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El hierro cumple una serie de procesos en el organismo que son vitales para mantener una buena salud; es ahí donde radica la importancia del metabolismo de este nutriente.
Para todos los seres humanos el hierro es un nutriente fundamental. Además, en el caso de lactantes, niños y adolescentes es esencial asegurar el aporte adecuado de este mineral (a través de la dieta), ya que lo necesitan para un correcto desarrollo y asegurar el buen funcionamiento de su organismo. Por estas razones, es fundamental llevar un control sobre el metabolismo del hierro, pues este conjunto de procesos repercuten en la salud.
¿Qué es el metabolismo del hierro? Es el ciclo que recorre el hierro en el cuerpo humano basado principalmente en completar diferentes fases: absorción, transporte, reciclado y almacenamiento.
Fases del metabolismo del hierro
- Absorción. Es la etapa de captación por la que se absorbe el hierro a través de la ingesta de alimentos. El hierro se clasifica en dos tipos:
- El hierro hemo, el cual representa una pequeña parte del contenido de hierro total en los alimentos de origen animal. Del hierro absorbido, constituye una cantidad considerable.
- El hierro no hemo, presente en cantidades variables en alimentos de origen vegetal y que representa la mayor parte del hierro de la alimentación.
- Transporte. El hierro circula por el organismo a través de la transferrina. Esta se sintetiza principalmente en el hígado y se transporta hacia la médula ósea, incorporándose a la molécula de la hemoglobina de los hematíes o glóbulos rojos. Si el cuerpo funciona correctamente este proceso se realiza de forma eficaz y tiene lugar un mínimo de 10 veces al día.
- Reciclado. Es la fase donde se realiza el recambio de este nutriente. Durante el metabolismo del hierro se produce una degradación de los glóbulos rojos en el organismo.
- Almacenamiento. Es la cantidad de hierro que almacena el cuerpo humano. En las personas cuyo organismo funciona sin ningún problema, el hierro de los depósitos representa el 25 %, mayoritariamente en forma de ferritina en el hígado, bazo y músculo esquelético.
Estas fases que conforman el metabolismo del hierro se realizan de forma constante y no siguen ningún orden. La importancia de este proceso y del hierro en el organismo radica en que este nutriente es el encargado de fabricar la proteína de los glóbulos rojos, la hemoglobina, la cual se encarga de transportar oxígeno al cuerpo, y además de fabricar mioglobina, la proteína responsable de llevar oxígeno a los músculos.
El hierro es un nutriente necesario para la salud y su metabolismo resulta esencial para mantener al organismo en óptimas condiciones. El contenido medio de hierro en el organismo oscila entre los 3 y los 4 gramos, distribuido en eritrocitos, macrófagos del sistema reticuloendotelial (SRE), hígado, médula ósea, músculos y otros tejidos.
En personas con un estado nutricional óptimo, el 65 % del hierro forma parte de la hemoglobina o proteína del interior de los glóbulos rojos, el 15 % lo conforman las enzimas y la mioglobina (proteína presente en los tejidos del corazón y otros músculos), y el 20 %, hierro de depósito, y entre el 0,1 % y 0,2 %, está contenido en la transferrina como hierro circulante.
Trastornos en el metabolismo del hierro
Los profesionales especialistas en hematología, encargados del estudio de la sangre, identifican trastornos del metabolismo del hierro cuando hay sobrecarga de hierro o cuando se produce una deficiencia de hierro en el cuerpo.
La hemocromatosis se padece cuando el cuerpo absorbe demasiado hierro. Por su parte, la anemia supone falta de hierro en la sangre y suele ser generada por el tipo de dieta, periodos menstruales o durante el embarazo. Si bien, hay otro tipo de anemias más graves, por los síntomas que provocan que deben ser tratados con tratamientos más avanzados y de la forma más rigurosa posible.
En el caso de los pacientes más pequeños, el cometido principal de los especialistas en hematología es realizar un buen diagnóstico y prevenir en la medida de lo posible que padezcan alguna patología hematológica como la anemia, recomendando una dieta adecuada y rica en este nutriente.
Cuando las enfermedades relacionadas con la sangre son más graves, adquiere especial relevancia el diagnóstico, tratamiento, el método de trabajo y la calidad en la atención sanitaria. Para garantizar la eficacia en cada uno de estos aspectos, es de utilidad contar con una especialización como la que otorga UNIR mediante el Máster en Oncología Pediátrica y Hematología, que aporta al profesional de la salud el conocimiento clave para desarrollar con éxito el trabajo en este área, centrada en los pacientes pediátricos que sufren trastornos sanguíneos o tienen enfermedades oncológicas.
