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Dos disciplinas con formación y salidas profesionales muy diferentes. Te contamos qué diferencia hay entre diseño gráfico y diseño industrial para que tomes la decisión acertada sobre tu futuro.
El hecho de que ambas disciplinas compartan la palabra diseño hace que, probablemente, para algunas personas no sea fácil saber qué diferencia hay entre diseño gráfico y diseño industrial.
El diseño gráfico es un oficio en el que los profesionales tratan de comunicar mensajes creando contenido visual. Así, aplican recursos de jerarquía visual, tipografía, imágenes y más para lograr comunicar el mensaje deseado y generar una interacción positiva con los usuarios. El diseñador gráfico deberá justificar sus decisiones de estilo, por ejemplo, el uso de una determinada imagen o color, basándose en la experiencia del público al que va dirigido el mensaje. Ante todo, se debe garantizar un atractivo visual en el resultado.
Las ofertas de trabajo en el diseño gráfico han experimentado un importante crecimiento en los últimos años, propulsadas por la necesidad de generar contenido en el contexto online. De hecho, se prevé que este crecimiento se mantenga relativamente estable en los próximos años: la U.S. Bureau of Labor Statistics prevé que el empleo en el área del diseño gráfico crezca a un ritmo del 3% entre 2020 y 2030.
El empleo para los diseñadores gráficos se suele enmarcar en agencias publicitarias, servicios de diseño y editoriales. A pesar de todo, es también común que el diseñador gráfico trabaje como autónomo, es decir, como profesional independiente, sin estar ligado a ninguna empresa de forma exclusiva.
Más allá del puesto como diseñador gráfico per se, existen otras salidas profesionales para diseño gráfico que, en ocasiones, requieren de conocimientos multidisciplinares. Algunas son:
- Director de arte.
- Director creativo.
- Delineante (para estudios de arquitectura o ingeniería).
- Artista multimedia.
- Diseñador web.
- Maquetador.
El diseño industrial, por su parte, es la práctica profesional que permite el diseño de productos, dispositivos, objetos y servicios. Así, un diseñador industrial deberá aplicar sus conocimientos para dar forma a la apariencia física de un objeto, además de garantizar su funcionalidad y calidad, generando así una experiencia positiva para los usuarios.
Algunas de las tareas que lleva a cabo un diseñador industrial son:
- Investigar el tipo de usuario para el producto y las diferentes formas en que este se puede utilizar.
- Esbozar ideas y generar modelos virtuales de diversos diseños.
- Elegir el tipo de material más adecuado para cada diseño, teniendo en cuenta tanto su funcionalidad como sus costes.
- Conocer los requisitos para la manufactura de un producto, trabajando con otros profesionales de manera que se garantice que los conceptos de diseño puedan materializarse.
- Evaluar si un diseño es práctico y cumple unos determinados requisitos de seguridad y funcionalidad.
- Presentar diseños y prototipos.
Es frecuente que los diseñadores industriales centren su carrera en un producto específico, que puede ir desde el diseño de smartphones hasta de equipo médico, entre muchos otros.
Además, dependiendo del tipo de producto al que se dediquen, es común que los diseñadores industriales colaboren con otros profesionales, como ingenieros o especialistas en marketing. De este modo, se da forma a productos viables y aptos para el mercado.
Algunas de sus salidas profesionales son:
- Diseño de piezas industriales.
- Diseño para la industria del automóvil.
- Investigación en diseño industrial.
- Diseño de interiores.
- Diseño de muebles.
- Diseño de packaging.
- Diseño de sets de grabación.
Sin duda, se trata de un sector en auge, ya que, según la U.S. Bureau of Labor Statistics, se prevé que, en esta década, el empleo en el área del diseño industrial crezca a un ritmo del 14%.
Estudiar diseño gráfico o diseño industrial
Mientras que el diseño gráfico se centra en transmitir un mensaje a través de códigos visuales, como imágenes, colores y tipografía, el diseño industrial se ocupa de proponer un diseño para la creación de objetos físicos.
Por ello, cada una de estas disciplinas requiere de diferentes conocimientos para llevar a cabo su trabajo. Por un lado, el diseñador gráfico debe recibir una formación específica, como la que ofrece un Máster en Diseño Gráfico, con el que aprenderá a crear y diseñar productos digitales e interactivos, así como a aplicar soluciones innovadoras y nuevos lenguajes visuales, como Motion Graphics. Para comprender y utilizar el lenguaje visual, se estudian materias como composición y tipografía o cultura visual, y se aprenden a manejar herramientas como el paquete Adobe, Maya, Unity o Cinema 3D, tendencias en el diseño digital.
En cambio, en el caso del diseñador industrial, en un Máster en Ingeniería en Diseño Industrial se aprende a crear productos que responden a necesidades reales, bajo una visión estética, funcional y eficiente. Para ello, se adquieren herramientas como Autocad o Autodesk Inventor, así como conocimientos en torno a los materiales, la electricidad o la mecánica a través de asignaturas sobre prototipos o fabricación asistida por ordenador, entre otras.
Tanto el diseño gráfico como el diseño industrial constituyen dos de las ramas que están dando forma, respectivamente, a los productos y contenidos visuales del presente y del futuro.
Si bien cada una precisa de una formación específica que tiene como fin aprender las herramientas necesarias y propias de cada disciplina, ambas son adecuadas para aquellos estudiantes que valoran la creatividad y el pensamiento analítico.
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