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Narcisistas, carentes de empatía, mentirosos y manipuladores. Estos son algunos de los rasgos que caracterizan el perfil del psicópata.
Existen muchas formas de entender las diferentes conductas que puede presentar un psicópata, con lo que su diagnóstico puede ser complicado. A nivel académico, el concepto de psicopatía se usa para designar realidades muy distintas. Además, su representación en la literatura o en el sector audiovisual ha conllevado que muchas personas le atribuyan significados no siempre acertados. Vamos a intentar dar el significado de psicópata, ver cuál es el perfil del psicópata, teniendo en cuenta el debate abierto que hay en el mundo de la psicología.
¿Qué es un psicópata?
La psicopatía se considera una alteración o trastorno de personalidad. El narcisismo, la impulsividad o la presencia de conductas de control y manipulación son las características en las que suelen coincidir las diferentes definiciones. No obstante, hay muchos más rasgos que pueden caracterizar al psicópata y conformar una definición de psicópata más completa.
Por eso, es muy importante el trabajo en la delimitación de este perfil psicológico, algo a lo que han contribuido destacados autores como Hervey Cleckley o Robert Hare.
Los rasgos principales de un psicópata
A continuación, presentamos las diferentes características que indican que podemos estar ante una persona que coincide con el perfil del psicópata:
- Egocentrismo y narcisismo: el psicópata se siente superior al resto. Piensa que todo lo que le ocurre es más importante y es incapaz de asumir el punto de vista de otra persona.
- Ausencia de empatía: relacionada con la anterior característica. No obstante, es un punto donde existe debate, ya que algunas opiniones señalan que sí tienen una gran capacidad de empatizar, pero la utilizan como quieren. Otra corriente indica que disponen de empatía cognitiva pero no emocional.
- Necesidad de poder y control: el psicópata quiere dominar y controlar hasta el último detalle y también a las diferentes personas con las que se relaciona.
- Manipulación: en la psicopatía es muy habitual la manipulación y la falta de sinceridad.
- Pobreza emocional: de un psicópata no debemos esperar una amplia variedad emocional. Son personas frías y con una menor presencia de emociones negativas, como el miedo.
- Impulsividad: una menor activación de la corteza frontal unida a los aumentos de los niveles de testosterona explican esta característica. No suele haber planificación a largo plazo en el psicópata y, además, presenta un déficit de autocontrol que le convierte en candidato a caer en conductas de abuso de sustancias.
- Estilo de vida parasitario: en muchas ocasiones la persona que presenta psicopatía se aprovecha de los demás para desarrollar su vida o satisfacer sus necesidades fundamentales.
- Ausencia de remordimientos: aunque el perfil del psicópata incluya la manipulación, la mentira, la falta de empatía y se puedan aprovechar de los demás, no se debe esperar que esto les vaya a provocar remordimientos.
- Promiscuidad sexual: es común que los psicópatas establezcan muchas relaciones distintas y de corta duración. Además, en muchas ocasiones, su implicación en la relación interpersonal está motivada solo por la búsqueda de sexo.
- Conducta antisocial y delictiva: en muchos casos suele coincidir la psicopatía con la presencia de conductas criminales, pero no siempre es así. No todos los psicópatas cometen delitos y son muchos los casos donde hablamos de personas plenamente integradas en la sociedad.
¿Cómo se diagnostica a un psicópata?
Todas las características descritas en el apartado anterior nos ayudan a configurar el perfil del psicópata, pero hay que señalar que el diagnóstico psicológico de la psicopatía es muy complejo. Aún quedan muchas cuestiones por concretar, por eso, quienes se formen en psicología deberán estar atentos a los avances y las novedades. En la actualidad, todavía no existe un tratamiento eficaz para este trastorno, por lo que son necesarias nuevas líneas de investigación.
También es importante destacar el test de psicopatía de Robert Hare, diseñado por este psicólogo canadiense. Su versión original está enfocada a que los profesionales puedan identificar el perfil del psicópata. No obstante, se han desarrollado diferentes adaptaciones que son accesibles para cualquier persona. El test incluye una serie de ítems que evalúan cuestiones como:
- “Me cuesta controlar mis impulsos”
- “Mi conducta sexual es promiscua”
- “No suelo sentir ni culpa ni remordimientos”
- “Considero que valgo más que las otras personas”
Así, la evaluación de los diferentes aspectos permite recopilar información para valorar si estamos ante el perfil del psicópata, un trastorno sobre el que aún queda mucho por descubrir. Eso sí, como se ha indicado, ante una persona narcisista, con poca empatía, tendencia a manipular y pobre en la manifestación de emociones debemos encender las señales de alerta.
Tratamiento del psicópata
El tratamiento de un psicópata presenta un desafío significativo en el campo de la psicología y la psiquiatría debido a la naturaleza compleja y resistente de este trastorno. Esto es así porque los individuos con psicopatía tienen una limitada motivación interna para cambiar, lo que complica los esfuerzos terapéuticos.
El enfoque terapéutico más común para tratar la psicopatía incluye la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que el tratamiento de la psicopatía se enfrenta a la resistencia del paciente, dado que estos individuos suelen carecer de la introspección y el deseo de cambio que son necesarios para que la terapia sea efectiva. En algunos casos, la terapia puede enfocarse en la reducción de conductas antisociales y delictivas, más que en un cambio profundo de la personalidad.
En entornos controlados, como prisiones o centros de detención, los programas de tratamiento se pueden complementar con intervenciones que promuevan la modificación de conductas y la mejora de la adaptación social. Sin embargo, la prevención de recaídas y la evaluación continua son cruciales, dado que el riesgo de reincidencia en conductas antisociales es alto.