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El TDAH es el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en adultos. Su sintomatología es diferente a la de los niños y el tratamiento neuropsicológico resulta el más eficaz.
El TDAH en adultos presenta una sintomatología clínica similar a la infantil, pero con alguna variación. Los síntomas pueden evolucionar por diferentes razones de la infancia a la adultez, puede presentarse solo o con síntomas residuales, y puede persistir con limitación funcional y con presencia de otros trastornos mentales.
Se trata del trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en adultos y su evolución está influenciada por factores socioeconómicos, de coeficiente intelectual, patologías familiares, síntomas asociados y la existencia o no de la hiperactividad.
¿Cómo es un adulto con TDAH? ¿Qué síntomas presenta?
El adulto con TDAH no es capaz de prestar atención a los detalles o tareas, lo que le lleva a cometer errores, distraerse con facilidad, perder objetos o no seguir instrucciones correctamente. Además, muchas veces no escucha cuando le hablan directamente, tiene dificultades en la planificación y organización, y pospone obligaciones hasta el punto de no cumplir con lo prometido.
Esta sintomatología genera problemas de rendimiento laboral, puede ocasionar accidentes laborales y aumenta la probabilidad de despido. También repercute en las relaciones personales y genera problemas de pareja.
La hiperactividad vinculada al TDAH en adultos también es diferente a la que se observa en los niños. Suele ser menor, son personas que se sienten intranquilas, están en movimiento, incluso sentadas, hablan continuamente e interrumpen conversaciones de otros, tienen dificultad para esperar su turno y toman decisiones de manera impulsiva.
A partir de la sintomatología asociada con el TDAH en adultos, un psicólogo formado con un Máster en Psicología General Sanitaria podrá realizar un diagnóstico minucioso y elaborar el plan de tratamiento más adecuado para cada persona.
Terapias psicológicas para adultos con TDAH
El tratamiento psicológico es muy importante en el TDAH en adultos, dado que tiene más efectividad que el tratamiento farmacológico, el cual no suele ser suficiente para resolver las conductas disruptivas.
Dentro de las terapias psicológicas, existen diferentes opciones:
- Tratamiento psicoeducativo: es fundamental para que la persona conozca el trastorno y sus dificultades para adaptarse a diferentes contextos a lo largo de su vida. Como parte de esta terapia, se proporcionan diferentes lecturas sobre el tema y se conoce a los diferentes profesionales encargados del TDAH en adultos.
- Terapia cognitivo-conductual: está enfocada en el trabajo de los pensamientos, creencias, sentimientos y conductas. Se trabaja la organización, las estrategias cognitivas, de atención, concentración, memoria, habilidades personales y autocontrol emocional.
- Terapia conductual: se basa en la reeducación y modificación conductual, estableciendo rutinas nuevas y cambiando las rutinas disfuncionales. Esto engloba tanto rutinas sencillas, como las tareas del hogar o la creación de un calendario con recordatorios, como evitar distracciones en el ámbito laboral o la planificación del día a día.
- Terapia grupal y familiar: resulta útil para fomentar la comunicación y resolución de conflictos. Se trabaja la organización en el hogar, la comunicación, el autocontrol emocional, los vínculos afectivos y la dependencia emocional.
- Intervención neuropsicológica: la lleva a cabo un neuropsicólogo especializado con un Máster en Neuropsicología. Se encarga de preparar un programa de estimulación cognitiva para trabajar diferentes funciones cognitivas, como la atención o la inhibición, o funciones ejecutivas, como la planificación.
El objetivo principal es estimular las capacidades cognitivas para reducir los síntomas y mejorar el desempeño del paciente en las actividades de la vida diaria, ya sea en el ámbito laboral, académico, social o familiar.
Así, aunque existen diferentes terapias psicológicas para tratar el TDAH en adultos, para poder trabajar toda la sintomatología asociada con este trastorno, también resultan de utilidad algunas intervenciones psicoterapéuticas.
Las más importantes son la intervención neuropsicológica o técnicas como el mindfulness. Estos tratamientos son fundamentales para aumentar el rendimiento laboral y mejorar las relaciones interpersonales, así como la sintomatología asociada con el déficit de atención y la hiperactividad.