El grupo de investigación Metodologías Activas y Mastery Learning de UNIR crea un cuestionario que, en el marco del INTEF, informa de manera inmediata y personal sobre el nivel de los maestros y cómo mejorarlo
Las enciclopedias, los libros y los apuntes ya no son los únicos protagonistas en las aulas. Cada vez más deben compartir espacio con ordenadores, tablets o programas y vídeos interactivos que complementan el aprendizaje de los estudiantes. Los niños y jóvenes están más que acostumbrados a desenvolverse en un entorno hiperconectado pero, ¿qué hay de sus profesores? ¿Saben usar herramientas de búsqueda avanzada? ¿Participan en redes sociales para transmitir conocimiento? ¿Elaboran recursos educativos digitales?
Estas y otras cuestiones forman parte de las denominadas competencias educativas digitales docentes, necesarias para mejorar la práctica educativa y que el profesor del siglo XXI debe incorporar dentro de su formación permanente. Dichas características las han definido el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del profesorado (INTEF) y el Marco Común de Competencia Digital Docente, el cual será regulado en breve por una orden ministerial cuya publicación está en curso.
Pero no todos los docentes tienen un nivel de digitalización similar, por lo que resulta necesario una evaluación y análisis individual que les permita conocer sus fortalezas y debilidades. Consciente de esta situación, el grupo de investigación de Metodologías Activas y Mastery Learning en la Formación Online de Maestros y Profesores de UNIR, (MAML) ha elaborado un completo cuestionario. El primero validado y ajustado a las cinco áreas del marco actual establecido por el INTEF, que permite a todo aquel profesor que lo desee valorar sus competencias.
Durante un año y medio, el Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo de UNIR y máximo responsable de la Escuela de formación de profesores en Tecnología Educativa, Competencias Digitales y Desarrollo del Talento, Javier Tourón, y la profesora Déborah Martín, junto con los también docentes Silvia Pradas, Enrique Navarro y Victoria Íñigo, han trabajado en este destacado proyecto.
La primera fase se centró en la preparación de este cuestionario. Un instrumento que asegura la máxima fiabilidad y validez en los resultados. La segunda y relevante etapa, en la que específicamente se centraron Déborah Martín y Javier Tourón, consistió en la elaboración de los informes personalizados que los profesores obtienen de manera inmediata en función de las respuestas que proporcionen.
Y es que, a través de 54 preguntas puntuables del 1 al 7, esta herramienta valora y contribuye a acreditar, en un futuro no muy lejano, las competencias de los docentes que ya conocen y utilizan. Además, dicho informe ayuda a los maestros en la planificación de itinerarios de formación personalizados en función de los resultados, de su nivel y su experiencia.
El cuestionario, que se realiza de forma anónima, gratuita y tantas veces como uno lo desee, analiza los conocimientos y la utilización de herramientas, procedimientos o acciones vinculadas a la tecnología educativa y digital en la actividad docente. Es el caso de la navegación, búsqueda y filtrado de información, datos y contenido digital, la interacción mediante tecnologías digitales, la gestión de la identidad digital, el desarrollo de contenidos digitales o la resolución de problemas técnicos.
En definitiva, otras formas de enseñar acorde a las necesidades actuales de aprendizaje de los alumnos para convertirse en un futuro ciudadano de una sociedad globalizada, digitalizada, intercultural y cambiante. Ya no se trata tanto de transmitir únicamente el conocimiento sino también de desarrollar el talento. Para ello, resulta vital la interacción de la pedagogía (cómo se enseña), el conocimiento sustantivo de lo que se enseña y la tecnología, es decir, las herramientas.