UNIR Revista
La oncología engloba un grupo variado de enfermedades neoplásicas y, en el caso concreto del rango pediátrico, patologías tanto hematológicas como tumores sólidos.
En España, la principal causa de muerte son las patologías cardiovasculares, seguidas del cáncer. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer, tumor maligno o neoplasia maligna es un término genérico que designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo. De ahí la dificultad de encontrar hoy en día una cura contra el cáncer (pese a que cada vez hay más altas tasas de supervivencia). En cuanto a qué es la neoplasia, también llamadas neoplasmas o tumores, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos las define como “masas anormales de tejido que aparecen cuando las células se multiplican más de lo debido, o no se mueren cuando deberían”.
El cáncer se caracteriza por la multiplicación rápida de células anormales, que se extienden más allá de sus límites habituales y que pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse hacia otros órganos. Este proceso se denomina metástasis y actualmente representa la principal causa de muerte por cáncer.
Tipos de neoplasia
Las neoplasias pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). En el caso de las benignas, estas a veces crecen mucho, pero no se diseminan, ni tampoco invaden los tejidos cercanos ni otras partes del cuerpo.
En cambio, las masas malignas suelen diseminarse o invadir los tejidos cercanos, y también es posible que se diseminen a otras partes del cuerpo a través de la sangre y el sistema linfático, dando lugar a una metástasis o segunda neoplasia.
Segundas neoplasias
Según la American Cancer Society, las segundas neoplasias (SN) son la “aparición de un nuevo cáncer que es biológicamente independiente del primero”. Por su parte, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) precisa que las segundas neoplasias (SN) conforman un 13% del total de todas las neoplasias.
Según concreta esta entidad científica, las segundas neoplasias “tan solo” son “uno más de los muchos problemas de salud que pueden tener los largos supervivientes” del cáncer, en relación con la edad, o con las secuelas derivadas de los tratamientos recibidos, o de la propia enfermedad neoplásica. “El 62% de los supervivientes han presentado al menos un problema de salud crónico, el 28% una condición severa y el 24% tres o más problemas crónicos de salud”, subraya.
Así, entre las posibles causas de estas segundas neoplasias se encontrarían:
- Secuelas tardías de los tratamientos
- Estilos de vida que favorecen el desarrollo de neoplasias
- Exposición ambiental
- Factores del huésped
- Interacciones genes-ambiente y genes-genes
- Predisposición genética
- Combinaciones
- El azar
Relación entre las neoplasias y cáncer infantil
El cáncer infantil hace referencia de forma genérica a un amplio grupo de enfermedades neoplásicas desarrolladas durante la infancia. En la actualidad, representa una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes de todo el mundo. “Cada año el cáncer infantil afecta a 138 niños por cada millón de niños menores de 15 años”, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Desde esta entidad añaden que, “aunque la mayoría de casos se van a curar, sigue siendo la segunda causa de muerte entre menores de 15 años, por detrás de los accidentes”.
En España, la incidencia es de 15 nuevos casos al año por cada 100.000 niños menores de 14. El porcentaje de supervivencia está en el 81% a los 5 años, según las últimas cifras del Registro Español de Tumores Infantiles (RETI-SEHOP).
Los tumores hematológicos y los del sistema nervioso central son los más frecuentes en niños. Estos casos no se asocian con unos factores de riesgo concretos y solo uno de cada diez responde a una predisposición genética. Falta mucha investigación en este campo, teniendo en cuenta el impacto que esta enfermedad supone no solo a nivel psicológico y emocional sobre las familias y los propios menores, sino también a nivel económico del sistema de salud.
Según la SEOM, los niños que sobreviven a una neoplasia—tal como la Enfermedad de Hodgkin, una leucemia, un sarcoma o un tumor del sistema nervioso central—tienen mayor probabilidad de desarrollar una segunda neoplasia. No hay que olvidar en este contexto el impacto de una SN en los menores, según advierte la institución: en el caso de los supervivientes, el riesgo de padecer una enfermedad crónica es 3,3 veces mayor, porcentaje que se eleva a 8,2 veces más de riesgo de patologías que amenazan la vida.
Además, lamenta que el 13% de los menores que logra sobrevivir cinco años fallecen por la recidiva—en el 67% de los casos—o por una segunda neoplasia—en el 18,6%. Igualmente, menciona que a los 20 años las SN representan la primera causa de defunción (la principal causa predisponente es la radioterapia), al tiempo que señala que la calidad de vida también disminuye en los largos supervivientes.
En última instancia, se trata de unas cifras que, a juicio de los expertos, deben hacer caer en la cuenta de que la aparición de segundas neoplasias representa actualmente un problema de salud muy serio y que debe ser tenido en cuenta. Para ello, la formación del profesional sanitario con postgrados como el Máster en Hematología y Oncología Pediátrica de UNIR es fundamental.