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Los eventos traumáticos pueden generar estrés postraumático a aquellas personas que los sufren. Con el tratamiento adecuado, se pueden mejorar los síntomas y aceptar la nueva situación.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad mental que surge como consecuencia de sufrir o presenciar un evento de características aterradoras. Este evento es el que desencadena una serie de síntomas que, en algunos casos, terminan condicionando y afectando de forma grave a la salud y la vida de la persona. Cuando esto ocurre, es necesario que el estrés postraumático sea tratado de forma correcta, para que la persona pueda superarlo o integrarlo en su vida.
La causa del trastorno de estrés postraumático es siempre un evento particularmente extremo o de carácter amenazante, que desencadena la enfermedad y sus síntomas. Es importante recordar que, el TEPT puede aparecer como consecuencia no solo de sufrir el evento en cuestión, sino también de presenciarlo. Es decir, no hace falta sufrirlo de forma directa para desarrollar la patología.
Algunos ejemplos comunes que provocan estrés postraumático son los siguientes:
- Guerras.
- Desastres naturales.
- Accidentes de tráfico u otros medios de transporte.
- Atentados terroristas.
- Agresiones o abusos sexuales.
- Agresiones físicas o eventos que pongan en riesgo la integridad física de la persona.
- Presenciar eventos de violencia extrema o asesinatos.
¿Cuáles son los síntomas del estrés postraumático?
Hay que tener en cuenta que, como en la mayoría de enfermedades mentales, los síntomas y la forma que cada persona tiene de experimentar la patología puede variar de un paciente a otro. Por ello, puede que algunos pacientes experimenten algunos síntomas y no otros, pero eso no implica que no sufran estrés postraumático.
Algunos de los síntomas más habituales en las personas con TEPT son los siguientes:
- Experimentar recuerdos intrusivos, es decir, recuerdos recurrentes y repetitivos del evento traumático.
- Experimentar reviviscencia, es decir, sensación de estar viviendo de nuevo el evento traumático.
- Tener sueños y pesadillas relacionadas con el evento traumático.
- Sentir angustia emocional grave al recordar o experimentar situaciones vinculadas con el evento traumático.
- Experimentar evasión de todo aquello que pueda recordar el evento traumático. Por ejemplo, hablar del evento en cuestión o ir al lugar donde ocurrió.
- Sentir hipervigilancia y reactividad al entorno.
- Experimentar falta de interés o dificultad a la hora de retomar la vida y las actividades que se realizaban antes del evento traumático.
- Tener sensaciones físicas de angustia, ansiedad, palpitaciones o sudoración cuando se recuerda o relaciona algo con el evento traumático.
La duración del trastorno de estrés postraumático es impredecible, ya que cada paciente lo experimenta de forma completamente personal. No obstante, contar con un profesional de la psicología que aplique un tratamiento adecuado e individualizado es clave a la hora de mejorar el pronóstico.
¿Cómo se puede tratar el TEPT?
Aunque se recomienda abordar el TEPT de forma interdisciplinar, la psicoterapia es la principal herramienta, ya que permite una mejoría considerable de los pacientes que sufren estrés postraumático. En concreto, la terapia cognitivo conductual (TCC) se considera el tratamiento más eficaz a la hora de tratar a una persona con TEPT.
La forma habitual de aplicar la TCC consiste en reunirse con el terapeuta de forma semanal durante, aproximadamente, cuatro meses. Este período de tiempo podrá variar en función de las características y necesidades de cada persona a tratar.
Un aspecto esencial que hay que tener en cuenta es la importancia de detectar esta patología lo antes posible para iniciar el tratamiento. Además, es esencial contar con un especialista debidamente cualificado, con un Grado en Psicología y un Máster en Psicología General Sanitaria.
