Román Rodríguez Curbelo
La psicóloga obtuvo un reconocimiento a la Excelencia Académica durante sus estudios en el máster en este campo que le apasiona. Una satisfacción personal que partió de una grata sorpresa: la metodología online de UNIR le ayudó en todo momento.
Rodríguez finalizó sus estudios de Psicología en 2016 y el Máster en Psicología General Sanitaria dos años después. Desde entonces ejerce como psicóloga sanitaria en un centro de salud, y como coordinadora de zona del Servicio de Promoción de la Autonomía Personal (SEPAP Mejora-T).
El SEPAP Mejora-T es un programa de la Dirección General de Atención a la Dependencia de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha, donde vive. Ofrece un servicio público y gratuito de atención a personas mayores de edad en situación de dependencia.
Rodríguez atiende como psicóloga a usuarios y a familias, evalúa y realiza planes de atención y vida, y ejecuta talleres de memoria, educación para la salud, estimulación cognitiva o relajación, entre otros.
Paloma Rodríguez.
Y como coordinadora de zona, gestiona recursos materiales y profesionales, estructura horarios de atención, intermedia entre usuarios, servicios y la consejería, los servicios sociales de atención Primaria o los distintos ayuntamientos, entre otras tareas.
También fue beneficiaria el año pasado de una beca del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO), en el que está colegiada. El COPAO mantiene con UNIR un convenio de colaboración con el que avala su máster y ofrece becas a sus colegiados y colegiadas para cursarlo. Paloma fue una de ellas.
Es decir: profesionalmente no para. Pero tenía claro que quería seguir formándose y, sobre todo, profundizar en el conocimiento del cerebro y de su funcionamiento a través de un posgrado. Un reto que, como reconoce, no hubiera podido realizar sin una universidad como UNIR.
UNIR, un descubrimiento
Paloma Rodríguez pudo compaginar todas estas labores con sus estudios en el Máster en Neuropsicología Clínica de UNIR entre 2020 y 2021. Sacrificó para ello aspectos personales de su vida y de sus relaciones personales. Pero tanto tiempo y esfuerzo tuvieron recompensa: obtuvo al final un Premio Extraordinario a la Excelencia Académica por sus estudios en UNIR. Una “gran satisfacción” a nivel personal.
“UNIR ha sido un gran descubrimiento. Me ha permitido ampliar mi formación en un campo que me apasiona sin necesidad de desplazarme de mi domicilio y compaginándolo con mi trabajo y mi vida privada. Sé que sin esta universidad no habría sido posible: vivo y trabajo en una zona rural a más de 100 kilómetros de cualquier ciudad”, admite.
Tuvo dudas en un primer momento porque nunca había recibido clases online. La metodología, no obstante, le sorprendió gratamente: “Recomendaría una y mil veces esa sensación de aprender y de exprimir cada clase, la cercanía del claustro, el acompañamiento de tu tutor, su preocupación y disponibilidad”, añade la psicóloga.
Recomendaría una y mil veces esa sensación de aprender y de exprimir cada clase
Las clases en diferentes horarios proporcionaban flexibilidad, aunque se podían igualmente ver en diferido y por ello pudo asistir a todas ellas. Paloma formó parte, además, de un grupo de compañeros que funcionaba como una piña: se mantenían todos al día, se ayudaban unos a otros e, incluso, se llevó de aquella experiencia verdaderas amigas.
Le sorprendió asimismo la relación entre los estudiantes y los profesores: “A pesar de encontrarse al otro lado de la pantalla, a cientos de kilómetros, el trato es muy cercano. La comunicación con ellos es muy fluida y están disponibles para el alumno. La mayoría responde a dudas y mensajes en un breve lapso de tiempo”, remarca.
Una vocación de siempre
Esta profesional siempre se ha sentido atraída por la idea de cómo y hasta qué punto el cerebro tiene relación con la conducta de las personas. Recuerda en esa línea que el cerebro es el responsable de lo que somos, de cómo somos y de lo que hacemos y sentimos desde antes de nacer.
Su Trabajo Final de Grado abordó las características a nivel neuropsicológico de los niños prematuros a lo largo de su neurodesarrollo. Y concluyó su Máster en Psicología General Sanitaria con un trabajo sobre las diferencias en las características neuropsicológicas y el rendimiento de las funciones cognitivas entre personas que habían cursado estudios formales de música desde la infancia y personas sin esta formación artística.
Trató de observar si la música ejercía algún efecto modulador sobre las variables estudiadas, como atención, memoria, velocidad de procesamiento o funciones ejecutivas, entre otras.
“Mi línea de investigación actual, y en la que se ha centrado mi Trabajo de Fin de Estudios de este Máster en Neuropsicología Clínica, ahonda sobre el efecto que el coronavirus, tan presente en nuestros días, así como las medidas tomadas para la contención de la situación epidemiológica, han podido ejercer sobre el rendimiento cognitivo de las personas mayores y su relación con la reserva cognitiva”, subraya.
La importancia de la investigación
Toda investigación en este campo, y los avances que de ella se derivan, según Rodríguez, debe trasladarse a la práctica clínica. Es uno de los grandes retos de la neuropsicología: comenzar estrategias de evaluación y rehabilitación basadas en la evidencia científica de una manera más ágil y rápida.
Una investigación que debe continuarse y que requiere por lo tanto de fondos: “Queda mucho por conocer y por descubrir sobre el cerebro y su funcionamiento”, subraya la antigua estudiante de UNIR.
Considera en esa línea que debería de reconocerse a la Neuropsicología como especialidad dentro de la Psicología, y valorar al neuropsicólogo como profesional sanitario dentro de los distintos servicios que ofrece el Sistema Nacional de Salud español.
Rodríguez reivindica por ello a los profesionales de esta especialidad, porque su papel está presente en todas las etapas de un ser humano, desde el neurodesarrollo hasta el envejecimiento. Son capaces de identificar, diagnosticar e intervenir en trastornos cada vez más presentes en la sociedad como el daño cerebral adquirido en cualquiera de las etapas vitales, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades neurodegenerativas de diferente índole o las demencias.
Es una rama de la Neurociencia que ha evolucionado mucho en poco tiempo, cuenta la psicóloga. “Se han realizado avances en el campo de la neuroimagen y la comprensión del funcionamiento cerebral en los últimos años que han permitido aproximarnos cada vez más a conocer la relación entre órgano y función, y su manifestación conductual”, explica.
