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Existen distintos tipos de violencia contra la mujer. Conocerlos y diferenciarlos es clave a la hora de erradicar esta problemática en cualquiera de sus formas.
Según datos de ONU Mujeres, se calcula que 736 millones de mujeres, a nivel global, han experimentado violencia contra la mujer de algún tipo a lo largo de su vida. Dicho de otra forma, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia machista en algún momento de su vida. Esto puede acarrear notables consecuencias en la salud física, mental y emocional de las afectadas, por lo que formaciones como el Grado en Psicología resultan fundamentales a la hora de mejorar y gestionar esta realidad.
Los profesionales de la psicología ayudan a las mujeres que han sufrido violencia machista dotándolas de herramientas que les ayuden a superar diversos problemas y a aprender a gestionar de forma correcta este tipo de situaciones. De hecho, la mujer puede llegar a sufrir trastorno de estrés postraumático (TEPT). En esas situaciones, es esencial contar con profesionales debidamente cualificados —por ejemplo, con un Máster en Psicoterapia, que especializa en terapias de tercera generación— que las ayuden a enfrentarse a esta situación y que, mediante diversas técnicas, las capaciten para poder superar el TEPT y sus posibles secuelas.
¿Qué se entiende por violencia contra la mujer?
Hablamos de violencia contra la mujer para referirnos a cualquier tipo de violencia que se ejerce contra las mujeres por razones de género. Por tanto, el género es un elemento determinante a la hora de afirmar que existe dicha violencia. Puede manifestarse en muchos espacios y de muchas formas distintas. Desde la violencia física hasta la psicológica, pasando por la emocional, social, legislativa y económica.
La violencia contra la mujer, o violencia machista, es un problema muy grave que está presente en todas las sociedades, en mayor o menor medida. Esto pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo acciones concretas que ayuden a atajar este problema y garantizar la igualdad real entre todas las personas.
Tipos de violencia contra la mujer
Un aspecto importante que conviene tener en cuenta al hablar de la violencia contra las mujeres es la existencia de distintos tipos. Uno de los principales problemas que se tiene que abordar al tratar este tema es la correcta identificación de la violencia machista, algo clave para erradicar este problema de la sociedad.
En general, se puede caer en el error de entender como violencia machista solo aquella que se ejerce de forma física, ya que es la más fácil de ver y de identificar. Sin embargo, existen muchos tipos de violencia contra la mujer que van más allá del plano físico. Los más habituales son los siguientes:
- Violencia física: se ejerce causando daño o sufrimiento físico y afecta a la integridad física de la persona. Puede manifestarse en distintos grados, desde un empujón hasta causar quemaduras, propinar golpes, palizas, rociar con ácido, etc.
- Violencia sexual: hace referencia a toda acción que atenta contra la libertad sexual de la persona. En el caso de las mujeres, es habitual que sufran este tipo de violencia en forma de abusos, acoso, intimidación, violación, etc. No es relevante si se da dentro o fuera del matrimonio; siempre que vaya en contra de la voluntad de la persona a la hora de ejercer su libertad sexual, se trata de una forma de violencia sexual.
- Violencia psicológica: se trata de un tipo de violencia contra la mujer muy habitual y, además, de las más sutiles y difíciles de identificar. Se ejerce mediante el lenguaje o acciones que tienen consecuencias psicológicas y emocionales en la persona. Por ejemplo, el acoso, la humillación, la manipulación, el aislamiento, el control, la restricción, etc.
- Violencia simbólica: es de las más complicadas de identificar, debido a su sutileza y aceptación social. Está presente en la perpetuación de los estereotipos de género que limitan la libertad de acción y la toma de decisiones de la mujer.
- Violencia económica: se caracteriza por la limitación o el control de los recursos económicos, lo cual atenta directamente contra la libertad de la persona, ya que ve limitada y coartada su capacidad de desarrollar un proyecto de vida autónomo e independiente.
- Violencia laboral: se trata de un tipo de violencia económica muy concreta y es la que afecta al ámbito del trabajo. El ejemplo más claro es la discriminación en el salario que perciben hombres y mujeres por realizar un mismo trabajo. Sin embargo, también está presente en otros aspectos relacionados con el trabajo, como, por ejemplo, el acoso laboral.