UNIR Revista
La terapia basada en la mentalización es un enfoque clínico de gran utilidad para tratar diferentes trastornos mentales y comprender las emociones propias y las de los demás.
El tratamiento psicológico ha experimentado muchos avances y la terapia basada en la mentalización (TBM) es una prueba de ello. Esta terapia se emplea para abordar algunas dificultades asociadas a trastornos de la personalidad, aunque también tiene su utilidad en la regulación de conductas y el fortalecimiento de conductas sociales.
Esta terapia forma parte de las denominadas terapias de tercera generación, que representan la base central del plan de estudios del Máster en Psicoterapia online de UNIR.
¿Qué es la mentalización?
Antes de abordar en qué consiste la terapia basada en la mentalización hay que responder a la siguiente pregunta: ¿qué es la mentalización? Este concepto se refiere a la capacidad de comprender e interpretar el comportamiento propio mediante la consideración de estados mentales como por ejemplo: deseos, emociones, creencias y pensamientos.
Esta habilidad es clave para desarrollar una dimensión autorreflexiva, que le permite al sujeto concienciarse de que es el dueño de sus pensamientos y acciones, y también sirve para regular conductas, emociones y establecer relaciones satisfactorias.
Gracias a la mentalización, el individuo es capaz de formar representaciones mentales tanto de sí mismo como de los demás, lo que ayuda a comprender mejor el comportamiento y los procesos mentales del ser humano y a impulsar la interacción social y la inteligencia emocional.
¿Qué es la terapia basada en la mentalización?
Esta terapia es principalmente un enfoque terapéutico que se centra en la capacidad de mentalizar, es decir, en la capacidad del sujeto de interpretar y comprender sus pensamientos, intenciones, deseos y sentimientos y de los demás.
La terapia basada en la mentalización facilita la comprensión de los comportamientos y su relación con los propios estados mentales. Esta se aplica en diversas condiciones y frente a diferentes trastornos, especialmente en el tratamiento de trastornos de la personalidad y aquellos relacionados con la regulación emocional.
La TBM se basa en la teoría del apego y en entender que la calidad de las relaciones a edades tempranas influyen en el desarrollo de la capacidad de mentalización. A través de esta terapia se intenta concienciar al paciente de los procesos automáticos que han podido estar ausentes en sus relaciones afectivas y que han definido su manera de sentir, pensar y estar.
En esta terapia, el psicoterapeuta trabaja para lograr que el paciente fije la atención en los procesos mentales, regule su conducta, teniendo una mayor sensación de control sobre su comportamiento y fortalezca vínculos sociales.
Fases de la terapia basada en la mentalización
Las fases de la terapia basada en la mentalización se centran en el fomento y fortalecimiento de la mentalización del paciente. Hay una serie de fases comunes, que pueden variar en función del modelo terapéutico, el tipo de trastorno y de la metodología que quiera seguir el psicoterapeuta:
Fase inicial de evaluación y compromiso
Es la etapa de análisis de la capacidad de mentalización del individuo. El especialista evalúa al paciente: sus relaciones tempranas, las experiencias de apego, su desarrollo evolutivo, así como cualquier otro patrón de pensamiento y comportamiento relevante.
Tras esta evaluación, se establecen los objetivos para tratar el trastorno, centrados en mejorar la mentalización y promoviendo la colaboración de los pacientes en la psicoterapia.
Fase media de mentalización
Esta etapa puede incluir varias sesiones y consiste en proporcionar información sobre la importancia de la mentalización y de su influencia en el control y gestión de emociones, desarrollo de relaciones y, en general, en su vida cotidiana.
Tras esta base teórica, se motiva al paciente a reflexionar sobre sus experiencias pasadas, concretamente las relaciones en etapas iniciales, para entender cómo han influido en su forma de sentir y pensar.
Después, el foco se desplaza a las relaciones que mantiene el paciente en la actualidad y se analiza cómo la capacidad de mentalización puede mejorar la calidad y la compresión de estas relaciones.
El siguiente punto consiste en aplicar la mentalización en esta psicoterapia en tiempo real, alentando al paciente para que considere sus pensamientos y sentimientos y los de los demás en situaciones cotidianas.
Fase final de consolidación
La última fase de la terapia basada en la mentalización es aquella en la que se refuerzan las habilidades de mentalización en esta psicoterapia y se trabaja para evitar recaídas dotando al paciente de herramientas, recursos y estrategias.
¿Cuándo se usa la terapia basada en la mentalización?
La terapia basada en la mentalización se utiliza en una variedad de enfoques clínicos. Algunas situaciones en las puede ser aplicada:
- Trastornos de la personalidad. Como el trastorno límite de la personalidad, donde los problemas en la regulación emocional y en las relaciones interpersonales son prominentes.
- Trastornos relacionados con traumas o experiencias difíciles en la infancia. La TBM puede ayudar a comprender estas experiencias y aprender a regular y controlar las emociones.
- Trastornos de la alimentación. Para enfermedades como la anorexia o la bulimia, este enfoque puede ser útil para explorar las relaciones entre los síntomas alimentarios y los procesos mentales subyacentes.
- Trastornos del estado de ánimo. El trastorno bipolar o la depresión pueden ser tratados con la TBM porque mejora la comprensión de las emociones y fomenta la conciencia emocional.
- Problemas relacionados con el establecimiento de relaciones interpersonales. Para concienciar sobre la importancia de las relaciones de calidad y de cómo influyen en el paciente.
La terapia basada en la mentalización puede adaptarse a diferentes contextos, pero la elección de este enfoque terapéutico dependerá de la evaluación clínica y de las necesidades y particularidades del paciente.
