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La terapia cognitivo analítica es una técnica psicológica aplicada para tratar eficazmente diferentes trastornos emocionales, tales como la ansiedad o los trastornos de personalidad.
La psicoterapia emplea diferentes técnicas y terapias para tratar los problemas mentales. Entre ellas está la terapia cognitivo analítica (TCA), la cual se enfoca en identificar y cambiar patrones emocionales, de pensamiento y actuación. Es particularmente útil para tratar la depresión, trastornos de personalidad, dificultades interpersonales o la ansiedad.
El profesional encargado de poner en práctica y abordar esta y otros tipos de psicoterapias es el psicoterapeuta. Para ejercer como tal es imprescindible contar con un Grado en Psicología o Medicina.
Después será necesario complementar la formación con un Máster en Psicoterapia. Este posgrado capacita al egresado para desarrollar su carrera en el ámbito de la investigación o la docencia y mejorar sus cualidades como psicólogo o psiquiatra, centrándose principalmente en terapias de tercera generación.
¿Qué es la terapia cognitivo analítica (TCA)?
La terapia cognitivo analítica —también conocida como psicoterapia cognitivo analítica— se define, según el autor que le dio nombre, Anthony Ryle, como “un modelo de terapia integrador que incorpora elementos de diferentes enfoques teóricos y los combina dentro de un modelo de intervención con una estructura y protocolo determinados”.
Los rasgos que caracterizan la terapia cognitivo analítica son su carácter: integrador, breve, focal y de acción. Aquí se definen detalladamente:
- Integrador, por la integración de otras terapias, dos en concreto: cognitivo conductual y psicodinámica.
- Breve, ya que establece un número límite de sesiones a 16, que puede ser modificado en función del tipo de trastorno o necesidades clínicas.
- Focal y de acción, en la que el psicoterapeuta adopta un papel activo y centra el trabajo psicoterapéutico en brindar apoyo al paciente para que sea consciente de sus problemas de interacción y encontrar así la forma eficaz de gestionarlos y mejorar estos patrones de conducta.
La terapia es cognitiva porque aprovecha al máximo la capacidad del paciente para reflexionar sobre sí mismo y se centra en los pensamientos disfuncionales y en las estrategias para abordar los problemas.
Por otra parte, es analítica porque toma en consideración la presencia de motivaciones y contenidos cognitivo-emocionales que están en el inconsciente de la persona, como por ejemplo: deseos o recuerdos inaccesibles de no ser por la autoobservación.
Objetivos de la psicoterapia cognitivo analitica
Mediante la colaboración entre el terapeuta y el paciente, el propósito principal de esta psicoterapia se enfoca en mejorar el bienestar mental y solventar los problemas que presenta el paciente.
De forma complementaria, le siguen otros objetivos:
- Fomentar el crecimiento y cambio personal del paciente.
- Modificar patrones de pensamiento, conductual y de emoción que no contribuyen positivamente al bienestar de la persona, es decir, son disfuncionales.
- Incrementar la conciencia sobre las emociones y los procesos mentales internos y ayudar así a tener una mayor autocomprensión.
- Promover la resolución de problemas.
- Mejorar la calidad de las relaciones
- Desarrollar habilidades para adaptarse mejor a los cambios y afrontar retos eficazmente.
- Guiar al paciente para que logre una mayor satisfacción personal y una vida más plena.
¿Cómo funciona la TCA?
Basándose en estos objetivos, la terapia cognitivo analítica es una técnica que busca aliviar síntomas y fomentar el autoconocimiento abordando aspectos psicológicos, sociales y biológicos.
Combina la integración a largo plazo con la perspectiva actual del individuo. Además, se caracteriza por:
- Explora patrones de pensamiento y conducta para dilucidar hechos pasados que puedan influenciar al paciente, así como la existencia de relaciones significativas. Se trata de buscar puentes de unión entre esas experiencias pasadas y los problemas actuales.
- Identifica patrones de funcionamiento interpersonal y cognitivo en el paciente que provoquen dificultades a la hora de relacionarse con otras personas o mostrar sus sentimientos.
- Existe una colaboración bidireccional entre paciente y terapeuta. Estos trabajan juntos para abordar los problemas subyacentes y generan un ambiente de apoyo y de colaboración.
- Se centra en los objetivos predefinidos ahondando así de manera más efectiva en los problemas y los procedimientos patológicos de la persona que acude a consulta.
- Aborda diferentes técnicas terapéuticas que pueden ser: reestructuración cognitiva, resolución de problemas o exploración de pensamientos automáticos, entre otras.
- Se adapta a las necesidades y particularidades del paciente y a distintos contextos terapéuticos.
¿Para qué pacientes está indicada la terapia cognitivo analítica?
La psicoterapia cognitivo analítica es muy apropiada para implementarla en terapias con pacientes con problemas emocionales o interpersonales, tales como: depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad, traumas como el trastorno de estrés postraumático o, incluso, trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia.
Al respecto, a la hora de tratar este tipo de trastornos, el psicólogo general sanitario ejerce un papel fundamental para mejorar el bienestar emocional de las personas en cualquiera de sus ámbitos de actuación.
Por último, la terapia cognitivo analítica es útil para aquellos individuos que persigan tener un mayor autoconocimiento.
Origen y actualidad de la TCA
El origen de la terapia cognitivo analítica se remonta a la década de los 80, cuando fue desarrollada por el psiquiatra británico Anthony Ryle. Este especialista se interesó por el modo en que cada persona construye su propio self. El concepto de self según esta psicoterapia se refiere al resultado de la interacción entre el niño y sus cuidadores u otras personas que forman parte de su contexto y cultura.
En la actualidad, este modelo psicoterapéutico es un referente en el tratamiento de los trastornos de personalidad en Reino Unido. En España, fue introducida en los años 90 gracias a los trabajos del psiquiatra Carlos Mirapeix.