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UNIR Revista entrevista a Mercedes Martínez Piédrola, Directora de Máster Universitario en Dirección y Gestión de Unidades de Enfermería, para analizar el papel de los enfermeros en España en un contexto de envejecimiento que obliga a desarrollar la atención domiciliaria a los pacientes.
El envejecimiento de la población en España va en aumento y nunca hasta la fecha habíamos sido tan mayores. En 2017 se llegó a una cifra nunca antes vista: por cada 100 menores de 16 años hay 118 mayores de 64. Además, un informe de la ONU en este sentido sitúa a España en el año 2050 como el país más envejecido del mundo y el 40% de la población se situaría por encima de los 60 años.
Esto ha dado lugar a un aumento de enfermedades crónicas y de pacientes que necesitan ser atendidos de manera permanente. En este contexto, la atención domiciliaria específica y especializada está en pleno desarrollo y necesita de profesionales sanitarios que den respuesta. UNIR Revista entrevista a Mercedes Martínez Piédrola, Directora de Máster Universitario en Dirección y Gestión de Unidades de Enfermería.
¿Es la atención domiciliaria el futuro de la enfermería?
La atención enfermera en el domicilio del paciente se refuerza cada vez más desde que se inició en el siglo XX. Se impulsó en 1978 en la Conferencia Internacional de Alma Ata y su Declaración sobre Atención Primaria de Salud, en la que se recogía la importancia de la visita domiciliaria enfermera, tanto en personas con enfermedades crónicas y/o agudas, como en personas sanas. Desde ese momento hasta la actualidad, esta modalidad de prestación de cuidados enfermeros ha ido desarrollándose y mejorando. El futuro que se va dibujando, abre muchas posibilidades de desarrollo y avance en la prestación de cuidados enfermeros.
¿Por qué es cada vez más importante?
Diversas organizaciones, entidades y servicios de salud han alertado del envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas. Esto revela la necesidad de cambiar y crear nuevos modelos de asistencia sanitaria costo-eficientes. En la mayoría de estos nuevos modelos, la atención enfermera a domicilio está presente y es reconocida como una modalidad de prestación sanitaria fundamental a aplicar en aquellas personas identificadas como de riesgo alto.
En este sentido, ¿es importante dar más liderazgo a las enfermeras y enfermeros en su gestión?
Es fundamental el desarrollo del liderazgo enfermero. Hay que sacar a la luz el potencial de cada profesional, lo mejor de cada uno de ellos y fomentar sus talentos”
Sin lugar a duda. No sólo en el ámbito de la gestión, sino en todos aquellos en los que la enfermería puede contribuir a mejorar la atención sanitaria a la población. Para ello hay que sacar a la luz el potencial de cada profesional, lo mejor de cada uno de ellos y fomentar el desarrollo de sus talentos. Hay que facilitar su formación y promoción para que sean líderes reconocidos por sus compañeros en su ámbito laboral y por su población asignada.
¿Cómo se consigue?
Para logarlo es preciso disponer, previamente, de unos auténticos líderes enfermeros gestores, que estén bien formados, que tengan amplias miras y visión de futuro. En resumen, que favorezcan el crecimiento de sus compañeros y de su profesión.
¿Cree que es necesario empoderar la enfermería y a los profesionales para una atención domiciliaria eficaz?
En términos generales, en enfermería, ese empoderamiento ya existe. Pero para que la sociedad pueda obtener el máximo beneficio posible de esta modalidad de prestación sanitaria, es preciso que desde los niveles de planificación política y estratégica se apueste por ella. Se necesitan unas directrices claras y que se dediquen los recursos necesarios.
El aumento de la esperanza de vida repercute sobre la economía del Sistema Sanitario, ¿cómo se hace frente a los retos presupuestarios, de gestión de materiales y de personal?
Los recursos, tanto económicos, como de materiales o humanos, son limitados y las necesidades de salud son cada vez mayores. No solo por el aumento de la esperanza de vida de la población, sino porque el número de personas con enfermedades crónicas va en aumento en todos los tramos de edad Y también crece el número de patologías por persona y de problemas de salud dependientes. Por tanto, es preciso modificar la filosofía de gestión sanitaria que se viene realizando.
¿Y qué se puede hacer desde el punto de vista de la enfermería?
Disponemos de diversos modelos conceptuales y teorías que constituyen la disciplina enfermera. Una de ellas es la Teoría General de Enfermería de Dorotea Orem, que gira en torno al autocuidado y da parte de la respuesta a la necesidad de una nueva forma de gestión. La Organización Mundial de la Salud señala en el Marco sobre servicios de salud integrados y centrados en la persona, que es preciso ‘adaptar los modelos asistenciales, implantar el liderazgo participativo y empoderar a la población’. En este último punto señala como elemento fundamental ‘trabajar en los autocuidados’ para conseguir el empoderamiento. Es por donde debe pasar la reorientación enfermera
¿Por qué es importante que se apruebe la prescripción enfermera para seguir avanzando?
La existencia de una normativa sobre prescripción enfermera que reconozca y contemple la realidad de la profesión es muy necesaria. Debe ser una herramienta más de trabajo, al igual que sucede en otras profesiones”
La existencia de una normativa sobre prescripción enfermera que reconozca y contemple la realidad de la profesión es muy necesaria. Debe ser una herramienta más de trabajo, al igual que sucede en otras profesiones, que facilitará la asistencia sanitaria al paciente. Esto permitiría que el paciente reciba todos los cuidados necesarios para abordar su problema de salud en un mismo acto enfermero.
¿Hacia dónde van los modelos de gestión en enfermería?
Los nuevos modelos de gestión enfermera deben apuntan hacia:
Cambiar la cultura de la atención sanitaria, creando nuevas líneas de trabajo: con la población; los profesionales y futuros profesionales sanitarios; en las políticas de salud en los distintos niveles (local, nacional, internacional).
La mejora de la calidad de los cuidados y la innovación.
La mejora en la formación de los enfermeros y su desarrollo profesional.
La mejora en la difusión de la buena práctica.
El aumento de la presencia de enfermeros líderes.
¿Qué tipo de formación es la más correcta para que los profesionales sanitarios puedan afrontar los nuevos retos a los que se enfrentan?
Si realmente queremos afrontar con éxito los nuevos retos que se nos presentan, es fundamental llevar a cabo una formación amplia, actualizada y continuada. Debe estar enfocado en adquirir las competencias necesarias asistenciales, de humanización, gestión, marketing, investigación en economía de la salud, calidad, liderazgo, planificación, toma de decisiones, dinámicas de grupos o manejo de situaciones conflictivas, entre otros.
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