UNIR Revista
El término Psicología Comunitaria fue creado por un grupo de psicólogos para hacer referencia a la psicología aplicada que se encargaba de promover la salud mental y la lucha contra la pobreza social.
La Psicología Comunitaria es una disciplina relativamente joven que ha ido ganando terreno y solidez a lo largo de los años. El término fue creado por un grupo de psicólogos para hacer referencia a la psicología aplicada que se encargaba de promover la salud mental y la lucha contra la pobreza social. ¿Quieres saber más sobre la Psicología Comunitaria? Descubre en UNIR las características de esta disciplina y su ámbito de aplicación.
¿En qué consiste la Psicología Comunitaria?
El objetivo principal de la Psicología Comunitaria es el estudio de los factores psicosociales que intervienen en el desarrollo y progreso de los individuos en un contexto social y en las relaciones entre: individuo-grupo, social-ambiente.
Su base teórica y metodológica se fundamenta en otras disciplinas como la Antropología, la Sociología, la Psicología Social y la Salud. Sus investigaciones abordan desde la prevención de la violencia de género hasta el consumo de drogas o la promoción del bienestar social y laboral.
Hoy por hoy se puede decir que la Psicología Comunitaria ha ampliado sus fronteras. ¿Su principio y final? La búsqueda del cambio social. Por eso, es fácil encontrar a un psicólogo comunitario trabajando en problemas de nuestros días: la inmigración, la igualdad de género, la inclusión de personas discapacitadas o la educación medioambiental.
Aplicaciones de la Psicología Comunitaria
O dicho de otra manera: cuáles son las funciones de un psicólogo comunitario:
- Intervención comunitaria: el psicólogo se encarga de evaluar situaciones de vulnerabilidad social y diseñar programas para la inserción social de las personas más desfavorecidas o que se encuentran en situación de riesgo.
- Intervención directa con familias: en este campo, el profesional se centra en la evaluación de la situación de riesgo de los menores (abandono, maltrato…). Entre sus funciones también encontramos el asesoramiento en procesos de acogimiento familiar, de adopciones o en mediación familiar.
- Tercera edad: la atención a mayores es una de las nuevas competencias del psicólogo comunitario. Además del trabajo directo con este colectivo en asociaciones y residencias de ancianos, sus labores abarcan, entre muchas otras:
- El diseño e implantación de programas para promocionar hábitos saludables y prevención de la demencia.
- El asesoramiento de cuidadores profesionales y familiares que rodean al anciano.
- La orientación ocupacional para jubilados.
- Asesoramiento de las organizaciones para mejorar los recursos y el desarrollo. Entre las actividades que el psicólogo realiza, destacan: el análisis del organigrama, la implantación de planes para mejorar el bienestar psicológico y físico de los empleados o los programas de formación.
- Educación comunitaria en el ocio: Este sector se ha convertido en un nuevo campo de trabajo y estudio en la Psicología Comunitaria. Sus aportaciones van destinadas a la implantación de actividades lúdicas y de tiempo libre con fines saludables y sociales (deportivas, ecológicas, de convivencia…), tanto a nivel comunitario o de grupo. En líneas generales, estos programas tienen como finalidad la inclusión social de las poblaciones de riesgo y así prevenir —en el caso de los adolescentes y jóvenes— la delincuencia, el consumo de drogas o la adicción a las nuevas tecnologías.
Como vemos, la Psicología Comunitaria cuenta con un amplio campo de acción. Para especializarse como psicólogo en este ámbito es imprescindible cursar un Grado en Psicología. Esta titulación superior prepara a los profesionales en las competencias necesarias para la intervención social y comunitaria. Una profesión que requiere una clara vocación por ayudar y mejorar la calidad de vida de los demás: ser parte activa del cambio social.