Román Rodríguez Curbelo
Juan Carlos Fernández, director del Grado en Psicología, cuenta cómo los psicólogos luchan contra la ansiedad y la depresión de los ciudadanos.
La pandemia de Covid-19 ha provocado desde su estallido hace casi dos años que 129 millones de personas más en todo el mundo padezcan ansiedad y estrés, un crecimiento global del 25%.
Unos 53 millones de personas padecen ahora trastornos depresivos mayores (un 28% más con respecto a antes de la pandemia), y otros 76 millones sufren ansiedad (crece un 26%), según un estudio publicado en la revista The Lancet.
El panorama de la salud mental en España tampoco es bueno, según el director del Grado en Psicología de la UNIR, Juan Carlos Fernández. Es la otra pandemia.
Falta de control: ansiedad y depresión
“El miedo a enfermar, la impredecibilidad de la pandemia que genera emociones negativas, el exceso de información e incluso la información errónea provocan que no exista percepción de control en las personas”, asegura este experto.
Toda esa falta de control puede generar ansiedad y depresión, unas emociones que aumentarán todavía más en aquellas personas que ya padecían problemas psicológicos antes de la expansión del SARS-CoV-2.
Problemas que también sufren niños y adolescentes, porque además de gestionar sus propios sentimientos, observan a sus padres y cuidadores con mayores malestares. Esto se acentúa todavía más en niños pertenecientes a familias con algún tipo de desestructuración.
Avalancha de consultas
Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la salud mental de los españoles, un 6,4 % de la población en España ha acudido a terapia por algún síntoma desde que comenzó la pandemia, sobre todo por ansiedad (un 43,7 %) y por depresión (35,5 %), los casos más numerosos.
Las consultas psicológicas nunca habían estado tan solicitadas. Ese es quizá el mayor reto, según Juan Carlos Fernández: poder proporcionar una asistencia eficiente. La Covid-19 ha provocado una avalancha de asistencias que ha mermado de forma considerable los recursos asistenciales.
“Es sabido los más que escasos recursos públicos en el caso de la salud mental, especialmente en psicología. La asistencia psicológica en España es mayoritariamente privada, y en muchas ocasiones es un lujo que gran parte de la población no puede asumir. Sin duda debería de existir un compromiso ético y asistencial en cuanto a una mayor asignación de recursos a la salud mental en España”, comenta Juan Carlos Fernández, profesor de la UNIR.
Retos para los profesionales
Pero el contexto pandémico también es un desafío para los propios profesionales de la psicología. Fernández reconoce que, en ciertos casos, ha resultado imprescindible doblar las horas de trabajo para atender adecuadamente a los pacientes que han acudido y aún acuden a consulta.
La Asociación Americana de Psicología (APA) demostró en una encuesta tras solo un año de pandemia que casi 3 de cada 10 psicólogos atendían a más pacientes desde el comienzo de la pandemia. En la encuesta participaron 1.787 psicólogos.
“Los profesionales de la psicología se han convertido en figuras esenciales a la hora de buscar ayuda”, subraya.
Y como terapeuta, pero también como docente, otro problema ha sido la adaptación a un entorno telemático tanto de las intervenciones con pacientes como de su labor académica.
“Afortunadamente, gracias a nuestra experiencia y metodología, en UNIR hemos podido responder de una forma adecuada a los requerimientos de los alumnos durante el confinamiento y en las distintas olas que estamos sufriendo”, destaca.
Podemos cambiar nuestro modo de ver la realidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acuñó el año pasado el término “Fatiga Pandémica” (FP) para referirse literalmente a la desmotivación para seguir las medidas preventivas recomendadas, que está emergiendo con el tiempo y que está influida por diferentes emociones, experiencias y percepciones.
Tras dos años bajo la pandemia se observa un “gran cansancio” entre la población porque no parece acabarse nunca y porque no se tiene información real de cuándo podrá acabarse.
Juan Carlos Fernández aconseja al respecto mantener una vida normal en la medida de lo posible. Mantener rutinas habituales, ocupaciones y pensamientos positivos, a pesar de todo. Y seguir en contacto con familiares y amigos para pelear contra la soledad o el aislamiento.
Es imprescindible canalizar adecuadamente las emociones y regularlas en respuesta a las situaciones estresantes. Y se ha de pedir ayuda cuando se necesite, sin duda, apunta el psicólogo.
“Quizá esta frase nos pueda hacer pensar: “No podemos cambiar la realidad, pero sí nuestro modo de verla”, (Marco Aurelio el Sabio, el último de los llamados cinco buenos emperadores)”, cita Fernández.
Pese a todo, la encuesta del CIS sobre salud mental muestra que el 61,2% de los ciudadanos españoles se preocupa más por su salud. Además, un 35% de la población española se siente muy preocupada y un 44%, bastante preocupada por la situación actual de la pandemia.
El Grado en Psicología online de UNIR forma a estos profesionales de las ciencias de la salud para no solo comprender el comportamiento humano, sino para promover y mejorar la salud, el bienestar psicológico y la calidad de vida de las personas.