UNIR Revista
La entrevista familiar es un instrumento especialmente útil para la toma de decisiones basadas en la información que se obtiene gracias a esta y el tipo de intervención planteada.
Entre las diferentes terapias a las que un psicólogo, trabajador social o educador social pueden recurrir está la terapia familiar. Su objetivo no es otro que la resolución de conflictos en el seno de la familia, mejorando la comunicación entre sus miembros. Este tipo de terapia tiene en la entrevista su principal herramienta, de modo que la entrevista familiar se convierte en este caso en la mayor fuente de información. La intervención familiar es muy diferente a la intervención individual, más compleja, y cuenta con sus propias técnicas.
La entrevista familiar tiene por fin recabar información sobre una persona y el resto de miembros que integran su núcleo familiar. Forma parte de un proceso continuado, (no se trata de un abordaje puntual), ya que para obtener información veraz y útil es preciso aplicar la evaluación de manera constante para así poder observar cambios de comportamiento y de respuestas de los individuos.
La función de la entrevista varía dependiendo de los objetivos fijados y el ámbito en el que va a aplicarse. En ese sentido, la entrevista familiar permite:
- Identificar secuencias sintomáticas, conductas o comportamientos que forman una estructura en torno al síntoma y realizar un pronóstico.
- Fijar las bases de la intervención y diseñar el contenido de la misma a partir de acciones consensuadas.
- Establecer qué cambios deben producirse teniendo en cuenta la propia capacidad de la familia para cambiar.
- Definir cuándo se dará por finalizado el tratamiento.
Cuando ante una situación problemática el profesional opta por la terapia familiar, además de conocer la situación de la persona objeto de la intervención, ha de conocer el comportamiento y la actitud de la familia y, para ello, recurre a la entrevista, una técnica que exige constancia y seguimiento y, por lo tanto, implica más tiempo.
El profesional debe ser riguroso en su preparación. Toda entrevista parte del planteamiento de una hipótesis formulada por el profesional (un terapeuta, un educador social formado como terapeuta familiar…) con respecto al funcionamiento de la familia. Los datos recogidos van encaminados a confirmar o rechazar esa hipótesis.
Por otra parte, la entrevista no debe plantearse como algo rígido sino que debe poder adaptarse a las distintas circunstancias que afecten a la familia y, al mismo tiempo, contar con la cooperación de esta.
La entrevista familiar tiene diferentes etapas:
- Pre-sesión: es el primer contacto, normalmente a través de teléfono, para fijar la cita.
- Identificar a los participantes en la misma (el día de la entrevista).
- Informar sobre cómo se desarrollará. Es importante crear un ambiente agradable para poder establecer una relación de confianza.
- Recopilar información.
- Definir la problemática e identificar a los agentes que la causan.
- Determinar qué tipo de intervención se seguirá, duración y fechas previstas.
Cada una de estas fases puede estar integrada por una o más sesiones, por eso, para seguir adelante es imprescindible que, terminada una sesión, la familia tenga ganas de empezar con la siguiente. Un consejo a tener en cuenta es que en la primera visita no es necesario recopilar demasiada información.
Probablemente, el momento más complejo se corresponda con la primera etapa, ya que establecer esa relación de confianza —imprescindible para continuar con la intervención— no es sencillo. Para ello, debe recurrir a sus habilidades para la comunicación y la empatía, y estar muy atento a la resistencia inicial que pueda ofrecer la familia.
Es importante que sea capaz de convencer a la familia de que hay una solución para la problemática que se está abordando, que la situación puede cambiar y mejorar. De esa primera etapa dependerá en gran medida el éxito de la intervención. Aunque prima el interés por el grupo, no hay que perder de vista a sus miembros de manera individual.
El desarrollo de la entrevista y ejemplos
Este modelo de recogida de información va evolucionando en cuanto a complejidad, comenzando por lo más sencillo y manteniendo un ritmo constante para evitar cambios drásticos de una sesión a otra.
Ficha telefónica
El primer contacto se da muchas veces a través de una ficha telefónica, aunque pueden usarse otros medios. El objetivo de esta es reunir una serie de datos básicos sobre la familia, como:
- Nombre y apellidos del paciente identificado.
- Edad.
- Formación y situación laboral.
- Motivo de la consulta.
- Composición del núcleo familiar.
- Quién solicita la consulta (no tiene porque ser el paciente identificado).
- Definición del problema por el que se solicita.
- Datos de contacto, dirección y teléfono.
Análisis de la información recogida
Tras ese primer contacto y antes de la primera sesión, el profesional analizará la información recogida para plantear una o varias hipótesis y establecer la línea de trabajo. También puede ocurrir que esta información la faciliten otros profesionales.
Este procedimiento se repetirá antes de cada una de las sesiones, fijando objetivos, definiendo sobre qué área se va a trabajar, elaborando las preguntas y el orden en que se realizarán.
Primera sesión
La primera sesión tiene dos funciones: por una parte está la evaluación y, por otra, la propia intervención. Es importante definir el contexto y el setting o encuadre terapéutico.
Por ejemplo:
- Presentación.
- Explicación de la dinámica de la entrevista, frecuencia, duración y honorarios.
- Descripción de sus características, si van a grabarse o no las sesiones o quienes intervienen.
- Aclaración de dudas.
Sesiones sucesivas
Durante la fase de intervención, las sesiones tendrán una duración de entre 30 minutos y 1 hora. El objetivo es que de la mano del especialista, y realizando las tareas que este proponga, la familia vaya asumiendo cambios que ayuden a modificar la conducta sintomática.
Seguimiento
Es necesario fijar una fecha para comprobar si ha surgido algún problema que no se haya detectado a lo largo de las sesiones y analizar la eficacia de la terapia, de nuevo recurriendo a la entrevista. Por ejemplo, el profesional podría reunirse con la familia al cabo de seis meses para realizar un nuevo cuestionario.
Entrevista final
La última entrevista pone fin a la intervención y se define ya en el setting terapéutico en función de toda la información recabada.
La entrevista familiar es una herramienta básica para la intervención socioeducativa de los educadores sociales y, por lo tanto, una de las cuestiones que se abordan en el Grado en Educación Social online de UNIR.
