UNIR Revista
La psicoterapia integral recurre a diferentes enfoques o escuelas psicológicas, lo cual le ofrece ventajas considerables de cara a la mejoría de los pacientes.
La psicoterapia integral es una rama de la psicología que se caracteriza por abordar la psicoterapia desde una perspectiva holística y ecléctica. Es decir, no se limita a seguir los principios de una única escuela o tendencia psicológica, sino que afirma que todas las escuelas psicológicas tienen validez a la hora de sanar a la persona.
Así, la psicoterapia integral, o psicología integral, combina diversas escuelas psicológicas y disciplinas que van más allá de la propia psicología, y las aplica de forma conjunta o integral en la práctica curativa de la persona.
En general, cualquier persona puede beneficiarse de la psicoterapia integral. Sin embargo, los casos en los que más se aconseja su utilización son aquellos en los que el paciente no necesita tratar un tema concreto o muy limitado. Es decir, se recomienda el uso de la psicoterapia integral en aquellos casos en los que el paciente busca un desarrollo y una mejora personal en conjunto, más que un tratamiento específico para un problema concreto y bien definido.
Beneficios de la psicoterapia integral
Los principales beneficios de la psicoterapia integral, en comparación con la psicoterapia de las escuelas clásicas, son los siguientes:
- Se adapta a las características concretas y particulares de cada paciente.
- No está limitada por una teoría concreta de una escuela o un enfoque psicológico determinado.
- Ofrece muy buenos resultados a la hora de potenciar el desarrollo personal y la creatividad del individuo, la expansión de la conciencia y la capacidad para adquirir habilidades y recursos útiles en la vida.
Límites de la psicoterapia integral
A pesar de las amplias ventajas que ofrece la psicoterapia integral, este enfoque psicológico también presenta algunos inconvenientes. En general, la psicoterapia integral no es el enfoque más recomendado en el caso de aquellos pacientes que necesiten tratar una cuestión psicológica asociada con un problema muy concreto.
Por ejemplo, puede ser insuficiente a la hora de tratar algunos problemas como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). En estos casos, la psicoterapia integral ofrece buenos resultados cuando se adopta como complemento de otros tratamientos más tradicionales, como, por ejemplo, la terapia cognitivo conductual.
Historia de la psicoterapia integral
En la psicología clásica existen diversas escuelas o enfoques. Cada uno de ellos pone énfasis en un aspecto diferente de la psicología humana y, según sea el caso, adopta algunas opciones de terapia u otras. Todas ellas tienen el objetivo final de sanar a la persona o paciente que se está tratando.
En ese contexto, el psicólogo estadounidense Ken Wilber desarrolló su teoría de la psicología integral. Para Wilber, es un error tener que escoger una escuela o enfoque psicológico concreto, ya que cada uno de ellos tiene sus pros y contras. Además, hay que tener en cuenta que cada paciente es diferente y lo que es bueno para un paciente puede no ser lo óptimo para otro.
De esa forma, desarrolló un enfoque ecléctico de la psicología, basado en la combinación de diversas escuelas psicológicas y otras disciplinas externas a la psicología, para crear la psicoterapia integral, entendida como un enfoque completo, personal y holístico de la psicología. En 1998, Wilber fundó el Instituto Integral, una institución dedicada a la práctica y divulgación de la psicoterapia integral.
La psicología integral permite superar las contradicciones que pueden existir entre diferentes escuelas psicológicas. De esa manera, la persona se sitúa en el centro de la práctica, con el objetivo de su sanación y desarrollo individual.
A pesar del enfoque holístico y ecléctico de la psicoterapia integral, no hay que olvidar que se trata de una disciplina que pertenece a la psicología. En consecuencia, solo pueden ejercerla psicólogos debidamente cualificados, es decir, profesionales de la psicología que cuenten con la formación y experiencia necesaria para tratar a pacientes aplicando los principios propios de esta disciplina.