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La terapia psicodinámica tiene sus raíces en Freud, Adler y Jung. Sus objetivos son llevar los procesos inconscientes a la consciencia y entender sentimientos sin resolver.
La terapia psicodinámica es una terapia influida por psicólogos como Freud y Jung, que se centra en trabajar sobre el inconsciente, ya que considera que este es el responsable de nuestras acciones. Parecida al psicoanálisis, aunque menos intensiva, utiliza técnicas de otras corrientes psicológicas, con el objetivo de llevar la mente inconsciente a la consciencia, para ayudar a la persona a entender sus verdaderos sentimientos sin resolver, analizarlos y darles significado, como en el caso de traumas, miedos o ideas irracionales.
Dentro de la terapia psicodinámica, cobran importancia los procesos inconscientes, ya que estos actúan como los principales condicionantes del comportamiento, y se centran en los problemas actuales de la persona.
Con el objetivo de hacer consciente lo inconsciente, el terapeuta trabaja en los siguientes mecanismos de defensa:
- Represión, es decir, desplazar ciertos pensamientos de la conciencia al inconsciente, para evitar sufrimiento.
- Negación de los estímulos.
- Proyección.
- Desplazamiento, es decir, sustituir un deseo que provoca ansiedad por otro.
- Sobrecompensación de un impulso desaprobado por la consciencia, sustituyéndolo por lo contrario.
Técnicas de la terapia psicodinámica
Las técnicas que se utilizan en la terapia psicodinámica son parecidas a las del psicoanálisis:
- Asociación libre: consiste en dejar hablar libremente al paciente, sin intentar dar forma a las ideas que la persona expresa, permitiendo la espontaneidad y dejando que la persona diga lo primero que se le pasa por la cabeza. Con esta técnica, se pretende que se expresen los verdaderos sentimientos y pensamientos, y que así se revelen los conflictos inconscientes que determinan los problemas actuales de la persona.
- Transferencia terapéutica: a través del reconocimiento y la exploración sobre la relación que mantiene el cliente con el terapeuta —la cual puede ser de desconfianza, rabia o dependencia—, la persona podrá empezar a entender sus sentimientos y resolver los conflictos que se hayan generado durante la infancia.
- Interpretación: el terapeuta deja al paciente expresarse tranquilamente, pero a menudo intercala reflexiones e interpretaciones de sus ideas y pensamientos, con el objetivo de debatir sobre ellos.
En función del tipo de intervención que se quiera emplear, aparte de estas técnicas, se utilizan el análisis de los sueños y la identificación, para la posterior eliminación de los mecanismos de defensa; así como técnicas de otras corrientes, como la exposición o la silla vacía, con el objetivo de que tengan un carácter más o menos ecléctico.
Beneficios de la terapia psicodinámica
Mediante esta terapia, el psicólogo puede dotar a la persona de la capacidad de mantener una autorreflexión y tratar a personas con trastornos de ansiedad, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos o relaciones tóxicas. En este último caso, se ayuda a la persona a entender los patrones de su relación, mediante la exploración de sus conflictos inconscientes.
Por medio de la terapia psicodinámica, el terapeuta será capaz de:
- Mejorar el estado de ánimo y el bienestar de la persona.
- Reducir los conflictos internos.
- Dotar de habilidades para la toma de decisiones, tolerar emociones positivas y negativas, y manejar la ira.
- Proporcionar mayor autoconocimiento de miedos, ideas, fobias, deseos y sueños, y una disminución de los autosabotajes.
En conclusión, la terapia psicodinámica es muy similar al psicoanálisis, pero con algunas diferencias, como la rigidez del terapeuta, la focalización en los problemas actuales del paciente y el hecho de que es más breve y menos intensa. Asimismo, incluye algunas metodologías y técnicas de otro tipo de corrientes psicológicas, como la terapia cognitivo conductual, la técnica de la silla vacía o la técnica de exposición.