido representa el presente y futuro de la sanidad, favorece la continuidad asistencial, así como la formación de paciente y profesional sanitario.
La pandemia por la COVID-19 lo ha demostrado; es necesario converger hacia un modelo asistencial tipo hospital líquido donde se atiende a los pacientes más allá de las barreras físicas de los centros sanitarios, a la vez que se promueve la educación en salud. Este sistema representa un paradigma para el profesional sanitario, una nueva forma de acompañamiento al paciente favorecida por el empleo de Internet y de las redes sociales.
El hospital líquido es considerado como el presente y el futuro de la sanidad. Este modelo asistencial se basa en la digitalización de procesos para atender a los pacientes desde sus domicilios gracias a la tecnología a través de consultas online, que pueden realizarse desde el móvil o el ordenador para, por ejemplo, teleconsultas, telemonitorización o telerehabilitación.
Características del hospital líquido
El hospital líquido es una nueva forma de abordar a los pacientes, más accesible y de escucha hacia los mismos. Consiste en un modelo asistencial flexible que se adapta mejor al entorno y a las necesidades de los pacientes; estos siguen siendo el foco del proceso asistencial y pueden acceder a gran parte de los servicios que ofrecen los centros sanitarios, pero no necesariamente de forma presencial.
El término líquido significa que esa instalación sanitaria mantiene la comunicación con los pacientes a través de la digitalización de todos sus procesos gracias a Internet y a las redes sociales (Facebook, YouTube, Twitter, Flickr, Slideshare, etc). Por tanto, el hospital líquido es multimedia, interactivo y más ágil en la resolución de los procesos.
Este nuevo planteamiento emplea de forma activa la Red, así como las nuevas tecnologías, al tiempo que es capaz de generar espacios virtuales donde organizar eventos o citas con los pacientes.
El hospital líquido busca la medicina colaborativa para crear espacios de trabajo compartidos entre profesionales sanitarios de varios centros para una mejor resolución de los problemas de salud. Eso, a su vez, supone un ahorro de tiempo pero también de costes ya que, por ejemplo, puede implicar un menor tiempo de ingreso en el hospital del paciente al haber resuelto antes su problema.
Son ya muchos los centros que a través de un mensaje de móvil recuerdan a los pacientes sus citas, o bien que cuentan con aplicaciones móviles o portales del paciente donde aglutinar todos los datos relativos a su historia clínica, sobre su tratamiento y recetas electrónicas, o donde obtener al instante los resultados de pruebas. Al mismo tiempo, muchos profesionales sanitarios se reúnen con otros vía telemática a través de Zoom, por ejemplo, o se realizan videoconferencias con los pacientes a través del móvil.
Se trata de un modelo donde, además, los profesionales sanitarios están constantemente conectados y dispuestos a atender las demandas de sus pacientes, donde el paciente es el eje de toda su actuación.
Ventajas y retos del hospital líquido
El hospital líquido también favorece la formación de los pacientes a través de portales temáticos o de las redes sociales, donde publicar información de interés para el paciente, así como determinadas iniciativas de los centros hospitalarios. De este modo, pueden acceder a información contrastada y fiable sobre una determinada enfermedad, así como conocer a otras personas afectadas con su misma patología.
Este modelo favorece la continuidad asistencial y que el paciente se corresponsabilice aún más, si cabe, sobre su salud, ya que permite que se implique en las decisiones y procedimientos. Aquí las herramientas digitales cumplen un papel muy importante porque no solo brindan ese importante canal de información, sino que representan una vía de acceso al profesional sanitario más eficaz y una forma de fidelizar y de establecer relaciones en el largo plazo entre el profesional sanitario y los pacientes.
En cuanto a los retos, hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías suelen ser inaccesibles para las personas de edades más avanzadas, muchas de ellas enfermas crónicas o con algún tipo de discapacidad. Por eso, es importante una formación adecuada de la población en competencias digitales básicas, así como poner los medios necesarios para su implementación.
A su vez, un hospital líquido implica un cambio organizativo sobre la forma de trabajar de los sanitarios y de los centros hospitalarios, donde se deben primar la innovación y la formación, así como la implementación de los procesos de digitalización. Por ejemplo, gracias a los hospitales líquidos algunas de las consultas de los centros privados ya no son presenciales, lo que implica que deben buscarse nuevas formas de facturación.
La transición hacia un modelo de hospitales líquidos
Una transformación de los centros sanitarios líquidos solo puede conseguirse mediante un impulso a la innovación y la humanización de los mismos. Para ello, se necesitan líderes que estén formados y cuenten con conocimientos en la materia, como los que se obtienen a través del Máster en Gestión Sanitaria online de UNIR, que prepara para ser un experto en la planificación y administración de un centro sanitario, o bien con el Máster en Seguridad del Paciente online de UNIR, único título oficial en medicina preventiva y calidad de la atención sanitaria, el cual pretende aportar los mejores conocimientos para la aplicación de prácticas seguras en el ámbito sanitario.
Los hospitales líquidos representan una oportunidad hacia un nuevo modelo de cuidados en salud y una medicina colaborativa donde el paciente es el pilar principal del proceso y un protagonista más de ese nuevo diálogo en salud.