Cristina Cebrián
La comunicación interpersonal es el proceso por el cual los seres humanos intercambian sentimientos e información mediante mensajes verbales y no verbales, y resulta esencial en las relaciones humanas.
Una llamada telefónica, una conversación entre amigos o una reunión de trabajo son algunos ejemplos de comunicación interpersonal. Aunque las personas practican a diario este tipo de comunicación, ya que es algo ineludible, no siempre se reflexiona sobre su importancia.
Es fundamental, además, recapacitar sobre los problemas que pueden surgir si no se realiza correctamente. Así, resulta crucial conocer sus claves para fomentar que las relaciones interpersonales se den de una manera positiva, ya que afecta a todos los aspectos de la vida humana.
La comunicación interpersonal y su importancia
La comunicación interpersonal es el proceso por el cual los seres humanos intercambian sentimientos e información mediante mensajes verbales y no verbales. De hecho, el 80 % de la comunicación es no verbal. Y aunque pueda parecer demasiado obvio, es importante aclarar que cada persona tiene sus propias expectativas, motivaciones e interpretaciones de la comunicación.
La comunicación interpersonal engloba categorías como la comunicación escrita, los gestos o la lectura de labios. También incluye algunas menos evidentes como son el baile y las expresiones faciales que dan pistas muy valiosas sobre las emociones.
En la vida cotidiana la comunicación interpersonal adquiere una relevancia muy importante, ya que posibilita la conexión con otras personas y la construcción de relaciones satisfactorias, pero es en el ámbito laboral donde resulta vital. Poder comunicarse de forma efectiva con los compañeros de trabajo, con los superiores o con los clientes es una manera de potenciar la carrera profesional.
La importancia de la comunicación interpersonal puede encontrarse en los siguientes factores:
- Fortalece las relaciones personales porque permite establecer conexiones más sólidas y significativas con otros semejantes, creando lazos de confianza y cercanía.
- Permite expresar emociones y sentimientos, ayudando al individuo a sentirse más comprendido y a establecer un vínculo emocional más intenso.
- Facilita la resolución de conflictos. El hecho de comunicarse de forma directa y abierta con las personas involucradas en un conflicto, permite expresar las preocupaciones, escuchar las perspectivas de los demás y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias.
- Ayuda a transmitir ideas y opiniones, promoviendo el intercambio de información y el enriquecimiento mutuo.
- Fomenta la empatía y la comprensión mutua. Al tratarse de una comunicación cara a cara, es posible percibir las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el tono de voz de las personas, lo que ayuda a comprender mejor sus sentimientos y perspectivas, potenciando así el entendimiento.
- Fortalece la colaboración y el trabajo en equipo. Por medio de una comunicación interpersonal efectiva, se promueve una mejor colaboración en los equipos de trabajo, ya que se facilita la coordinación, el intercambio de ideas y la toma de decisiones conjuntas.
- Contribuye al desarrollo personal y social, brindando la oportunidad de aprender de los demás y desarrollar habilidades sociales que permitirán establecer relaciones de manera efectiva en diferentes contextos.
- Proporciona apoyo emocional y afectivo, ayudando a sobrellevar situaciones difíciles y a fortalecer la salud emocional.
En definitiva, una comunicación interpersonal abierta, honesta y respetuosa crea un ambiente de confianza y cercanía entre las personas que fortalece las relaciones y promueve un sentido de pertenencia y bienestar emocional.
Principales tipos de comunicación interpersonal
La mayoría de expertos coinciden en diferenciar tres tipos de comunicación interpersonal:
Comunicación verbal
En este tipo se engloba la transmisión de información por medio de lenguaje, tanto hablado como escrito. Cuando se utiliza este tipo de comunicación resulta fundamental prestar atención a la elección del vocabulario, así como a la construcción de las frases, para construir un mensaje claro. También es relevante el tono de voz y la entonación que se utilicen en caso del lenguaje oral.
Comunicación no verbal
Supone toda la información que se aporta sin utilizar palabras. Es lo que se transmite a través del tono de voz, las expresiones de la cara, el lenguaje del cuerpo, el contacto físico. Muchos expertos coinciden en que este tipo de comunicación es el que más información aporta, a menudo de forma inconsciente. Así, la comunicación no verbal puede actuar como refuerzo del mensaje verbal o al contrario, contradiciendo totalmente lo que se afirma con palabras.
Comunicación paraverbal
Se trata del ritmo empleado al hablar, además del volumen de la voz, las pausas que se realizan, los silencios o la entonación que se decide dar al discurso. Todos estos aspectos aportan también información relevante sobre el mensaje, como puede ser el estado anímico de la persona que está hablando.
Buenas prácticas de la comunicación interpersonal
La comunicación interpersonal, tanto verbal como no verbal, se da de manera natural. Sin embargo, hay una serie de habilidades que se pueden poner en práctica para mejorarla.
