Mario Olea
Comprender y reconocer los atajos mentales automáticos es crucial para tomar decisiones más informadas, mejorar nuestras interacciones sociales y promover un pensamiento más objetivo.
En nuestro día a día, nos enfrentamos constantemente a una avalancha de información y tomamos decisiones basadas en lo que percibimos y creemos que es cierto. Sin embargo, nuestras mentes no son tan imparciales como nos gustaría pensar. Los sesgos cognitivos, que son atajos mentales automáticos, influyen en nuestra percepción, toma de decisiones y pensamiento de formas a menudo sutiles pero poderosas.
Estos sesgos cognitivos pueden afectar la forma en que procesamos la información, recordamos eventos pasados y evaluamos situaciones presentes. A veces, nos llevan a conclusiones incorrectas o nos hacen caer en patrones de pensamiento limitados. Comprender los sesgos cognitivos y su impacto en nuestras vidas es fundamental para tomar decisiones más informadas y racionales.
Los sesgos más habituales
Los sesgos más habituales son:
– Sesgo de confirmación. Es un fenómeno psicológico que nos lleva a buscar, interpretar y recordar información de manera selectiva para confirmar nuestras creencias o hipótesis preexistentes, mientras ignoramos o descartamos aquella que contradice nuestras ideas. Es un sesgo cognitivo común que puede tener un impacto significativo en nuestra toma de decisiones y en la forma en que comprendemos el mundo que nos rodea.
Este sesgo puede manifestarse de diferentes maneras. Por ejemplo, cuando buscamos activamente información que respalde nuestras opiniones políticas, religiosas o personales, sin prestar la misma atención a las fuentes que presentan perspectivas opuestas. Además, tendemos a interpretar los eventos o datos de manera que los hagan coincidir con nuestras creencias preexistentes.
El sesgo de confirmación puede tener consecuencias negativas, ya que nos impide considerar de manera imparcial todas las perspectivas y evidencias relevantes. Nos atrinchera en nuestros propios puntos de vista y puede dificultar el aprendizaje y el crecimiento personal. Además, puede generar divisiones y conflictos en las interacciones sociales, ya que nos rodeamos de personas y fuentes de información que refuerzan nuestras creencias y nos alejamos de las que desafían nuestras ideas.
– Sesgo de disponibilidad. Es un sesgo cognitivo que nos lleva a sobrevalorar la probabilidad de que ocurran eventos o situaciones en función de la facilidad con la que podemos recordar ejemplos o casos relevantes. En otras palabras, tendemos a darle más peso a la información que está más disponible en nuestra mente, ya sea porque es más reciente, más vívida o más fácil de recordar.
Este sesgo cognitivo puede tener un impacto significativo en nuestras decisiones, ya que puede distorsionar nuestra percepción de la realidad y llevarnos a conclusiones erróneas. Por ejemplo, si hemos escuchado o visto en los medios de comunicación varios casos de robos en nuestra ciudad, es posible que sobreestimemos la probabilidad de ser víctimas de un robo, aunque las estadísticas indiquen lo contrario.
El sesgo de disponibilidad también puede influir en la forma en que evaluamos riesgos y tomamos decisiones. Si nos viene a la mente un caso específico de un accidente de avión, es posible que sobreestimemos la probabilidad de que ocurra otro accidente y, por lo tanto, evitemos viajar en avión, a pesar de que estadísticamente sea un medio de transporte seguro.
Otros sesgos cognitivos relevantes
Además del sesgo de confirmación y el sesgo de disponibilidad, existen otros sesgos cognitivos relevantes que también pueden influir en nuestra percepción, toma de decisiones y pensamiento. Aquí hay algunos ejemplos:
– Sesgo de anclaje: Este sesgo ocurre cuando nos basamos excesivamente en la primera información que recibimos al tomar decisiones, considerándola como un “punto de anclaje”. Esto puede influir en nuestras valoraciones y estimaciones posteriores, ya que nos aferramos a ese punto inicial.
– Sesgo de atención selectiva: Nos lleva a prestar atención principalmente a ciertos aspectos de una situación o información, mientras ignoramos u omitimos otros elementos relevantes. Esto puede sesgar nuestra percepción y hacer que tomemos decisiones basadas en información parcial.
– Sesgo de retrospectiva: También conocido como el “sesgo del conocimiento después del hecho”, este sesgo nos hace creer, después de que ocurre un evento, que era más predecible o probable de lo que realmente era en el momento. Miramos hacia atrás y sobrestimamos nuestra capacidad de haber anticipado el resultado.
Aplicación en la vida cotidiana
La comprensión de los sesgos cognitivos y su aplicación en la vida cotidiana puede ser de gran ayuda para tomar decisiones más informadas, mejorar nuestras interacciones sociales y fomentar un pensamiento más objetivo. Aquí hay algunas formas de aplicar esta comprensión:
– Toma de decisiones: Antes de tomar una decisión importante, reflexiona sobre posibles sesgos cognitivos que podrían influir en tu pensamiento. Considera diferentes perspectivas y busca información objetiva. Intenta alejarte de tus emociones y prejuicios para tomar decisiones más racionales y basadas en la evidencia.
– Evaluación de fuentes de información: En un mundo lleno de información, es fundamental evaluar la calidad y la credibilidad de las fuentes. Reconoce que las fuentes sesgadas o poco fiables pueden influir en tu perspectiva. Busca fuentes confiables, considera diferentes puntos de vista y utiliza tu pensamiento crítico para analizar la información antes de formar conclusiones.
– Comunicación efectiva: Al entender los sesgos cognitivos, puedes mejorar tus habilidades de comunicación. Sé consciente de cómo los sesgos, como el sesgo de confirmación, pueden afectar tus interacciones con los demás. Escucha activamente, considera diferentes puntos de vista y muestra empatía hacia las experiencias y perspectivas de los demás.
En definitiva, comprender y reconocer los sesgos cognitivos es crucial para tomar decisiones más informadas, mejorar nuestras interacciones sociales y promover un pensamiento más objetivo. Los sesgos de confirmación y disponibilidad, junto con otros sesgos cognitivos como el sesgo de anclaje, atención selectiva y retrospectiva, pueden distorsionar nuestra percepción y sesgar nuestras decisiones.
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Desde el enfoque en las terapias contextuales de tercera generación, vemos los sesgos como obstáculos en el camino vital de las personas, que las separa del compromiso con sus valores. El enfocarnos en ellos, o en los valores como horizonte, hace la diferencia entre el bienestar psicológico o la rumia constante.
(*) Mario Olea es psicólogo sanitario de PersonalMente Psicólogos Fuengirola, especialista en terapias de tercera generación por la Universidad de Almería y sexólogo por la Universidad de Sevilla. Experto homologado para la aplicación de realidad virtual en psicología clínica y en intervención EMDR (traumas).
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