UNIR Revista
El camino para convertirse en docente es largo y requiere de mucho esfuerzo y sacrificio. Lo más importante es tener vocación y perseguir esa meta cumpliendo con todos los requisitos.
Para los graduados en Medicina, una de las posibles salidas laborales es la docencia. Ser profesor de medicina supone un gran reto y también una oportunidad para lograr la excelencia educativa de los futuros profesionales médicos.
El camino que hay que recorrer para ser docente universitario en el ámbito de la salud es largo y complicado, principalmente por la exigencia y el esfuerzo que supone. Por eso, además de contar con una carrera en Medicina, es necesario tener vocación y habilidad para transmitir pedagógicamente el conocimiento médico en las aulas de la universidad.
Independientemente de la especialidad que se elija, para ser profesor de medicina hay que cumplir una serie de requisitos:
- Estar en posesión de un grado universitario o licenciatura.
- Realizar un máster y un doctorado. Al respecto, todo aquel graduado que quiera ser profesor de medicina en la universidad puede completar su formación con el Máster en Investigación en Ciencias de la Salud de UNIR, que da a conocer todas las técnicas y metodologías para investigar de manera eficaz en este ámbito y cumplir así con uno de los requisitos que se exigen para impartir clases en la formación superior.
- Acudir a cursos de formación sobre asignaturas de investigación, en un periodo de uno a dos años.
- Participar en proyectos de investigación y obtener el Diploma de Estudios Avanzados (DEA). Se trata de un título que se obtiene mediante la superación de la suficiencia investigadora y representa el paso previo a la tesis doctoral.
- Haber realizado publicaciones científicas e impartir, como mínimo, 60 horas de clase. Con el fin de sumar méritos, es aconsejable acreditar la participación como ponente en congresos.
- Todos estas actividades deben presentarse como méritos ante la ANECA. La Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación es un organismo que depende del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. La acreditación es un documento obligatorio para los doctores que quieran ser profesores en la universidad. Este certificado es un sello de calidad de la docencia en la educación superior.
- Además, para acceder a una plaza fija de docente en la universidad es necesario realizar una oposición. Se diferencian distintos tipos de docentes, sin necesidad de ser funcionarios:
- Estudiantes que están realizando estudios de doctorado.
- Profesores ayudantes. Necesitan la acreditación de la ANECA para dedicarse a la docencia a jornada completa. Son personas que compaginan la labor de docencia con la investigación.
- Misma figura que la de profesores ayudantes, pero con contrato indefinido en lugar de temporal.
- Trabajan en la universidad y también ejercen sus funciones fuera de este organismo.
- Invitados que comparten su conocimiento de manera temporal en la universidad que haya solicitado sus servicios.
En el caso de las vacantes en universidades públicas, los puestos se publican en el Boletín Oficial del Estado. En cuanto a las universidades privadas, estas llevan a cabo procesos bajo su propio criterio, aunque sí que es aconsejable que estén en posesión de la acreditación de ANECA.
La educación médica tiene como objetivos:
- Formar a los médicos a ejecutar las funciones de su labor diaria a la hora de asistir al paciente.
- Capacitar a los estudiantes para promover la salud, prevenir o evitar enfermedades y participar en el desarrollo de la sociedad, tanto de forma individual como colectiva.
- Enseñar a los futuros sanitarios a escuchar, comunicarse y observar con rigor.
- Capacitar a los estudiantes a ser eficientes en su atención sanitaria.
- Fomentar el conocimiento de metodologías y técnicas innovadoras.
A estos propósitos docentes pueden sumarse otros dependiendo del centro universitario y del programa educativo que en ellos se desarrolle. El ejercicio pedagógico juega un papel relevante en la formación de los estudiantes porque de su calidad académica depende la preparación y capacidades de los futuros sanitarios.
Plazos y retribuciones de los profesores de medicina
Como ya hemos comentado, el proceso para convertirse en profesor de medicina en la universidad requiere esfuerzo y dedicación. La media para conseguir plaza fija como docente en un centro público puede superar los 10 años, dependiendo del tiempo que se emplee en realizar el doctorado y en aglutinar méritos mediante la participación en conferencias, publicaciones en revistas o la impartición de clases.
Cuando el aspirante a docente supera las pruebas de acceso y consigue ser profesor contratado, su sueldo base se establece en los 2.000 euros mensuales y después aumenta progresivamente según la categoría y los años de antigüedad que vaya sumando. En la categoría superior se encuentran los catedráticos, cuyo salario mensual oscila entre los 3.000 y los 6.000 euros mensuales.
Como se puede comprobar, impartir clases en la universidad tiene ventajas laborales que compensan el tiempo y el sacrificio dedicado. Además, cuando se adquiere la capacidad para ser profesor de medicina se suma el aliciente de formar a los futuros profesionales que cuidarán de la salud de la sociedad, un tesoro que debe quedar siempre en las mejores manos.
