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El especialista que se ocupa del análisis, diagnóstico y tratamiento de las patologías que afectan al sistema nervioso en los niños y adolescentes es el neuropediatra o neurólogo infantil.
El neuropediatra o neurólogo infantil es el médico especialista en neurología que aborda los problemas del sistema nervioso que afectan a niños y adolescentes. Una de las funciones de las que es responsable es del diagnóstico precoz de trastornos como TDAH, TEA, problemas en el lenguaje o dificultades en el aprendizaje, algo determinante para lograr un plan terapéutico eficaz adaptado a cada caso.
Una especialidad relacionada con la neuropediatría es la neuropsicología, pues proporciona una aproximación distinta pero efectiva en casos de TDAH, autismo, trastornos del lenguaje, problemas de aprendizaje, dislexia o altas capacidades, por ejemplo. El Máster en Neuropsicología online de UNIR enseña cómo identificar de forma específica estos trastornos en un niño o adolescente.
¿Qué es un neuropediatra?
Para comprender qué es un neuropediatra, conviene tener claro primero qué es un neurólogo y qué es un pediatra. Y es que el neuropediatra es un médico especializado que ha completado su formación en pediatría, para después realizar la subespecialidad en neuropediatría.
Por tanto, estamos ante un especialista que diagnostica y trata los trastornos que afectan al sistema nervioso de niños y adolescentes. Pero, como los enfermos a los que atienden no son adultos, su labor va mucho más allá de diagnosticarlos, tratarlos y realizar su seguimiento.
También debe brindar orientación y asesoramiento a los padres de sus pacientes para que puedan entender la patología que afecta a sus hijos, su posible evolución o los retos a los que deberán enfrentarse.
Se trata de un médico que trabaja en estrecha colaboración con otros profesionales sanitarios, como fisioterapeutas, neuropsicólogos, logopedas infantiles, terapeutas ocupacionales u otros médicos especialistas, con el objetivo de ofrecer una atención integral.
Funciones del neurólogo infantil
El neurólogo infantojuvenil o neuropediatra desempeña un papel determinante en el devenir de las patologías de sus pacientes, puesto que en muchas ocasiones, su diagnóstico y tratamiento determinará la evolución de la enfermedad a lo largo de su vida. Entre las funciones que tiene asignadas este profesional destacan:
- Evaluación y diagnóstico. Incluye la realización de exámenes neurológicos que permitan determinar el problema y elaborar la historia médica completa.
- Monitoreo del desarrollo. Implica el seguimiento del desarrollo neurológico y psicomotor de los niños, identificando algún posible signo de trastornos neurológicos. También es su cometido monitorear los progresos del paciente para poder ajustar los tratamientos.
- Implementación de planes de tratamiento. Determinar los tratamientos individualizados basados en las necesidades específicas del niño y prescribir las medicaciones más adecuadas son otras de las funciones del neuropediatra.
- Coordinación de cuidados multidisciplinarios. Consiste en la colaboración con otros profesionales de la salud, como pediatras, genetistas, psiquiatras infantiles o fisioterapeutas, para asegurar un enfoque integral del tratamiento.
- Educación y apoyo a las familias. Es una de las funciones más importantes del neurólogo infantil, puesto que son el canal de comunicación con el que cuentan las familias para poder estar al tanto sobre la condición neurológica del niño y las opciones de tratamiento. Ofrecer apoyo emocional y recursos educativos para ayudar a los progenitores a manejar el impacto del diagnóstico, también es cometido de este profesional.
- Investigación y educación médica. Supone la participación en estudios de investigación para avanzar en el conocimiento de las enfermedades neurológicas infantiles y mejorar las opciones de tratamiento.
Estas funciones reflejan el papel multifacético y esencial del neurólogo infantil en el cuidado y desarrollo de sus pacientes, destacando su compromiso con la mejora de la calidad de vida de estos niños y de sus familias.
Principales trastornos que trata un neuropediatra
La neuropediatría infantil, al igual que la propia neurología, se ocupa de un sinfín de patologías que comprometen el sistema nervioso, en este caso de los bebés, niños o adolescentes. Estas son algunos de los principales trastornos que un neuropediatra atiende en su consulta:
- Autismo. Los trastornos del espectro autista (TEA) son alteraciones del neurodesarrollo que obstaculizan la interacción social y la comunicación, afectando en diferentes grados al comportamiento. El neuropediatra en el autismo tiene un papel realmente determinante, sobre todo para su diagnóstico precoz y para fijar el tratamiento que mejor convenga a cada caso.
- TDAH. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad suele detectarse en la escuela, por ello es importante que los profesores cuenten con formación en materias como neuropsicología educativa. Es una alteración que sufren niños con dificultad para concentrarse en una única tarea, lo que desemboca en hiperactividad y, a menudo, dificultades para cumplir normas. El neuropediatra en TDAH es indispensable.
- Epilepsia. Es una patología que cursa con convulsiones recurrentes producidas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Los ataques de epilepsia producen descoordinación y suponen un trauma para el niño que los sufre, por ello el papel del neuropediatra también es explicarle lo que sucede y tranquilizarlo en la medida de lo posible.
- Retraso o afectación del neurodesarrollo. A medida que un niño va creciendo, es posible que el neurólogo pediátrico detecte carencias en la evolución normal de su sistema nervioso, lo que generará que no adquiera las competencias que se esperan en cada etapa del crecimiento.
- Desarrollo del sistema nervioso. Los problemas en la maduración normal del sistema nervioso pueden darse cuando existe un nacimiento prematuro, cuando hay problemas durante el embarazo o por motivos externos.
- Enfermedades neuromusculares. Son dolencias que afectan a los músculos y al sistema nervioso periférico de los niños. Entre las más comunes se encuentran la atrofia muscular espinal o la distrofia muscular.
- Dolores de cabeza. Cualquier tipo de cefalea o migraña que padezca un niño será tratada por el neuropediatra, que deberá determinar su causa. En la sociedad actual, el uso de pantallas ha aumentado los casos de dolores de cabeza entre los más jóvenes, pero también pueden darse por la existencia de patologías más graves, como un tumor cerebral.
Por tanto, el neuropediatra aborda básicamente las mismas enfermedades que trata un neurólogo, pero en el cuerpo de niños y adolescentes. Así, las patologías degenerativas, como el Alzheimer y otras demencias, que afectan principalmente a personas mayores, no son cometido de estos profesionales.
Formación necesaria para ser neuropediatra o neurólogo infantil
Como cualquier especialidad médica, la neuropediatría requiere de una gran vocación para hacer frente a todas las horas de estudio que son necesarias para completar con éxito la formación requerida.
A grandes rasgos, después de obtener la nota necesaria en la EBAU para cursar la carrera de Medicina, estos serían los pasos:
- Completar los 360 créditos ECTS del Grado en Medicina.
- Preparar y superar el examen MIR. Dependiendo de la nota obtenida, se podrá optar a la especialidad deseada o no.
- Realizar la residencia en la especialidad de pediatría, según aparece en la relación de especialidades en Ciencias de la Salud.
- Especializarse en neuropediatría a través de formación reglada según los estándares europeos.
Aunque la neurología pediátrica es ya una subespecialidad de la pediatría, existen diversos campos en los que adquirir conocimientos más específicos todavía. Es el caso de la neurocirugía pediátrica, la neurorrehabilitación infantil, la neuroanestesiología pediátrica o la neuropsicología.