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Los informes psicológicos forenses recogen los resultados de la evaluación de una persona y pueden ser un elemento de gran importancia en un proceso judicial.
Si una persona sufre un accidente laboral y se rompe una rodilla necesitará presentar documentación, como la radiografía o el parte médico, a la hora de solicitar una baja laboral. Podría suceder también que esa persona sufriera alguna secuela psicológica fruto del accidente y tuviera que litigar con su empresa para recibir la compensación correspondiente. En ese caso, es probable que en el proceso judicial deba demostrar que sufre la secuela, con lo que necesitará contar con un informe psicológico para juicio.
Los informes psicológicos son el resultado de realizar una evaluación psicológica exhaustiva de una persona. Mediante diferentes pruebas y procedimientos se valora el estado psicológico y la información obtenida se plasma en un documento escrito. En los últimos años, se ha extendido su uso al área judicial como una prueba más en un juicio.
El informe psicológico para juicio es un medio probatorio en todos aquellos procesos judiciales en los que sea relevante el estado psicológico de un implicado. Los jueces pueden solicitarlo para determinar el estado mental de una persona, para conocer las condiciones del individuo antes de cometer un crimen o delito grave o para valorar posibles secuelas psicológicas. El informe siempre será una prueba en el juicio y puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de un caso.
La elaboración del informe psicológico para juicio
Es muy importante tener en cuenta que la correcta elaboración de un buen informe psicológico forense lleva tiempo, ya que hay que realizar un proceso que garantice la credibilidad de sus resultados. Lo primero que el psicólogo debe tener en cuenta es el tipo de caso que tiene porque esto determinará los datos a exponer en el documento.
Los datos de la persona evaluada, su consentimiento, los síntomas y hechos comprobados, y el procedimiento utilizado suelen ser los elementos más comunes en un informe psicológico forense. El proceso de elaboración de un informe psicológico para juicio consta de tres fases:
- Primera fase: la entrevista inicial. El cliente expone su caso y aporta las pruebas que pueden resultar de interés. Con esa información, el psicólogo puede valorar y trazar la mejor estrategia posible para hacer el informe y responder a la pregunta jurídica para la que se ha solicitado la evaluación.
- Segunda fase: realizar la evaluación y aplicar las diferentes pruebas. Se buscan evidencias psicológicas y, para ello, se pueden usar técnicas que van desde la entrevista individual a la realización de diferentes pruebas psicométricas.
- Tercera fase: tras las evaluaciones es el momento de estudiar e integrar, de forma exhaustiva, todos los datos obtenidos y después proceder a redactar el informe.
La redacción del informe psicológico para juicio conlleva la plasmación de los resultados obtenidos y, sobre todo, la justificación de las conclusiones alcanzadas. Este documento final será la prueba que se utilizará en el proceso jurídico y, por ello, es fundamental que todo el procedimiento sea fiable. Además, en algunos casos será necesaria la presencia del psicólogo forense en el juicio para ratificar el informe realizado.
Es importante señalar que los informes psicológicos forenses siempre deben mostrar la causalidad, es decir el nexo que existe entre los síntomas y el proceso que están juzgando. Además, debe tener mucha atención y valorar posibles simulaciones o exageraciones de síntomas.
Áreas de uso
Son varias las áreas en las que el informe psicológico forense puede utilizarse como una prueba en un juicio:
- Social y laboral: puede servir en procesos judiciales que busquen valorar los riesgos y secuelas de casos de acoso laboral o sexual, en bajas por estrés o depresión por causas laborales, para valorar incapacidades laborales o secuelas psicológicas por accidentes de trabajo. En el terreno social se puede valorar la presencia de una determinada discapacidad o grado de minusvalía.
- Procesos civiles: el objetivo es evaluar la capacidad mental de una persona para valorar si se necesita una tutela por no ser capaz de gobernarse por sí mismo, una incapacitación o determinar la capacidad testamentaria.
- Procesos de derecho familiar o del menor: el informe también se puede utilizar para procedimientos en los que hay que valorar la idoneidad para una adopción, para custodias o en casos en los que hay que llevar a cabo una evaluación de la posibilidad de maltrato o abuso sexual infantil.
- Penal: el objetivo del informe es determinar cuestiones como la responsabilidad criminal, la capacidad procesal, la valoración del riesgo de reincidencia o la valoración de secuelas en víctimas de un delito. El informe puede ayudar en el proceso judicial al aportar una valoración objetiva de la conducta del acusado o de la víctima.
El informe psicológico para juicio se ha constituido como un instrumento vital para detectar elementos probatorios sobre aspectos psicológicos de las personas en el contexto legal. Es un documento que puede resultar fundamental en el proceso judicial siempre y cuando responda de forma clara y precisa a las preguntas relativas a la evaluación psicológica.