Laura Vivas
Raúl López Martínez, jefe de Sistemas de Información del Hospital Gregorio Marañón, analiza cómo es la nueva realidad de la medicina y la asistencia sanitaria en España a raíz de la pandemia.
Recibes una llamada de tu médico de cabecera para comunicarte los resultados de la analítica que te hicieron la semana anterior, o el pediatra de tu hijo te hace una vídeollamada para saber cómo está funcionando el tratamiento que recetó al niño.
Hace poco más de un año en España esta práctica era inexistente o muy rara. Hoy, después del cambio que ha supuesto el coronavirus, la teleasistencia forma parte de la dinámica habitual del sistema sanitario. Y aún queda mucho por desarrollar.
La teleasistencia que llegó para quedarse
Con la aparición de la pandemia y el posterior confinamiento, los médicos y sanitarios no pudieron ejercer su labor presencial. Rápidamente tuvieron que adaptarse a una nueva realidad, aprovechando el teléfono y los recursos que ofrece internet para atender a los pacientes que necesitaban cuidados médicos. De esta forma, las consultas de telemedicina y teleasistencia en general crecieron un 153 % en el último año, según un informe de mediQuo, lo que supuso no poco esfuerzo por parte de los profesionales implicados.
“El cambio de paradigma en la atención sanitaria que ha facilitado la telemedicina ha provocado un esfuerzo importante tanto a nivel técnico como asistencial. El acopio, configuración, despliegue de medios y la posterior capacitación para su uso en un intervalo tan escaso de tiempo, sin perder el resto de los servicios a prestar y a reforzar, ha provocado un sobresfuerzo en mitad de la pandemia por parte de los departamentos implicados”. Así explica su experiencia Raúl López Martínez, jefe de servicio en la Subdirección de Sistemas de Información del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
El ingeniero cuenta que las consultas telefónicas y por videollamada fueron el recurso idóneo para acercar a los profesionales asistenciales al paciente sin ponerle en riesgo. Todo ello, apoyado en el cumplimiento de la normativa y legislación vigente en materia de protección de datos. “Siento un orgullo tremendo por todos los profesionales que se han dejado la piel durante esta etapa tan dura, en muchos casos anteponiendo su seguridad, para que todo estuviera listo con el fin de atender al mayor número de pacientes”, destaca López.
Presente y futuro de la teleasistencia
Entre las áreas médicas que más se han beneficiado de la telemedicina, al margen de la medicina general, están los servicios de psiquiatría, hematología, dermatología, cardiología y digestivo. A día de hoy, todo este proceso sigue en curso por el cierre de múltiples centros médicos, las limitaciones que impone el estado sanitario actual y el valor añadido que supone tanto para el médico como para el paciente.
Se necesita asentar y evolucionar todo lo implantado con celeridad por la situación pandémica, tanto desde el punto de vista tecnológico, como de circuitos que permitan una integración de las herramientas telefónicas y digitales con las historias clínicas electrónicas.
De la misma forma, López señala que se deben impulsar los equipos de soporte y mantenimiento, puesto que las consultas suceden en tiempo real y es necesario minimizar el periodo de resolución de problemas para no demorar las citas en exceso.
“Es necesaria una mayor inversión en sistemas y tecnologías de la información ya que, hasta que no se ha visto que esta infraestructura tecnológica podía ser una solución sobre el problema planteado, no se ha puesto encima de la mesa el presupuesto para ello y no se ha podido optimizar el gasto”, comenta el ingeniero del Gregorio Marañón.
Inversión en tecnología, pero también capacitación de los profesionales implicados en cuanto a los procesos, las herramientas y los fundamentos básicos de la seguridad de la información, así como una capacidad de adaptación constante a todas las innovaciones, puesto que aún queda mucho por desarrollar. Ya existen plataformas de comunicación y aplicaciones que ayudan en esta labor o herramientas piloto con realidad extendida como Emerge, creada para poner en contacto a pacientes y familiares o médicos y pacientes. El objetivo es mejorar cada vez más la calidad asistencial y la seguridad de enfermos y personal sanitario.