Con el objetivo de concienciar a la sociedad desde el punto de vista social y ético, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y el Banco de Alimentos de La Rioja han celebrado la II Jornada “El hambre y el desperdicio de alimentos”
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y el Banco de Alimentos de La Rioja se han unido de nuevo en la lucha de concienciación contra el despilfarro de comida y han celebrado la II Jornada “El hambre y el desperdicio de alimentos”. El acto, organizado en el Centro Ibercaja de Logroño, ha sido inaugurado por el vicerrector de estudiantes y calidad académica de UNIR, Josu Ahedo, y el presidente del Banco de alimentos de La Rioja, José Manuel Pascual Salcedo.
Tras la inauguración, el profesor del Grado de Trabajo Social de UNIR Victor Renobell ha tomado la palabra para hablar sobre las desigualdades sociales desde el punto de vista sociológico y de la importancia de profundizar en los índices de medición y las políticas sociales.
Durante su conferencia, titulada “Desigualdades sociales en la sociedad actual”, Renobell ha indicado que actualmente en la sociedad española hablar de pobreza es hacerlo de infancia y desnutrición al tiempo que se ha mostrado positivo con el futuro, ya que considera que la sociedad actual se está concienciando para cambiar las pautas de alimentación, redistribución de alimentos y de solidaridad alimentaria con los más necesitados. El profesor de UNIR también ha asegurado que pronto veremos cómo aparecen tiendas de alimentos “feos”, mercados de intercambio de alimentos online y redes sociales basadas en la solidaridad alimentaria.
Tras el análisis social de Renobell, ha tomado la palabra Joaquín López Cortijo, responsable en FESBAL de campañas y de la Gran Recogida de Alimentos, para explicar cómo el desperdicio de comida es un problema global que se registra tanto en los países industrializados como en los que están en vías de desarrollo y que “se desperdicia más comida en el mundo de lo que podrían consumir todas las personas que pasan hambre cada día”.
De hecho, y tal y como ha explicado López Cortijo a lo largo de su ponencia “El Desperdicio Alimentario y los Bancos de Alimentos”, nuestro país es el sexto que más comida desperdicia tras Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. Concretamente, en España se tiran 27 millones de kilos de alimentos a la basura cada semana.
Sin duda, un gran desperdicio al que contribuyen todos los eslabones de la cadena alimentaria y, en consecuencia, todos tenemos una tarea ingente y un gran reto humanitario: debemos convertir el desperdicio en algo socialmente inaceptable.
Un reto, el de la reducción del desperdicio, para el que López Cortijo ha dado unas pautas para lograrlo como, por ejemplo, planificar el menú semanal, hacer una compra responsable, ajustarse a un presupuesto, conservar adecuadamente los alimentos, consumir la comida por orden de entrada o ajustar las raciones, entre otras.
El responsable en FESBAL de campañas y de la gran Recogida de alimentos también ha concluido su ponencia explicando el importante papel que desempeñan los bancos de alimentos para evitar el desperdicio y como estos se han asentado como un eslabón más de la cadena alimentaria entre la distribución y el consumo.
El broche final de la II Jornada “El hambre y el desperdicio de alimentos” lo ha puesto el profesor del Máster Universitario de Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento de UNIR Santiago Prado con la ponencia estrella “Implicaciones éticas en el desarrollo comunitario”. Una charla que ha comenzado trazando un recorrido por los últimos 50 años y sus cambios sociales, así como analizando la actuación de los profesionales de la intervención social.
Prado también ha reflexionado sobre cómo las implicaciones éticas nos llevan directamente al principio de la autonomía, personal y colectiva, para que realmente puedan definir y poner en cuestión las propias costumbres sociales y aquello que es deseable.
Sin duda, para el ponente de la charla “Implicaciones éticas en el desarrollo comunitario” la clave radica en superar el viejo lema de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, ya que anula la participación de las personas. Sin embargo, cambiar y superar este lema va a depender de una participación que no puede circunscribirse a la implementación de un programa, sino a su participación desde la misma etapa de diagnóstico y diseño del programa, concluyó el profesor de UNIR.
SOBRE BANCO DE ALIMENTOS DE LA RIOJA
El Banco de Alimentos de La Rioja es una asociación sin ánimo de lucro, que viene desarrollando su actividad de distribución de excedentes alimentarios procedentes de empresas y particulares en La Rioja desde el año 2001, si bien su constitución formal se produjo en el ejercicio 1995.
Este Banco de Alimentos está integrado en la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) desde sus inicios. El Banco de Alimentos de La Rioja, como el resto de los Bancos del estado, tiene como principal objetivo la recuperación de excedentes alimenticios y su redistribución entre las personas necesitadas, evitando su desperdicio o mal uso. Como el resto de Bancos, no reparte directamente a las personas, sino que lo hacen a través de instituciones asistenciales y de ayuda social reconocidas por las administraciones públicas y que están en contacto directo con los necesitados.
Junto a ello, este Banco trabaja para luchar contra el desperdicio de alimentos, segundo gran objetivo que también tenemos los Bancos de Alimentos.