Susana Álvarez, médico en medicina familiar y comunitaria, explicó cómo se puede construir un plan de sostenibilidad para lograr un sistema sanitario sostenible y eficiente.
En España, el 40 % de los presupuestos de cada comunidad autónoma va a la salud. De ahí que sea cada vez más necesario optimizar cómo se invierte ese gasto público, así como contar con los profesionales sanitarios a la hora de planificar la inversión ya que son ellos quienes mejor conocen lo que hay que hacer para ser más eficientes. Es uno de los primeros pasos que se deben dar para establecer un sistema sostenible.
Susana Álvarez es médico especialista en medicina familiar y comunitaria. Con ella conversamos sobre cómo se puede lograr un sistema sanitario sostenible mediante un plan estratégico.
Sostenibilidad y salud
Álvarez comenzó por aclarar qué es sostenibilidad y sintetizó el concepto como el “estado en el que pueden satisfacerse las necesidades de la población actual y local sin comprometer la capacidad de cubrir los requerimientos de generaciones futuras o de poblaciones de otras regiones”.
A partir de aquí, la realidad mundial hace que los sistemas de salud públicos se encaminen a dicha sostenibilidad. Cada vez hay más cambios demográficos y avanzamos hacia una edad promedio más alta que requiere un mayor cuidado de la salud. A su vez, la tecnología en la medicina se está transformando de forma considerable.
Todos estos factores hay que analizarlos a la hora de planificar un nuevo modelo. La especialista describió las preguntas que se pueden realizar en la consecución de este objetivo: ¿cómo medir la salud?, ¿cuáles son los mejores indicadores?, ¿cómo medir los resultados en salud?, ¿con qué objetivo?, ¿quién evalúa?, ¿a quién se evalúa?
Implementar el concepto de coste a nivel clínico y gestor
Se trata de sensibilizar y concienciar sobre la necesidad de encontrar eficiencias en el sistema sanitario a fin de hacer un buen uso económico y presupuestario. Que se incremente el sentido de corresponsabilidad en los costes y se analice cómo hacemos el proceso de gestión del gasto. Ello se debe a que, a veces, se introduce tecnología solo por el hecho de ser novedosa y no se analiza con profundidad a qué perfil de paciente destinamos esa tecnología.
Variabilidad clínica
Se deben eliminar las prestaciones que no aporten valor al sistema ni al paciente, así como desarrollar la implementación de protocolos y vías clínicas a fin de estandarizar la práctica y ser más eficientes. En este punto los profesionales sanitarios tienen un papel fundamental.
Al mejorar la gestión clínica lo hace también la calidad de la prestación aumentando así la seguridad de la actuación sobre los pacientes.
Procurar la optimización de servicios
Desarrollar servicios eficientes buscando modelos colaborativos dentro de la propia organización sanitaria y construir alianzas con proveedores ajenos al ámbito público, proceso en el que el paciente se sitúa en el centro del sistema.
De la misma forma, es necesario establecer estrategias de compra que promuevan la calidad y la generación de valor, analizando las mejores opciones que permitan medir los resultados. Para tal fin, el sistema debe apoyarse en la Directiva europea 2014, que ha servido de base para la Ley de Contratos del Sector Público y que habla del concepto de la oferta más ventajosa para garantizar la eficiencia del gasto público.
De esta forma se pasará de un modelo basado en estructuras a uno basado en sistemas:
Sistemas de información
Implantar mecanismos orientados a compartir información, ayudar en la toma de decisiones, aumentar la capacidad resolutiva y de atención más próxima al domicilio del paciente. La información nos permite tomar buenas decisiones y nos ayudará a relacionarnos de manea distinta con los pacientes, tanto en los centros como en su propio domicilio. Deben permitir analizar los datos y medir la efectividad de las actuaciones sanitarias. Todo ello hará más sostenible la red sanitaria.
En ese análisis, entra el big data como factor fundamental. En el sistema sanitario existen muchísimos repositorios de información que deben ser observados para extraer los datos necesarios en función de un mejor servicio.
El Real World Data (RWD), por su parte, es la información que se obtiene del paciente a nivel global y que influye en su salud a fin de saber lo que demanda la sociedad y en qué se está fallando.
Sistemas de evaluación
Es fundamental, con la medición, desarrollar buenos sistemas de análisis. Las agencias de evaluación explican si estas tecnologías cubren las necesidades. El análisis de resultados permitirá predecir la situación sanitaria, saber los costes reales de lo que se realiza, buscar las metodologías adecuadas y, en resumen, hacer sostenible nuestro sistema de salud.
Resultados en salud
La investigación y sus resultados nos dará una guía de los pasos a seguir para ser más eficientes y sostenibles. Nos hará saber si los servicios sanitarios que se están prestando aumentan la salud de los individuos y les da más y mejor calidad de vida.
Por ello, se plantea el cambio de modelos, de uno centrado en la gestión de la productividad -basado en el presupuesto y la oferta asistencial- a otro centrado en el paciente y financiado en función de los resultados en salud.
La doctora señaló, para finalizar, que aunque a veces cueste arrancar, es necesario aplicar estos cambios. El objetivo último es lograr un sistema sanitario basado en el valor. Si quieres prepararte para poder gestionar este tipo de transformación en el centro sanitario en el que trabajas, el Máster en Dirección y Gestión Sanitaria es la mejor herramienta para lograrlo.
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