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Las herramientas psicológicas son clave para el tratamiento de los ataques de pánico, ya que ayudan a controlar su aparición y el grado de intensidad en pacientes reincidentes.
El tratamiento de los ataques de pánico puede ser complicado. Sin embargo, gracias a determinadas herramientas que el psicólogo pone a disposición del paciente, el control de los episodios es mucho más sencillo de gestionar.
Un ataque de pánico es un episodio de miedo o ansiedad que se manifiesta de forma repentina y particularmente intensa. El estímulo suele ser psicológico, pues se siento miedo o estrés ante un riesgo real o imaginario, y hace que el cuerpo se ponga en alerta. En consecuencia, se segrega adrenalina y la frecuencia cardíaca se acelera para llevar más oxígeno a los músculos. De esta forma, el cuerpo se prepara para la hipotética huida o lucha.
La mayoría de las personas sufren de forma puntual algún ataque de pánico a lo largo de su vida. En estos casos, lo más común es que no sea necesario adoptar ningún tratamiento concreto. Sin embargo, cuando los ataques de pánico son recurrentes y constituyen un perjuicio para la salud física, psicológica y social de la persona, lo más aconsejable es iniciar un tratamiento destinado a enseñar al paciente a gestionar este tipo de situaciones y episodios.
Psicoterapia
La psicoterapia es la principal forma de tratar los ataques de pánico en el caso de pacientes reincidentes, es decir, que sufren ataques de pánico con frecuencia. La psicoterapia ayuda a dichos pacientes a comprender qué es lo que les ocurre durante esos episodios, a distanciarse de los síntomas físicos y a tomar el control de la situación de forma más eficiente.
De esta forma, la psicoterapia se convierte en la principal herramienta a la hora de prevenir nuevos episodios de ataques de pánico, ya que dota a los pacientes de herramientas adicionales para tratar los ataques de pánico cuando estos tienen lugar.
Ejercicios y técnicas de respiración
Los ejercicios y las técnicas de respiración permiten al paciente focalizar su atención en el proceso de la respiración. Esto, a su vez, permite controlar la respuesta de su sistema nervioso parasimpático y, de este modo, actuar directamente sobre los síntomas físicos que está sufriendo durante un ataque de pánico.
Existen distintas técnicas y ejercicios de respiración que se pueden aplicar como tratamiento de ataques de pánico. Según el caso del paciente y el criterio del psicólogo o terapeuta, se recomendará utilizar una técnica u otra.
Técnicas de conexión
Las técnicas de conexión son otra herramienta que los terapeutas pueden enseñar a sus pacientes para mejorar la gestión de los ataques de pánico. Estas técnicas consisten en centrar la atención en un elemento concreto que sirve de conexión con la propia atención del paciente, lo que le permite distanciarse del estímulo que propició el ataque de pánico. La variedad de las técnicas de conexión es muy amplia y, según el caso, se optará por una u otra.
Tratamiento farmacológico
En el caso de aquellos pacientes que no consigan gestionar los ataques de pánico de forma eficiente mediante psicoterapia y técnicas de respiración o conexión, pueden complementar estos tratamientos con terapia farmacológica adaptada a cada caso particular. Para ello, los medicamentos más utilizados suelen ser antidepresivos y, puntualmente, ansiolíticos.
Síntomas de los ataques de pánico
Este mecanismo de supervivencia ha sido muy útil a lo largo de la evolución del ser humano. No obstante, hoy en día, con la vida moderna, puede suponer un problema para las personas que sufren estos síntomas, especialmente si no son conscientes de lo que les está sucediendo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que no se aplica el mismo tratamiento en una situación en la que el paciente sea capaz de identificar que está sufriendo un ataque de pánico que en una situación en la que no. De hecho, debido a que los síntomas físicos suelen incluir palpitaciones y dolor en el pecho, es bastante habitual que los primeros episodios de ataques de pánico sean confundidos con fallos cardíacos y los pacientes acudan o llamen al servicio médico de urgencias.
No obstante, cuando se ha descartado que los síntomas están causados por otra enfermedad, existen ciertas herramientas que ayudan a tratar los ataques de pánico y que el paciente puede utilizar cuando identifica que está sufriendo un episodio.
Los síntomas de los ataques de pánico pueden variar de una persona a otra y de un episodio a otro. Ahora bien, los síntomas más habituales son los siguientes:
- Sensación de palpitaciones en el pecho.
- Frecuencia cardíaca acelerada.
- Dolor en el pecho.
- Sensación de nudo en el estómago.
- Sensación de ahogo o de falta de aire.
- Hiperventilación.
- Sudoración excesiva.
- Entumecimiento muscular.
- Convulsiones.
- Mareos, náuseas o vértigos.
- Sensación de que va a suceder algo malo o de que se está en peligro.
Diagnóstico de los ataques de pánico
El diagnóstico de los ataques de pánico debe realizarlo un profesional debidamente cualificado. Para ello, primero se deben descartar otras posibles enfermedades y, teniendo en cuenta los síntomas y el historial del paciente, el profesional estará en condiciones de diagnosticar los ataques de pánico y, a continuación, prescribir el tratamiento más aconsejable en cada caso.
Es esencial recordar la importancia que tiene que tanto los ataques de pánico como otros problemas psicológicos sean tratados por profesionales debidamente cualificados y con la formación necesaria para abordar estas situaciones desde una perspectiva médica, pero también humana. Cursando el Grado en Psicología y el Máster en Psicoterapia te convertirás en un profesional perfectamente capacitado para abordar el tratamiento de los ataques de pánico y otras enfermedades del ámbito psicológico.