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La defusión cognitiva es una de las técnicas de la terapia cognitiva y tiene como objetivo ayudar a las personas a trabajar con sus pensamientos negativos o disfuncionales.
La defusión cognitiva es una técnica psicológica que busca ayudar a comprender la naturaleza de nuestros pensamientos. Su objetivo principal es demostrar que los pensamientos son solo pensamientos y no una realidad inalterable. Es una técnica que se puede emplear de forma aislada, dentro del contexto de una terapia cognitiva o como parte de terapias más concretas, como la de aceptación y compromiso.
En muchas ocasiones, las personas se ven atrapadas por sus propios pensamientos y entran en procesos obsesivos o rumiantes que llegan a condicionar sus decisiones. Mediante la técnica de la defusión cognitiva se trabaja para que el paciente tome consciencia de que lo que piensa es solo una interpretación subjetiva de la realidad y no debe dirigir su vida.
Entre las diferentes enseñanzas que proporciona esta técnica está la de dejar ir los pensamientos, en especial los que son negativos. No se propone dejar de pensar sino tener una relación sana con lo que se piensa. Lo fundamental es romper la fusión con los pensamientos y la creencia de que somos lo que pensamos. La defusión cognitiva busca mostrar que los eventos mentales van y vienen.
Hay que tener en cuenta que cuando una persona entra en un círculo vicioso de pensamientos negativos e intrusivos estos pueden tener repercusiones negativas en su vida. Quitarles poder reduce el malestar. En ese sentido, no es necesario que la persona cambie su pensamiento, sino que comprenda que es solo un evento mental y sustituya el pensamiento negativo por otros más adaptativos.
Ejercicios de defusión cognitiva
El proceso de trabajo con la defusión cognitiva se realiza a través de una serie de ejercicios que el psicoterapeuta plantea al paciente. Para ello, es fundamental que el profesional cuente con los conocimientos suficientes sobre el proceso cognitivo en las personas, una formación que se puede adquirir en el Grado de Psicología. Los diferentes ejercicios tienen en común tres propósitos.
Todos ellos tienen en común tres propósitos:
- Ser capaz de identificar el pensamiento.
- Experimentar los sentimientos de forma consciente.
- Conseguir liberarse del pensamiento.
A continuación, te presentamos algunos ejemplos de ejercicios de defusión cognitiva:
Enunciar los pensamientos
En este ejercicio se pide al paciente que cada vez que tenga un pensamiento intrusivo o negativo proceda a colocar el enunciado previo “yo no soy” o “yo soy”, dependiendo del tipo de pensamiento.
Si, por ejemplo, se tiene el pensamiento recurrente de que se puede hacer daño a alguien hay que añadirle el enunciado “yo no soy una mala persona, no tengo porque hacerle daño a nadie”.
La pérdida del sentido
Este ejercicio se basa en la repetición constante de una palabra o frase cada vez que tenemos un pensamiento negativo. Pasado un tiempo de la repetición llega un momento donde la palabra pierde el sentido. Una vez se llega a esa situación el paciente tiene que hacer lo mismo con el pensamiento que le molesta.
Es una forma que evita la huida y confronta al paciente con lo que está pensando. Además, con la repetición continuada en el tiempo se consigue debilitar el pensamiento o hacerlo desaparecer.
Desobedécete, libérate de tu “dictador interior”
En este ejemplo, la defusión cognitiva toma un matiz más imperativo mediante una técnica que fomenta la desobediencia. Por ejemplo, si pensamos: “no voy a hablar con esa persona” y, en lugar de cumplir con la orden mental, nos acercamos a esa persona y conversamos con ella. Es un ejercicio sencillo, pero muy útil para comprobar que no siempre hay que seguir las órdenes de nuestros pensamientos.
Convierte tus pensamientos en una película
En este caso se plantea al paciente que imagine que sus pensamientos son imágenes proyectadas en la pantalla del cine. Él es el espectador al que esas imágenes le generan diferentes emociones y le hacen olvidar que está viendo una película de ficción. El ejercicio es un símil de cómo sus pensamientos son también una proyección que hace su mente y no una realidad.
Dar un nombre a la mente
Esto ayuda a construir una distancia psicológica con nuestro discurso y adoptar una actitud más crítica hacia nuestros pensamientos.
En resumen, la defusión cognitiva es una técnica que busca modificar los pensamientos negativos y disfuncionales del paciente. Se centra en ayudarle a comprender que lo que piensa no es la realidad, que sus pensamientos no están basados en hechos y que se puede construir una relación más saludable con el interior de su mente.