Saber escuchar
Sin duda es el elemento crucial de la comunicación. Tal y como expresaba el psicólogo estadounidense Melvin L. De Fleur, “la escucha eficaz es una de las habilidades de comunicación más fundamentales”. De hecho, al escuchar no solo se reafirma el entendimiento del mensaje sino también el apoyo que el emisor recibe del receptor mientras se expresa.
Pero hay algo a lo que pocos se resisten: permanecer callado mientras se escucha. Para superar esta barrera, se debe dejar hablar al interlocutor y concentrarse en él. La clave está en hacerle ver que hay un interés en lo que dice y para lograrlo hay que dirigir el cuerpo hacia él y mirarle a los ojos.
Evitar hacer juicios de valor
Por naturaleza, el ser humano tiende a construir su propia opinión del interlocutor en base a sus creencias, valores o forma de vida. Esto conduce a que, en el momento de la escucha, se emitan prejuicios que pueden distorsionar el mensaje.
No se deben extraer conclusiones precipitadas sobre el interlocutor y no hay que olvidar que todo prejuicio implica un error por falta de conocimiento.
De hecho, los expertos hablan de una tendencia inconsciente a tratar con simpatía a quienes resultan agradables a la vista y, por el contrario, a ser más fríos con quienes parecen más desagradables. El modo más sencillo de evitar esto es no extraer conclusiones precipitadas sobre el interlocutor y no olvidar que todo prejuicio implica un error por falta de conocimiento.
Practicar la asertividad
La asertividad es la capacidad de transmitir a una persona opiniones, creencias o sentimientos de forma eficaz y sin sentirse incómodo. Por ello, llevar a la práctica esta habilidad aumenta la posibilidad de conseguir lo que se desea. Además, la persona asertiva se siente más satisfecha consigo misma y le permite conservar una relación de confianza con los otros. Por tanto, aumenta su autoestima.
En el lado opuesto de la asertividad se encuentran la agresividad y la pasividad, conductas que dificultan una comunicación tranquila y eficaz. El comportamiento asertivo es mucho más que exigir de los demás el respeto de nuestros derechos o impedir que los demás nos manipulen. En un sentido social, ser asertivo consiste en comunicar a otros quiénes somos, qué hacemos o qué esperamos.
Fomentar la empatía
La capacidad de ponerse en el lugar del otro, la empatía, es otra de las claves para que la comunicación interpersonal dé sus frutos. Un ejemplo claro se produce en las entrevistas de trabajo. Así, si el entrevistador no actúa con empatía, es difícil que el candidato muestre sus fortalezas y aptitudes. Si además, se trata con respeto y tolerancia a la otra persona, la comunicación será mucho más fluida y enriquecedora.
Atender a la comunicación no verbal
Aprender las señales no verbales, comunes en todas las personas, es una herramienta muy valiosa para comprender al interlocutor. El tono de voz, las expresiones faciales, los gestos y el lenguaje corporal son algunas de las señales que se emiten durante la comunicación. Estas ayudan a entender emociones, sensaciones e incluso a percibir si la persona está mintiendo.
En este sentido, algunos investigadores explican que cuando alguien no dice la verdad tiende a mirar hacia arriba y hacia la izquierda. En cambio si la persona no recuerda algo o no está segura de estar en lo correcto, bajará los ojos y mirará a la derecha.
Obstáculos que hay que evitar
En el lado opuesto a estas prácticas, existen ciertas barreras que dificultan el proceso comunicativo. Conocerlas e identificarlas también ayudará a mejorar la comunicación entre individuos. Algunos de estos obstáculos son:
Emotividad
Las reacciones emocionales, especialmente las negativas, pueden influir en cómo se entiende el mensaje y también repercute en los siguientes mensajes. Por ejemplo, cuando el médico comunica una noticia negativa al paciente automáticamente dejará de escuchar el resto del mensaje, si no existe una adecuada preparación emocional.
Ruido
Ciertos elementos que rodean el momento comunicativo pueden generar incomodidad física o distracciones visuales. Uno de los más comunes es el ruido.
Exceso de afectividad
No calcular bien las señales de acercamiento afectivo y corporal pueden llevar a errores de comunicación. A veces, con la intención de empatizar con la otra persona, se cae en un acercamiento desproporcionado que puede incomodar al individuo.
Así, actitudes como el tuteo, coger de la mano o simplemente acercarse en exceso, pueden turbar la tranquilidad de la persona e incluso violentarla.
La sonrisa que nunca falla
Por último, y no por ello menos importante, hay un elemento que tiene un poder extraordinario a la hora de comunicar: la sonrisa. En muchas ocasiones se utiliza como un gesto de pacificación.
Por débil que parezca, la sonrisa es un amortiguador importante, por ejemplo, frente a la agresión. Además, el acto de sonreír puede suavizar un rechazo, comunicar una actitud amigable y animar a los demás a que te devuelvan esa sonrisa.
Por tanto, aunque las circunstancias no sean favorables, no dejes nunca de sonreír.