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Gracias a la terapia dialéctica conductual o DBT se consigue crear una relación de confianza entre terapeuta y paciente, algo esencial en el caso de adolescentes.
La terapia DBT consiste en un programa intensivo y muy estructurado que está recomendado, especialmente, en el caso de pacientes con dificultades para controlar sus emociones, sobre todo adolescentes. Se trata de una terapia que se adapta particularmente bien al tratamiento del trastorno límite de la personalidad y en pacientes con tendencias suicidas y autolesivas.
El nombre DBT procede de sus siglas en inglés Dialectical Behavior Therapy y se traduce al español como terapia dialéctica conductual (TDC).
La terapia DBT tiene sus inicios en los años 80, cuando la doctora Marsha M. Linehan combinó varias terapias ya existentes con el objetivo de mejorar los resultados en el tratamiento de pacientes con trastorno límite de la personalidad.
¿Para qué sirve la terapia DBT?
La terapia DBT capacita al paciente para entender y controlar sus emociones, sin que ello implique su desregularización. Es decir, se trata de una terapia que consta de dos elementos bien diferenciados.
- Por un lado, permite que el paciente sea consciente de sus propias emociones y de cómo las está experimentando, sin que estas lo controlen y lo incapaciten para tomar decisiones.
- Por otro lado, capacita al paciente para que reflexione sobre estas emociones y sobre cómo sería la forma más adecuada y eficiente de afrontarlas.
En ese sentido, la relación que se establece entre paciente y terapeuta juega un papel primordial en la terapia DBT. De hecho, uno de los aspectos clave es que el paciente puede contactar con el terapeuta siempre que sienta la necesidad de contar con su apoyo, como, por ejemplo, en el caso de experimentar sentimientos suicidas o tendencias autolesivas.
Debido a esta relación tan cercana que se establece entre paciente y terapeuta, es indispensable que el primero perciba al segundo como un foco de seguridad y que se establezca una relación de confianza entre ambos.
¿En qué casos se recomienda utilizar la terapia DBT?
Inicialmente, la terapia DBT se diseñó de forma particular para aquellos pacientes que sufrían trastorno límite de la personalidad y que presentaban tendencias suicidas y autolesivas.
Sin embargo, la terapia DBT ha demostrado su eficacia a la hora de tratar también los siguientes problemas o enfermedades:
- Abuso de drogas
- Ansiedad
- Depresión
- TDAH
- Trastorno bipolar
- Trastornos de conducta disruptiva
- Trastornos de la alimentación
Si bien es cierto que se trata de una terapia que se puede emplear con cualquier grupo de edad, lo más común es que la terapia DBT se utilice en pacientes jóvenes, especialmente adolescentes. Esto se debe a que los problemas que permite tratar la terapia DBT están particularmente presentes en este perfil de paciente.
¿Cómo se aplica la terapia dialéctica conductual?
La terapia DBT se aplica tanto de forma individual como grupal. Por ejemplo, en el caso de los adolescentes, se pueden organizar sesiones conjuntas que incluyan a los padres y al adolescente.
No obstante, la principal característica de la terapia DBT respecto a su aplicación reside en que esta se aborda desde cinco perspectivas perfectamente definidas:
- Habilidades de concienciación reflexiva: capacita al paciente para estar presente en el momento en el que se encuentra y le permite identificar las emociones no reguladas que está experimentando.
- Habilidades de regulación de las emociones: permite al paciente construir experiencias y situaciones placenteras, así como sentirse seguro frente a las experiencias de las emociones extremas.
- Habilidades de efectividad interpersonal: sirve para mejorar las habilidades sociales del paciente y lo capacita para la relación interpersonal directa, ya que es uno de los principales elementos que actúa como disparador de las emociones extremas.
- Habilidades de tolerancia de la angustia: capacita al paciente para gestionar de manera correcta las respuestas que serían ineficaces y le ayuda a controlar los impulsos y las tendencias autolesivas.
- Habilidad para hacer concesiones: enseña al paciente a negociar y establecer compromisos con otras personas, por ejemplo, con sus padres u otros adultos en el caso de los adolescentes.
En definitiva, la terapia DBT es una herramienta particularmente útil en el tratamiento de determinados trastornos habituales en la adolescencia, pero requiere saber establecer una particular relación de confianza entre paciente y terapeuta. Por todo ello, es importante hacer hincapié en la formación de los profesionales de la salud mental, la cual debe tener como base el Grado en Psicología.