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El psiquiatra Aaron Beck fue el fundador de la terapia cognitiva de Beck, que sitúa en los pensamientos erróneos el origen de trastornos como la depresión. Hay que reinterpretar la realidad para sufrir menos.
La terapia cognitiva de Beck debe su origen a las investigaciones y descubrimientos del estadounidense Aaron Beck. Este psiquiatra realizó sus primeros pasos desde principios psicoanalíticos y acabó desarrollando una terapia con gran eficacia para el tratamiento de la depresión.
La gran aportación de la terapia cognitiva de Beck está en el hecho de considerar que las personas deprimidas distorsionan la realidad y adoptan puntos de vista negativos que les alejan del bienestar. Así, la gran idea de la terapia reside en que los pacientes sufren por culpa de su interpretación de los hechos, no por estos en sí mismos.
El modelo cognitivo de Beck
“No me han dado el trabajo porque soy un inútil y por eso nunca volveré a conseguir uno”. Este es un ejemplo del tipo de pensamientos que tienen un gran interés para Beck. Según su propuesta, estos pensamientos estarían en la base de un caso de depresión. Su modelo es complejo y cuenta con diferentes conceptos fundamentales, entre los cuales hay que prestar especial atención a los siguientes:
Tríada cognitiva
Beck define esta tríada cognitiva de la siguiente manera: “Tres patrones cognitivos que inducen al paciente a considerarse a sí mismo, a su futuro y a sus experiencias de un modo negativo”. Dicho de otra manera, el paciente piensa que todo lo malo que le pasa es culpa suya, que el mundo solo le pone obstáculos insalvables y que el futuro no va a ser mejor en ningún caso.
Distorsiones cognitivas
De la tríada cognitiva, se deriva que la persona deprimida cuenta con una serie de esquemas negativos activos que conllevan errores y sesgos a la hora de procesar la información.Esto es lo que la terapia cognitiva de Beck denomina distorsiones cognitivas. Algunas de ellas son:
- Inferencia arbitraria: consiste en sacar una conclusión negativa sin que haya evidencias empíricas que la avalen.
- Sobregeneralización: extraer una conclusión general de un hecho particular (“he suspendido el examen, así que nunca podré aprobarlo”).
- Pensamiento dicotómico: las cosas se evalúan en términos binarios: bueno/malo, éxito/fracaso, ganar/perder.
- Descalificación de lo positivo: cuando sucede un hecho bueno se atribuye a elementos externos, como el azar.
- Abstracción selectiva: se presta atención solo a aspectos particulares, que, generalmente, suelen ser los negativos.
Pensamientos automáticos
Este tercer concepto engloba los diálogos internos, los pensamientos y las imágenes que aparecen ante una determinada situación.Los pacientes deprimidos suelen considerarlos afirmaciones verdaderas sin tener en cuenta sus sesgos y distorsiones cognitivas. En muchos casos, hablamos de pensamientos automáticos irracionales y negativos, que contribuyen a mantener la enfermedad.
Cabe señalar quela terapia cognitiva de Beck no plantea que las cogniciones sean la causa de la depresión.Lo que este modelo desarrolla es que los esquemas y las distorsiones cognitivas son el primer paso para iniciar la espiral depresiva.
El tratamiento de la depresión
El foco principal de la terapia cognitiva de Beck para abordar el problema de la depresión es realizar una reestructuración cognitiva del paciente. El objetivo inicial es conocer los esquemas que utiliza el paciente y mostrarle el impacto que tienen en su vida. El terapeuta brinda las herramientas necesarias para conseguir la evolución hacia modelos más adaptativos de pensamiento.
En ese sentido, la vía más eficaz para conseguir la reestructuración cognitiva suele ser la de contrastar con la realidad empírica.Para conseguirlo, se pueden utilizar técnicas cognitivas (descubrimiento guiado o autorregistros), técnicas conductuales (role playing) o técnicas emotivas. También es fundamental que el terapeuta consiga localizar las creencias nucleares del paciente y que, desde el principio de la terapia, se trabaje en la prevención de futuras recaídas.
Por tanto, la terapia cognitiva de Beck debe realizarse en todo momento por psicólogos y con las destrezas y habilidades necesarias para mejorar la situación de los pacientes.
Respecto de la evidencia empírica sobre su eficacia, cabe destacar que la terapia cognitiva de Beck se considera un tratamiento eficaz para la depresión.No obstante, esta terapia también es útil en otros trastornos, como la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo, la dependencia a opioides o el síndrome del intestino irritable.
En definitiva, el psiquiatra Aaron Beck fue el responsable de la aparición de la terapia cognitiva de Beck, una opción terapéutica que busca la mejora de los pacientes con depresión, a través de la reestructuración cognitiva.
