UNIR Revista
El tratamiento debe ser siempre individualizado teniendo en cuenta la edad y necesidades del usuario, fundamentalmente en el ámbito de la lectoescritura.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectura con un alto componente hereditario por el cual se muestran dificultades a la hora de aprender a leer. La relación entre la dislexia y la logopedia se da en el momento en que el logopeda es uno de los especialistas encargados de reforzar todas las habilidades implicadas en el proceso de la lectoescritura.
En nuestro país, la dislexia afecta a uno de cada diez menores y solo un tercio de ellos tiene acceso a las terapias de apoyo para evitar que afecte negativamente a su desarrollo académico y emocional e, incluso a su vida adulta, según datos del Colegio de Logopedas del País Vasco.
Se trata del trastorno de aprendizaje más frecuente entre la población de edad escolar y es precisamente en esa etapa donde tiene un mayor impacto para el niño, no solo a nivel emocional, sino que puede desembocar en fobia escolar, ansiedad, problemas de conducta o fracaso escolar, según advierte la Asociación Española de Pediatras de Atención Primaria.
Detección temprana en el aula de la dislexia
Los maestros habitualmente son quienes mejor pueden sospechar de un caso de dislexia al detectar dificultades en la adquisición de la lectura. Es por ello que es importante derivar a un profesional, como el logopeda, con el fin de realizar una evaluación exhaustiva en cuanto a los procesos lectores y, así, confirmar o descartar estas dificultades. Un diagnóstico temprano nos permite llevar a cabo un abordaje precoz, el cual mejora el pronóstico tanto a nivel psicológico como académico del menor.
En paralelo, los docentes pueden ofrecer herramientas específicas para estos alumnos. Para ello, es fundamental una enseñanza adaptada a su ritmo y necesidades —con un tratamiento individualizado cuando sea necesario— que ponga en igualdad de condiciones a los niños con dislexia y a los que no la padecen.
La labor del logopeda en la dislexia
La labor del logopeda es fundamental en los casos de dislexia. Una terapia adecuada con este especialista evitará el riesgo de fracaso escolar, detectando sus necesidades de manera temprana y ofreciendo orientación sobre las mejores vías y estrategias para enseñar a un niño con dislexia.
La intervención del logopeda se inicia con una valoración del menor para realizar un primer diagnóstico y evaluar tanto sus capacidades de lectoescritura como de lenguaje oral. También es importante analizar su gestión emocional puesto que, a menudo, estos niños se sienten incomprendidos por su entorno. Por ello, es tan importante el trabajo interdisciplinario en estos casos, abordando el trastorno desde la logopedia y la psicología.
El tratamiento será siempre individualizado teniendo en cuenta las características, necesidades y edad de cada niño (puede darse el caso de que también se realice con adultos). En todo caso, se debe actuar siempre sobre todos los procesos relacionados con la lectura (percepción, decodificación, léxico, sintaxis y semántica).
Una parte fundamental de la intervención del logopeda es asesorar a las familias, ya que juegan un papel en el proceso, sobre todo desde un punto de vista emocional. También deben estar en comunicación con el maestro del niño y el especialista en Audición y Lenguaje.
La formación de los profesionales implicados es fundamental a la hora de detectar y diagnosticar cualquier disfunción en la lectoescritura de un menor. El Grado en Logopedia de UNIR habilita profesionalmente en el tratamiento de los menores con dislexia, que habitualmente deben estar enfocados en función de la edad.
El abordaje de la dislexia debe realizarse de forma temprana y desde varios prismas, donde el logopeda se sitúa como hilo conductor de las mismas. Una atención tardía puede aumentar el riesgo de sufrir fracaso escolar del menor e influir negativamente en su desarrollo y bienestar emocional.