UNIR Revista
En un mundo cada vez más interconectado, la ciudadanía global defiende la existencia de unos derechos humanos iguales para todos y la construcción de una ética global.
La ciudadanía global promueve y defiende los derechos humanos de todas las personas, con independencia de su lugar de nacimiento, estableciendo una responsabilidad individual en las actuaciones de cada uno en la construcción de una sociedad mundial más justa e igualitaria.
Es a través de la educación para la ciudadanía global como se conciencia a la sociedad sobre la necesidad de promover una serie de principios y valores directamente conectados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en los que se acepta que su consecuencia depende del trabajo conjunto de los gobiernos y la sociedad civil, pero también de las acciones personales.
Una materia que es ampliamente analizada en el Máster en Cooperación Internacional online de UNIR, posgrado que prepara a sus estudiantes para trabajar en zonas y con colectivos vulnerables, para ayudarles e impulsar su desarrollo individual como personas así como miembros pertenecientes a una comunidad.
Para quienes no cuenten con formación universitaria de base, puede resultar de interés el Grado en Cooperación Internacional y Desarrollo online, también de UNIR.
¿Qué es la ciudadanía global?
La Unesco explica que “a diferencia de la ciudadanía —derechos especiales, privilegios y responsabilidades asociados a la “pertenencia” a una nación/estado concreto— el concepto de ciudadanía global se basa en la idea de que estamos conectados no solo a un país, sino a una comunidad mundial más amplia. Así, contribuyendo positivamente a ella, también podemos influir en el cambio a escala regional, nacional y local”.
La ciudadanía global es importante porque recuerda al individuo que es parte de una sociedad que va más allá del límite marcado por la frontera del país del que es originario. Y esa conexión le lleva también a hacerse responsable en la búsqueda de un mundo más justo e igualitario, entendiendo que los derechos humanos deben ser protegidos y garantizados en todos los lugares.
En este sentido, al hablar de ciudadanía global, por ejemplo, lo hacemos de todas las personas que, de forma activa, trabajan en la ayuda oficial al desarrollo, así como de cualquier profesional de una ONG que esté sobre el terreno en defensa de la Carta de Ayuda Humanitaria.
Características de un ciudadano global
Una de las mayores dificultades a la hora de abordar el concepto de ciudadanía global y las características que lo definen es, precisamente, esa idea de ciudadano del mundo. ¿Qué derechos y responsabilidades tiene? ¿Cuáles son los límites de su nación? ¿A qué autoridad responde?
Son cuestiones que los nacionales de un país pueden responder con gran seguridad pero que, en el caso de la ciudadanía global, la certeza queda ligeramente diluída. Sin embargo, sí es posible reseñar algunos elementos que son comunes al ciudadano global:
- Existe una clara defensa del artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 en el que se afirma que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Este artículo reconoce la existencia de unos derechos inherentes a todos los seres humanos, con independencia del lugar en el que nacieron, que deben ser respetados y defendidos.
- No hay ningún documento oficial que reconozca la condición de ciudadano global, dado que no entiende de fronteras, banderas o lenguas.
- Apuesta por la participación activa en la toma de decisiones; por la necesidad de mantener un diálogo abierto con la clase política; por la exigencia de demandar responsabilidades en las decisiones que se adopten en su nombre; y por promover un mundo más justo e igualitario para todas las personas que lo habitan.
- Cree firmemente en las acciones individuales como parte de un movimiento que estimule el cambio basado en la idea de que los actos de cada persona tienen un impacto real en la sociedad mundial. De ahí que promueva la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Alienta la construcción de una ética global que ofrezca una respuesta a un mundo fuertemente globalizado basado en los principios de los derechos humanos y la seguridad global.
Educación para la ciudadanía global
La educación para el desarrollo y la ciudadanía global centra sus esfuerzos en la idea de la importancia de que las nuevas generaciones crezcan entendiendo que forman parte de un conjunto más grande. En definitiva, que sus acciones pueden influir positiva o negativamente en el resto y que existe una responsabilidad conjunta en ir haciendo del mundo un lugar mejor, más justo, igualitario así como sostenible.
Por todo ello, la Unesco “promueve la educación para la ciudadanía mundial con el fin de ayudar a los alumnos a comprender el mundo que les rodea y a colaborar para solucionar los grandes problemas que afectan a todos, sean de donde sean”. Un objetivo que, según explica la Unesco, se deberá alcanzar a través del desarrollo del pensamiento crítico, la formación en la realidad exterior y en valores universales.
En definitiva, la ciudadanía global es una decisión personal a través de la cual se toma conciencia de la responsabilidad en la defensa de los derechos humanos, así como en la edificación de una sociedad universal que sea más sostenible, justa e igualitaria. Una condición que libremente asumen aquellos que creen firmemente en que las decisiones personales están interconectadas y que el respaldo a los ciudadanos de una región influye para mejorar la vida de todos.
