UNIR Revista
Fomentar las carreras investigadoras es fundamental para el avance de cualquier sociedad moderna que aspire a consolidar su estado de bienestar. En este contexto, el papel del investigador científico es clave.
Un país sin ciencia no tiene futuro. Por eso, el rol de investigador científico en el avance de una sociedad es imprescindible. ¿Qué carrera estudiar para ser investigador científico? Cualquier titulación universitaria del ámbito de las Ciencias te puede servir para alcanzar esta meta. Desde las vinculadas con la rama sanitaria (Medicina, Enfermería, Farmacia, etc) hasta las llamadas Ciencias Naturales, como la Biología o la Biotecnología, pasando por las carreras más técnicas como la Física, la Química o las Matemáticas, entre otras.
De acuerdo con el trabajo publicado por los investigadores Javier P. Gisbert y María Chaparro, Reglas y consejos para ser un investigador de éxito, las cualidades fundamentales con las que debe contar un investigador científico son:
- Ética y honestidad.
- Curiosidad, pasión, entusiasmo y motivación.
- Persistencia, dedicación y disciplina.
- Ambición y liderazgo.
- Compromiso y responsabilidad.
- Organización y planificación.
- Adquirir conocimientos sobre metodología de la investigación.
- Actitud crítica y positiva ante las dificultades y el fracaso.
- Priorización de objetivos y gestión del tiempo.
- La importancia de un buen mentor.
- Establecimiento de una red de colaboradores y trabajo en equipo.
- Mantener un equilibrio entre actividad clínica e investigadora.
- Combinar investigación pública y privada.
- Equilibrio entre la vida profesional y personal.
- Humildad, generosidad y agradecimiento.
El investigador científico puede trabajar tanto en las instituciones públicas como en el ámbito privado. Así, tiene la opción de desempeñar su labor desde una empresa que cuente con investigadores científicos en su plantilla —como una fundación o una empresa farmacéutica—, o bien, desarrollar su carrera en un laboratorio, centro de salud o en el ámbito universitario.
En el caso concreto del personal investigador que se encuentra al servicio de las universidades públicas o privadas, de los organismos públicos de investigación y de los organismos de investigación de otras instituciones, estos pueden estar vinculados a través de una relación de carácter laboral (predoctoral, de duración determinada, fijo, investigador distinguido) o como funcionarios (científicos titulares, investigadores científicos, profesores de investigación).
Para favorecer la incorporación de personal investigador en las instituciones tanto públicas como privadas en muchos casos se requiere de un período de formación predoctoral, en el que se desarrollan los trabajos e investigaciones conducentes a la realización y defensa de la tesis doctoral, para posteriormente iniciar una etapa posdoctoral, incorporándose a empleos en los ámbitos públicos o privados donde desempeñar la una carrera investigadora que en muchas ocasiones se completará, en su caso, al acceso a una carrera docente.
Formación del investigador científico
Para ejercer la profesión de investigador científico en el ámbito de Ciencias de la Salud, se debe proceder principalmente de una carrera universitaria de la rama de las Ciencias como, por ejemplo, la Medicina, la Farmacia, las Ciencias Ambientales, la Biotecnología, la Física, la Química, la Biología o la Ingeniería Química, entre otras.
Posteriormente, se debe realizar la tesis doctoral para lograr el grado académico de doctor. Además, y dado que la formación constante es fundamental en la carrera investigadora, es recomendable que quienes quieran desempeñar su vida profesional como investigadores científicos accedan a posgrados como el Máster en Investigación en Ciencias de la Salud de UNIR.
Legislación en España del personal investigador
Según la Ley de Ciencia de 2011, se considera personal investigador a aquel que “estando en posesión de la titulación exigida en cada caso, lleva a cabo una actividad investigadora, entendida como el trabajo creativo realizado de forma sistemática para incrementar el volumen de conocimientos, incluidos los relativos al ser humano, la cultura y la sociedad, el uso de esos conocimientos para crear nuevas aplicaciones, su transferencia y su divulgación”.
Recientemente, el Gobierno ha puesto en marcha una reforma de la citada normativa con el objetivo de modificar el sistema de ciencia y tecnología actual para dotar de más recursos, derechos y oportunidades al personal investigador, así como lograr una carrera profesional pública más estable en el ámbito de la I+D+I.
Situación de la carrera científica en España
Según el Gobierno de España, a raíz de la recesión económica de la década pasada se produjo una reducción muy acusada de la capacidad para retener y atraer el talento investigador en España. “Se estima que entre 2011 y 2016 se perdieron más de 5.000 puestos de investigadores, a la vez que un elevado número de personas se vieron obligadas a establecer su carrera fuera de España”.
Además, señala que las capacidades del sistema de I+D+I público en España están amenazadas por el envejecimiento del personal investigador, así como por las discontinuidades y el retraso en la entrada al sistema para las personas jóvenes.
La investigación representa un pilar fundamental para el progreso de la sociedad. Sin ciencia no hay futuro, por lo que favorecer la generación de conocimiento gracias al fomento de las carreras investigadoras es fundamental para el avance de cualquier sociedad moderna que aspire a consolidar su estado de bienestar para todos sus ciudadanos.
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