UNIR Revista
El principal objetivo de actuación de la terapia dialéctico-conductual es tratar conductas autodestructivas y adictivas a través de la autoconciencia, la gestión de emociones y la tolerancia al malestar.
En la década de los 80, antes de que Marsha Linehan, doctora estadounidense en Psicología, creara la terapia dialéctica conductual, aplicaba la terapia cognitivo conductual (TCC) para tratar el trastorno límite de la personalidad (TLP). Sin embargo, esta técnica de modificación de conducta no crea el efecto esperado, ya que hace que las personas tratadas se sientan incomprendidas, ignoradas y emocionalmente dañadas al sentir una intensidad excesiva en la necesidad de cambio de su comportamiento.
La doctora Linehan analizó, entonces, las sensaciones negativas de los pacientes optando por combinar esas técnicas de modificación de conducta con un planteamiento más centrado en la dialéctica, que terminaría siendo el eje fundamental del tratamiento a aplicar, evitando los obstáculos que presentaban los pacientes con TLP. La doctora crea así la denominada terapia dialéctica conductual o conductual dialéctica, cuyos principales ámbitos de actuación es tratar conductas autodestructivas y adictivas.
La aplicación de este tratamiento se realiza a través de una serie de fases basadas en la autoconciencia, la gestión de emociones y la tolerancia al malestar, a la vez que se regulan las conductas impulsivas, consiguiendo poco a poco un cambio conductual. Posteriormente, se procede a trabajar sobre el estrés y ansiedad producidos por la situación de la persona. Por último, se le ayuda a crear un buen autoconcepto más realista y válido sobre sí mismo, contribuyendo a la fijación de objetivos para el día a día del paciente.
Además de estas fases de intervención, se trabaja sobre una serie de componentes básicos:
- La motivación es una parte fundamental que hay que provocar en la persona para conseguir las ganas de continuar, focalizando la atención en los puntos positivos por los que merece la pena iniciar o seguir el tratamiento.
- La formación y entrenamiento de habilidades específicas para trabajar las dificultades provocadas por este tipo de trastorno.
- El empleo de la psicoterapia a nivel individual y grupal es esencial para la mejora de la persona.
La terapia dialéctica conductual persigue alcanzar diferentes metas tanto durante la intervención como a posteriori:
- Mejorar las capacidades personales relacionadas con la regulación emocional y las habilidades interpersonales.
- Generalizar las habilidades aprendidas para poder aplicarlas en un entorno real de la vida diaria.
- Aumentar y mantener la motivación en el tratamiento.
- Organizar un entorno enfocado a alcanzar los objetivos terapéuticos, evitando reforzadores de conductas disfuncionales.
Usos y aplicaciones clínicas
Hoy en día, es el único modelo psicoterapéutico ampliamente investigado como para poder ser considerado basado en la evidencia, cuenta con un programa estandarizado y un manual que guía el proceso terapéutico.
Además de ser conocida por ser la terapia que más apoyo empírico tiene en el tratamiento del TLP, existen otros tipos de trastornos en los que también es indicada:
Trastornos del estado del ánimo
Los estudios realizados indican que este tipo de terapia reduce los síntomas de trastornos del estado del ánimo como la depresión, ya que ha sido aplicada con éxito en la dificultad de regulación de las emociones.
Trastornos alimentarios
La investigación ha demostrado que reduce la sintomatología de este tipo de trastornos como la anorexia, la bulimia y/o el trastorno por atracón.
Abuso de sustancias
En las situaciones donde detrás del consumo hay un vacío existencial o un mecanismo de huida y/o problemas de regulación de las emociones, la terapia dialéctica conductual ha demostrado ser especialmente eficaz en estos casos.
Otras aplicaciones
A pesar de no haber registrado el mismo éxito que los casos citados anteriormente, también existe evidencia empírica que apoya la eficacia en el tratamiento de otros trastornos relacionados con dificultades de regulación de las emociones, como por ejemplo: trastorno por estrés postraumático, trastornos de ansiedad, ataques de pánico, mujeres víctimas de violencia de género, en profesionales de la salud mental con el objetivo de reducir el agotamiento clínico…
La terapia dialéctica conductual busca una igualdad entre estrategias de modificación conductual y de autoaceptación, por tanto, el fin de este tratamiento no se focaliza en eliminar el comportamiento sino en adaptar la relación del paciente con ella para poder aceptarla con el objetivo de ver la realidad desde una perspectiva sana para la persona.
Dentro de esta terapia resulta de gran importancia la figura del profesional con una formación especializada como la que ofrece el Máster en Psicoterapia online de UNIR, siendo la relación terapéutica una base imprescindible para el éxito y mejora de la persona.