Román Rodríguez Curbelo
La Universidad Internacional de La Rioja y el Consorcio de Neuropsicología Clínica (CNC) reunirán entre el 27 y el 28 de junio a diversos especialistas para profundizar en los avances en neurodesarrollo o en el abordaje de las adicciones a las nuevas tecnologías, siempre desde el punto de vista de los niños y los adolescentes.
Las jornadas pretenden reunir a diferentes especialistas para abordar y compartir los últimos avances en la evaluación de algunos trastornos neurológicos durante el desarrollo o la adición a las nuevas tecnologías, entre otros casos.
Dará la bienvenida a las sesiones Lilia Hernández, neuropsicóloga pediátrica, directora académica del Máster en Psicología Infanto-Juvenil de UNIR, y que pertenece al Servicio de Pediatría del Hospital Santa Elena de Madrid, explica que los problemas del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia son el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Su etiología, el estudio sobre las causas, es por el momento desconocida.
No obstante, las principales hipótesis que maneja la comunidad científica al respecto se centran en la interacción de la genética y los efectos del ambiente. El TEA, por ejemplo, combina una alta especificidad como trastorno y una elevada individualidad. “Esto es, presenta una sintomatología característica que le facilita diferenciarse de otros trastornos del neurodesarrollo infantil”, añade la docente en UNIR.
El próximo 30 de junio es el Día Mundial de las Redes Sociales, cuyo uso, observa Lilia Hernández, se puede relacionar con cambios en la sensibilidad del cerebro a recompensas y castigos sociales. Comienzan a observarse relaciones entre el uso de las RRSS, el desarrollo neuronal de los adolescentes y la adaptación psicológica de la que son capaces.
En este sentido, la experta destaca cómo la atención positiva en las redes perjudica a múltiples partes del cerebro. “Por ejemplo, un artículo publicado en Social Cognitive and Affective Neuroscience indica que acumular Me Gusta en Facebook, Twitter o Instagram provoca activaciones en la circuidad cerebral implicada en la recompensa. Esto incluye regiones implicadas en la experiencia de recibir señales de aprobación en el mundo real”, explica Hernández.
Literatura científica en torno al TDAH
Varias ponencias del evento tratan el TDAH. Pero, ¿qué es exactamente este trastorno? ¿Cómo se puede diagnosticar y, en última instancia, tratar? El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los más frecuentes entre la población infanto-juvenil. Es de naturaleza crónica y se prolonga a lo largo de toda la vida pese a la variedad de síntomas que pueda presentar con el paso del tiempo.
Las investigaciones más recientes apuntan a causas y factores de riesgo como:
- Lesión cerebral.
- Exposición ambiental (por ejemplo, al plomo).
- Consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo.
- Parto prematuro.
- Bajo peso al nacer.
Los principales síntomas del TDAH, que comienzan normalmente antes de los 12 años, incluyen la falta de atención y un comportamiento hiperactivo-impulsivo. Estos síntomas aparecen antes de los 12 años de edad. En el TDAH existen tres tipos de sintomatología:
- Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención. Al niño le cuesta, por ejemplo, permanecer concentrado en tareas o juegos, parece no escuchar, presenta dificultades para seguir instrucciones, no termina los trabajos escolares y tiene problemas para organizar tareas y actividades, entre otros signos.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. La mayoría de los síntomas son la hiperactividad e impulsividad. Por ejemplo, al niño le cuesta permanecer sentado en el aula o en otros espacios, está en constante movimiento, va de un lado para otro en situaciones no apropiadas, habla demasiado, interrumpe conversaciones o es incapaz de esperar su turno, entre otros hábitos.
- Combinado. El niño mezcla síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.
Por otro lado, en el TDAH la sintomatología puede ser diferente en los niños (los niños pueden ser más hiperactivos) que en las niñas (las niñas tienden a ser menos atentas). Lilia Hernández recomienda a padres, madres y tutores que consulten a un profesional especializado cuando la persona a su cargo presente alguno de los síntomas descritos. Características que, en cualquier caso, tienen que perdurar en el tiempo e interferir en sus vidas cotidianas.
Y en cuanto al tratamiento, la experta asegura que ha de realizarse desde un enfoque multidisciplinar y multimodal. Este trastorno tiene una gran repercusión en las distintas fases de la vida de la persona que lo sufre y, por lo tanto, es importante atender aspectos conductuales, cognitivos, educativos, familiares y sociales.
El tratamiento multimodal tiene diferentes pilares básicos:
- Tratamiento farmacológico.
- Intervención psicológica.
- Intervención educativa.
- Intervención familiar.
Autolesiones, dislexias, problemas comunicativos, fenómenos adversos en el desarrollo del lenguaje, trastornos de conducta, deficiencias motoras… Todas estas realidades se abordarán desde distintos criterios.
La propia Lilia Hernández presentará las jornadas el martes, 27 de junio, a las 17 horas. Noemí Fariña, logopeda, e Iban Onandia, Paula Villena, Aarón Fernández y Alberto del Barco, expertos todos ellos en neuropsicología, completarán el panel de ese primer día.
Al día siguiente, a la misma hora, continuarán Raquel Balmaseda, neuropsicóloga y docente de UNIR, y Elena Bernabéu, Natividad Narbona, Javier Abril y Sarai Urtiaga cerrarán unas jornadas en las que se puede inscribir aquí cualquier interesado en ampliar su formación específica junto a científicos de primer nivel.