UNIR Revista
El riesgo asistencial aparece en forma de evento adverso que surge por la acción sanitaria. Su gestión es clave para garantizar la seguridad de los pacientes en los centros hospitalarios.
Preservar la seguridad del paciente es un objetivo común para todos los sistemas de atención sanitaria y debe estar presente en centros hospitalarios, instituciones públicas, organizaciones y sociedades científicas. De todas maneras, durante el proceso de atención médica pueden surgir riesgos asistenciales, es decir, eventos adversos o incidentes que están directamente relacionados con la asistencia sanitaria.
La mejora de la calidad asistencial está directamente ligada a la mejora de la seguridad del paciente, donde es fundamental garantizar que todas sus necesidades se cubran en las mejores condiciones posibles. Si, pese a las medidas de prevención, aparecen incidentes que afecten al paciente, hay que implementar un protocolo de gestión de riesgos hospitalarios.
Estas pautas contribuyen a minimizar las consecuencias derivadas de esos riesgos y a solucionar los problemas que surjan durante la acción médica. Los riesgos de los centros sanitarios pueden tener consecuencias negativas tanto para los pacientes como los profesionales y trabajadores del centro.
Principales riesgos asistenciales
Los riesgos asistenciales comprenden los siguientes conceptos:
Hacen referencia a los acontecimientos con consecuencias negativas para la salud del paciente. Pueden ser evitables o inevitables.
Errores.
Durante la asistencia sanitaria, el profesional puede equivocarse y generar con esta equivocación un suceso adverso.
Casi-errores.
Este concepto se refiere a aquellos casos en los que se evita cometer errores por determinadas razones. Por ejemplo, un suceso que en otra circunstancias podría haber tenido graves consecuencias o que se ha logrado evitar por un margen muy estrecho.
Accidentes.
Suceso que ocurre de forma imprevista e inesperada que produce daño al paciente o al trabajador sanitario.
Incidentes.
Acontecimiento imprevisto e inesperado que no causa daño a ninguna persona.
Efectos secundarios de medicamentos.
Efectos nocivos que padece el paciente tras haberle suministrado una medicación o tratamiento.
Negligencias.
Error de difícil justificación que comete el profesional cualificado en el ejercicio de sus funciones.
Litigios.
Cuando se origina un desacuerdo por la atención recibida o tiene efectos indeseados puede conducir a una disputa que se resuelve en un juzgado.
Para mejorar la seguridad del paciente y evitar que estos riesgos se produzcan es imprescindible la colaboración de todos los trabajadores. Además, es fundamental una formación especializada como la que ofrece el Máster en Seguridad del Paciente online de UNIR, a través de la cual se adquieren conocimientos relacionados con la seguridad durante todo el proceso asistencial y una correcta gestión y minimización de los riesgos asistenciales.
Claves en la gestión de los riesgos hospitalarios
Los eventos adversos son los resultados de los riesgos asistenciales, su aparición puede estar promovida por una serie de factores humanos, de la organización, técnicos y relacionados con la enfermedad o fallos en la toma de decisiones durante el proceso de asistencia hospitalaria. Pero, ¿cómo se gestionan los riesgos hospitalarios? La clave radica en implementar ciertas actividades operativas orientadas y focalizadas en gestionar cada uno de los peligros relacionados con esta atención hospitalaria con el objetivo de minimizarlos lo máximo posible o prevenirlos.
Las fases en las que se divide esta gestión son tres:
1. Identificación.
La primera fase consiste en la identificación y apreciación de los riesgos asistenciales que tiene el centro hospitalario. Es sumamente importante identificar con la máxima exactitud los peligros que entraña la práctica asistencial en el hospital. Cuanto más correcta sea la visión global que tiene la organización de los riesgos a los que se enfrenta, de mayor calidad será el servicio sanitario que presta.
2. Tratamiento del riesgo.
Una vez se ha identificado y evaluado el riesgo, es necesario implementar aquellas acciones necesarias que sirvan para disminuir el nivel del riesgo apreciado. Con este tratamiento se da la posibilidad de evitar, reducir y prevenir los riesgos.
3. Gestión de incidentes o eventos adversos.
Si finalmente el riesgo se cumple y se produce un incidente o suceso adverso hay que llevar a cabo el protocolo de actuación. Este consiste principalmente en comunicar su aparición a los implicados y personal médico e investigarlo.
Para que la gestión de riesgos hospitalarios tenga los resultados esperados, sea efectiva y sostenible en el tiempo, es fundamental que esté presente en las prácticas, procesos y gestión de la organización hospitalaria. En este sentido, el Máster en Gestión Sanitaria online de UNIR capacita al diplomado para mejorar la calidad de la asistencia desde la dirección global y el liderazgo de equipos.