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Muchas personas que sufren la enfermedad de Parkinson en su fase avanzada experimentan problemas de demencia.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del movimiento neurodegenerativo muy común en adultos mayores. Se trata de un problema que fue descrito por primera vez en el año 1817 por el médico James Parkinson, y que consiste en la pérdida de neuronas monoaminérgicas del tronco cerebral, pero cuya causa aún hoy en día sigue siendo desconocida. Se asocia con otros trastornos, por ejemplo, es común la coexistencia del Parkinson y la demencia.
Según muestran los diferentes datos clínicos, un alto porcentaje de las personas aquejadas por la enfermedad de Parkinson llegan a sufrir demencia. A su vez, algunos estudios indican que suelen transcurrir alrededor de 10 años desde que se inicia la enfermedad de Parkinson hasta que se desarrolla la demencia.
¿Qué caracteriza la demencia asociada con la enfermedad de Parkinson?
Las alteraciones que se producen en el cerebro de las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson y demencia son provocadas por microscópicos depósitos anormales, compuestos de la proteína alfa-sinucleína. La demencia de la enfermedad de Parkinson daña diferentes dominios cognitivos y afecta la función ejecutiva, la visoespacial, la atención o la memoria.
Entre los signos y síntomas presentes predominan los motores. Hablamos de una enfermedad con un desarrollo gradual. En las primeras etapas, los síntomas son leves y se dan solo en un lado del cuerpo. Con el paso del tiempo, ambas partes corporales se ven afectadas, aunque es habitual que un lado lo esté en mayor medida que el otro. En la demencia asociada a la enfermedad del Parkinson son muy frecuentes las alteraciones de la marcha, la inestabilidad en la postura y las caídas.
También es habitual la alteración del lenguaje y su manifestación en una mayor pobreza para construir oraciones, problemas de entonación o lentitud en la generación de discurso. Los cambios en la memoria, los problemas de concentración, las alucinaciones o la dificultad para interpretar información visual son otros de los signos que pueden presentar los pacientes.
El Parkinson es una enfermedad que, aunque evoluciona negativamente, no es fatal en sí misma. No obstante, la asociación del Parkinson con la demencia implica un descenso en la esperanza de vida. En ese sentido, es importante señalar que el tabaquismo o la pérdida de movimiento automático se suelen asociar con un mayor riesgo de sufrir demencia relacionada con la enfermedad de Parkinson.
El tratamiento
Existen muchos tipos de demencia, la cual puede asociarse con diferentes trastornos. Por esa razón, el diagnóstico cobra mucha importancia y los profesionales deben prestar atención a las señales que indican que el Parkinson y la demencia van unidos.
Un problema vinculado al diagnóstico de demencia en personas con la enfermedad de Parkinson es que, en muchas ocasiones, los tratamientos farmacológicos para el Parkinson provocan efectos secundarios como confusión, alucinaciones o, incluso, pérdida de memoria. Todos ellos son síntomas de la demencia, por lo que el profesional debe saber distinguir si la causa es el tratamiento o la propia demencia.
Dado que no existe un tratamiento que pueda curar la enfermedad, el objetivo de los diferentes tratamientos es mejorar los síntomas. También es habitual que los tratamientos proporcionen mejores resultados para controlar la enfermedad inicialmente y que, con el tiempo, pierdan eficacia.
Entre las diferentes opciones farmacológicas, encontramos la apuesta por los antipsicóticos atípicos o los inhibidores de la colinesterasa. En cuanto a las opciones no farmacológicas, la estimulación cognitiva es la que ha demostrado una mayor eficacia y la que ayuda a los pacientes a optimizar el funcionamiento de sus capacidades.
Un alto porcentaje de las personas que sufre párkinson, con el paso de los años, acaba desarrollando demencia. Formaciones como el Máster en Psicología General Sanitaria o el Máster en Neuropsicología dotan a los profesionales de los conocimientos y las competencias necesarias, para que puedan diferenciar esta demencia de otros tipos.