UNIR Revista
Para volver a la actividad física tras sufrir una lesión es recomendable seguir las pautas de un readaptador deportivo, que controlará, guiará y dirigirá los entrenamientos más adecuados.
La figura del readaptador deportivo ha trascendido al ámbito de los clubes y deportistas profesionales para ganar importancia en una sociedad cada vez más mentalizada en la práctica de actividades deportivas.
Quienes han cursado el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte son los únicos profesionales acreditados para ofrecer y prescribir programas de preparación física adaptados a la necesidades concreta de cada atleta que, tras haber recibido el alta médica, deben readaptar su preparación física a la práctica habitual de su deporte.
La figura del readaptador deportivo está muy implantada en el deporte profesional, sobre todo en el fútbol, por ello también existen estudios específicos como el Máster en Readaptación Deportiva que ofrece UNIR.
La práctica deportiva está adquiriendo mayor protagonismo en la sociedad; según se desprende de la Encuesta de Hábitos Deportivos de 2022 elaborada por el Ministerio de Cultura y Deporte: aproximadamente 6 de cada 10 personas de más de 15 años practican deporte en el último año, lo que supone un 57,3 % de la población. En este contexto de creciente interés por el ejercicio físico, los graduados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, cuentan cada vez con mayor demanda laboral.
Funciones de un readaptador deportivo
El readaptador deportivo con su trabajo evitará que el deportista profesional o amateur, recaiga en sus lesiones. Para lograr este objetivo, llevará a cabo varias tareas principales:
- Valoración y diagnóstico. Junto con el médico y el fisioterapeuta, en esta primera fase, el readaptador deportivo hará una evaluación del estado concreto del atleta.
- Organización de entrenamientos. Es el responsable de diseñar el plan de recuperación, por medio de entrenamientos específicos, que sea más adecuado para cada caso.
- Prevención de lesiones. También es su cometido asegurar la recuperación completa del deportista y evitar futuras lesiones por medio de su plan de entrenamiento.
- Reeducación física. Conseguir una mejora de la coordinación para ejecutar los ejercicios con una técnica más depurada, así como equilibrar el balance muscular de los grupos que intervienen en la actividad física, es otra de las tareas del readaptador físico.
- Aumento de los niveles de fuerza en el deportista.
- Mejora de la movilidad articular y la elasticidad del atleta en recuperación.
- Apoyo emocional al deportista para que su estado de ánimo no se vea afectado por la recuperación.
El trabajo del readaptador físico no se ciñe a la intervención en lesiones deportivas, sino que puede tratar cualquier tipo de daños. Entre sus cometidos se encuentra la recuperación del máximo grado de funcionalidad para tener una calidad de vida óptima a través de la actividad deportiva.
Readaptador deportivo vs. fisioterapeuta
Aunque fisioterapeutas y readaptadores deportivos juegan papeles diferentes en la recuperación del paciente, existe cierta confusión sobre el trabajo que llevan a cabo estos profesionales:
- El fisioterapeuta se ocupa de tratar la situación del músculo o de la articulación dañada mediante la manipulación directa, sea de forma manual o utilizando aparatos.
- El readaptador físico, en cambio, pauta ejercicios para que la propia zona lesionada se vaya adaptando a la movilidad de forma progresiva.
Aunque desempeñan funciones diferentes, ambas profesiones son complementarias en la recuperación deportiva.
Cualidades de un readaptador deportivo
Para cumplir con éxito las funciones de su trabajo, entre las que se encuentran principalmente el diseño, implementación y supervisión de programas que permitan la recuperación de los deportistas, el readaptador deportivo debe poseer una serie de habilidades:
- Capacidad para trabajar en equipo. El proceso de readaptación deportiva implica colaborar estrechamente con otros profesionales de la salud, como médicos, fisioterapeutas o preparadores físicos, y resulta esencial que todos sepan coordinarse y trabajar de la forma que más ayude al paciente.
- Comunicación y empatía. Un buen readaptador deportivo tiene que explicar a sus pacientes de manera clara los procedimientos, ejercicios y objetivos perseguidos con el trabajo que se va a realizar. Además, debe ser una persona empática que sepa ponerse en la piel del deportista que tiene en sus manos para comprender las necesidades y preocupaciones del atleta.
- Formación continua. Dada la constante evolución de la ciencia y la tecnología, especialmente en el ámbito deportivo, resulta crucial que el readaptador deportivo se mantenga actualizado sobre los últimos avances en su campo, lo que requiere de una formación permanente.
- Debe ser realista. Establecer objetivos realistas y alcanzables para cada deportista, basándose en la gravedad de sus lesiones, es indispensable para un buen readaptador.
