La llegada de la robótica al sector alimentario ha supuesto una auténtica revolución, incrementando la eficiencia en todos los procesos y aumentando la productividad, la seguridad y la calidad.
Uno de los aspectos positivos que ha tenido la pandemia para la industria alimentaria ha sido la apuesta decidida que se ha hecho para su robotización. Así, el virus ha estimulado el desarrollo e implementación de la robótica alimentaria por dos motivos fundamentales: para ser más eficientes y para evitar parones en las cadenas productivas por falta de personal.
En España, la industria alimentaria es la primera rama manufacturera del sector industrial, según los datos del informe anual de la industria alimentaria española del INE, con 126.354,1 millones de euros de cifra de negocio, lo que representa el 25,4 % del sector manufacturero.
La robótica alimentaria consiste en la paulatina automatización de los diferentes procesos industriales que se llevan a cabo dentro de la industria de la alimentación mediante la implantación de robots e inteligencia artificial. Este proceso permite, por un lado, reducir costes y, por otro, optimizar los procesos de producción, con un mayor control sobre la calidad y la seguridad.
La digitalización y la implantación de la robótica en la industria alimentaria ha supuesto una auténtica revolución para el sector, que está descubriendo las enormes posibilidades que esta transformación puede brindar.
Ventajas de la robótica alimentaria
Las principales ventajas que aporta la aplicación de robótica en la industria alimentaria pasan por:
- Productividad y eficiencia. Los robots garantizan un rendimiento constante y continuo y una adaptación sin problemas a nuevas tareas. Una máquina inteligente puede trabajar las 24 horas del día, adaptándose fácilmente a nuevos requerimientos con tan solo una reprogramación. Esto permite a la industria alimentaria mostrarse más flexible a las diferentes fases de los procesos.
- Seguridad e higiene. La implantación de máquinas robóticas en la industria alimentaria acarrea una nueva manera de trabajar, ya que las tareas más pesadas y peligrosas son realizadas por los robots de manera más segura. Además, los robots favorecen que se cumpla con la normativa sobre seguridad alimentaria y sanidad sin errores, gracias a una manipulación de los productos impecable.
- Reducción del trabajo repetitivo. Emplear robots para la elaboración de las tareas más monótonas y repetitivas ahorra tiempo y dinero a la empresa, que podrá reubicar a esos empleados en tareas más productivas.
- Prevención de problemas de calidad. La digitalización del sector permite que los datos de sensores IoT (Internet of Things), robots y demás fuentes de información aporten una gran base de información para su posterior tratamiento mediante herramientas de análisis predictivo. Es decir, recopilando datos es posible predecir el comportamiento futuro y prevenir posibles problemas de calidad y seguridad.
- Mejora la trazabilidad y los controles comerciales. Gracias al internet de las cosas se facilita el trabajo para poder establecer la trazabilidad de los productos. Así, el seguimiento de productos, materias primas y otros elementos se hace mucho más sencillo gracias a la automatización.
- Aprovechamiento de los recursos. La forma de trabajar de las máquinas es más precisa, por lo que realiza un uso más efectivo de todos los productos y recursos que se necesitan en la industria alimentaria. Esta eficiencia se traduce en un ahorro de materiales y, con ello, un mejor empleo de los recursos y materias sobrantes.
La robotización del sector alimentario no tiene como cometido sustituir la mano de obra humana, sino mejorar la calidad y seguridad en el trabajo.
La industria alimentaria se encuentra en plena transformación tecnológica, lo que requiere de personal especializado en la materia. El Máster en Transformación Digital en el Sector Agroalimentario de UNIR faculta para ejercer un trabajo altamente cualificado y poder liderar ese cambio en el sector alimentario.
