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La demencia engloba varias enfermedades en las que existen alteraciones que afectan al funcionamiento del cerebro. El Alzheimer es la enfermedad más conocida, pero hay más tipos y causas que la originan.
El cerebro se compone de muchas regiones y cada una de ellas es la responsable de distintas funciones. Si bien, para responder a la pregunta ¿qué es la demencia? hay que centrarse en aquellas zonas cuyas funciones principales se ven alteradas por el daño en las células cerebrales o neuronas. La memoria, el pensamiento y la capacidad de tomar decisiones son algunas de las funciones afectadas cuando existe demencia.
Huelga decir que la demencia no es una enfermedad, sino un conjunto de enfermedades que afectan a la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas, según la propia definición de la Organización Mundial de la Salud. Este organismo añade que la enfermedad empeora con el tiempo y afecta principalmente a personas de avanzada edad, aunque no todas la contraen conforme envejecen.
Tipos de demencia
La demencia recoge varias enfermedades relacionadas con las alteraciones que afectan al funcionamiento normal del cerebro. Hay diferentes tipos de demencia, cuyas manifestaciones clínicas son, en mayor medida, variaciones en el movimiento, el razonamiento, entre otras funciones ejecutivas, el lenguaje, la memoria o diferentes capacidades que progresivamente disminuyen hasta producir la pérdida total de la autonomía del paciente. Los principales tipos de demencia son:
Enfermedad de Alzheimer
Afecta a la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es el responsable de la mayoría de los casos de demencia, entre un 60 y un 80 %, según datos de la Alzheimer’s Association.
Esta enfermedad no se relaciona únicamente con el envejecimiento, sino que surge como resultado de las alteraciones complejas que procesa el cerebro y que tienen su inicio años antes de diagnosticarse y manifestar los síntomas.
Demencia vascular
Es la segunda causa de demencia más común por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Se refiere al daño provocado por alteraciones en la circulación sanguínea en diferentes regiones del cerebro causando la interrupción del flujo de sangre y oxígeno hacia este.
La demencia vascular puede aparecer de forma progresiva tras la acumulación de pequeños infartos o de manera abrupta tras un accidente cardiovascular o un ictus.
Demencia frontotemporal
Se desarrolla por un grupo de trastornos que dañan los lóbulos frontal y temporal del cerebro, causando alteraciones en la cognición y en la conducta.
El paciente puede presentar problemas emocionales, comportamientos inusuales o dificultad para comunicarse, entre otros.
Demencia con cuerpos de Lewy
Es la demencia que se produce cuando se forman depósitos de proteínas en las neuronas, denominadas cuerpos de Lewy. Los pacientes con esta demencia presentan dificultades para pensar y moverse, experimentan cambios en el comportamiento y el estado de ánimo, que afectan especialmente a la atención y la concentración y tienen alucinaciones visuales.
La edad es el mayor factor de riesgo de este tipo de demencia y la mayoría de las personas que la padecen son mayores de 50 años.
Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neuronal degenerativo que evoluciona lentamente y afecta al sistema nervioso central. Quien padece esta enfermedad ve alteradas ciertas capacidades relacionadas con la función ejecutiva, la visoespacial, la atención o la memoria.
Son muy frecuentes las alteraciones de la marcha, el lenguaje, la inestabilidad en la postura y las caídas.
Causas de la demencia
Generalmente, la demencia se desarrolla en personas de edad avanzada y sus causas se clasifican en función de si se pueden detener o revertir o si son irreversibles.
En el primer caso, entre las causas de la demencia están la lesión y tumores cerebrales; el consumo excesivo de alcohol; desajustes en los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre (demencias de origen metabólico), niveles bajos de vitamina B12 y algunas infecciones del cerebro.
El segundo caso abarca aquellas causas caracterizadas por un proceso progresivo de neurodegeneración que provocan demencias que no se pueden curar.
Para ambos casos es necesario realizar una evaluación neuropsicológica para determinar el estado cognitivo y afectivo-conductual del paciente, empleando tests neuropsicológicos, entrevistas, cuestionarios y escalas psicológicas. Esta evaluación es fundamental para aplicar una intervención neuropsicológica adecuada y enfocada a tratar eficazmente el tipo de demencia que presente la persona valorada.
Síntomas de la demencia
Los síntomas de la demencia se desarrollan en cada persona de manera diferente, aunque de manera general las personas afectadas presentan una pérdida de funciones en el área cognitiva, conductual, psicológica y motora, que se va produciendo de manera progresiva:
- El lenguaje. Presentan dificultades para seguir una conversación y para encontrar el nombre de diferentes objetos.
- La memoria. La persona con demencia olvida información, desde la más reciente a la más consolidada.
- El pensamiento, el razonamiento y el juicio. La resolución de problemas o las funciones ejecutivas que ayudan a tomar decisiones también se ven afectadas.
- La percepción y orientación. Estos síntomas se muestran mediante la pérdida de la percepción espacial y temporal. Por ejemplo, el paciente no sabe en qué día vive o no reconoce espacios cotidianos como su propia casa.
- El comportamiento y el carácter. La demencia provoca cambios en el sueño, humor y conducta de las personas que la padecen y alteraciones en su personalidad.
A medida que la enfermedad avanza, estos síntomas empeoran y la persona puede perder la habilidad de reconocer a miembros de su familia, la capacidad de hablar de forma clara e, incluso, poder tragar la comida.
El tratamiento de la demencia desde la neuropsicología
El objetivo de la intervención neuropsicológica para tratar la demencia consiste en mejorar la calidad de vida y el bienestar de estas personas. Al respecto, la Sociedad Española de Neuropsicología ha publicado una guía de práctica clínica que facilita la aplicación de tratamientos para abordar esta patología, beneficiando tanto a los profesionales como al paciente que los recibe.
Actualmente, no existe ningún tratamiento farmacológico concreto que permita mejorar los síntomas de la demencia o frenar el proceso neurodegenerativo. Por eso, el tratamiento desde la neuropsicología es esencial, ya que con esta disciplina se lleva a cabo un estudio exhaustivo del cerebro para obtener un diagnóstico riguroso e idear programas de intervención enfocados a mejorar el estado y el bienestar de la persona.
El tratamiento de la demencia desde la neuropsicología se centra en la rehabilitación o estimulación cognitiva. El propósito es recuperar las funciones cognitivas afectadas una vez completadas las fases previas correspondientes a la evaluación y el diagnóstico neuropsicológico.
El Máster en Neuropsicología online de UNIR es una formación muy completa, gracias a la cual el egresado aprende todo lo relacionado con la evaluación e intervención neuropsicológica, pudiendo desempeñar su labor en diferentes ámbitos, como por ejemplo el sociosanitario
Además, esta titulación superior ayuda a conformar una idea mucho más amplia de lo que es la demencia, qué entraña y, en definitiva, centrarse en aquellas enfermedades neurológicas degenerativas que afectan al sistema nervioso central y periférico caracterizadas por un proceso progresivo de neurodegeneración y muerte neuronal.